Cobrar en dolares desde Argentina

Tecnología Informal:
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08 - Cobrar en dólares desde Argentina - Tecnología Informal Un aviso para los que no son argentinos. Este episodio puede herir sus sensibilidades sobre lo que es una moneda, una economía y un poco hasta el sentido de existencia. Para los argentinos, aviso que no soy contador ni especialista profesional en temas financieros o contables, simplemente alguien en la industria que ha visto de todo. Hola, gente. Bienvenidos al podcast Tecnología Informal. Este es un espacio donde vamos a hablar de startups, el trabajo, la inversión, economía y productos relacionados a este tipo de empresa. Mi nombre es Gabriel Benmergui, soy programador y trabajo como ingeniero de software desde hace más de 10 años. Actualmente, estoy como front-end engineer en OpenSea desde Menlo Park, California. Una de las dudas más comunes en el mundo freelance o del trabajo remoto desde Argentina es, ¿cómo hago para cobrar? La pregunta es sencilla y la respuesta es compleja porque depende de una combinación de varias decisiones. En este episodio vamos a hablar de cómo llegamos acá y cuáles son las herramientas para cobrar en dólares y no morir en el intento. Un aviso para los que no son argentinos. Este episodio puede herir sus sensibilidades sobre lo que es una moneda, una economía y un poco hasta el sentido de existencia. Argentina es un país donde se ejercen controles cambiarios que imposibilitan de facto la exportación de servicios en dólares. El sistema te empuja a la irregularidad y al ingenio. Por otro lado, para los argentinos, aviso que no soy contador ni especialista profesional en temas financieros o contables, simplemente alguien en la industria que ha visto de todo. El verdadero origen de todos los problemas en esta materia son de política monetaria y fiscal. Argentina tiene un largo historial de poner restricciones cambiarias y un historial más moderno sobre la arbitrariedad y aplicación de impuestos. Dentro del sistema argentino, o más bien con cuentas bancarias en Argentina, una está a la total merced de cualquier decisión política que pueda afectar tus ingresos o tus tenencias. Como freelancer, uno tiene la oportunidad de estar afuera del sistema y controlar cómo participa en el circuito argentino. Con cuentas bancarias en Argentina, uno está a la merced de cualquier decisión política que pueda afectar tus ingresos o tus tenencias. Como freelancer, uno tiene la oportunidad de estar afuera del sistema y controlar cómo participa en el circuito argentino. Los incentivos para tomar riendas del asunto y protegerse son obvios, ya que uno puede perder más del 70% entre cambios de moneda e impuestos. Sin embargo, el principio fundamental con el que vamos a evaluar herramientas es tener el control individual sobre los fondos, el acceso, la seguridad y los riesgos. Empecemos entendiendo el riesgo cambiario, que es el primero a sortear. La historia argentina es traumática en este aspecto, con varios eventos que marcaron generaciones. En el 2001, los depósitos en dólares en la cuenta de banco fueron pesificados a una tasa de descuento de casi el 80%. Ahorros de una vida esfumados con una firma de lapicera. Con esto avanzó una desbancarización importante por quienes tenían ingresos en dólares. Luego, entre el 2008 y el 2011, una serie de regulaciones fueron haciendo cada vez más inconveniente cobrar desde afuera, exigiendo declaraciones juradas, tarifas especiales e imposiciones forzosas que culminaron en un cepo. Con la imposibilidad de tener dólares en bancos argentinos. El cepo creó la brecha cambiaria, haciendo los dólares más valiosos y el proceso de cobrar desde el exterior a un banco punitivo. Perdiendo hasta el 50% del valor real de los fondos. Dejando de lado el verano cambiario de los años 2015, 2019, los canales para atraer fondos del exterior responden principalmente a no pagar el costo de una pesificación a precio vil. La regla para evitar esto es muy sencilla: que la plata no toque un banco argentino. Para lograr esto hay que resolver dos partes, el cobro al cliente y la transferencia del saldo a un medio de pago en Argentina. El empleador internacional casi siempre tiene un solo medio de pago, la transferencia bancaria. Los empleadores mandan plata con transferencia, pero pueden usar intermediarios financieros que luego faciliten los pagos para los freelancers. Para recibir fondos de transferencia bancaria directamente, los argentinos tienen dos opciones muy claras: cuenta de banco en Uruguay y cuenta de banco en Estados Unidos. Vamos a hablar de Uruguay impositivamente luego, pero lo importante es que se puede abrir una cuenta de banco en dólares y cobrar transferencias internacionales sin problemas. En Estados Unidos también se puede abrir una cuenta, pero es necesario ir personalmente a un banco, lo que es muy inconveniente. Como turista en Estados Unidos, con una visita de 30 minutos, pasaporte y algún documento de residencia en Argentina, se abre una cuenta y se consigue una tarjeta de débito en el acto. Hay opciones para abrir cuentas de banco en Estados Unidos de manera remota, pero no son muy comunes y yo personalmente no las utilicé, por lo que no puedo garantizar si funcionan o andan bien. Pero mientras tanto, cuando hagan ese viaje a Disney, Miami o Nueva York, pasen por un banco y abran una cuenta, que es fácil y gratis y no se van a arrepentir. La segunda opción es usar un intermediario fintech, que se ha vuelto muy popular con la exploración del espacio en los últimos 5 años. Plataformas como Deel, Pilot, Remote.com, PayPal o Payoneer le ofrecen a la empresa americana un sistema donde ellos pagan con transferencia, y el receptor de los fondos tiene plata digital. Exigir el pago directamente con PayPal o Payoneer va a filtrar a muchas empresas. Google no te va a mandar un saldo de PayPal. Pero las empresas más chicas son más flexibles y pueden fácilmente formar su nómina con alguno de estos servicios. Tal vez el oyente se pregunte si las empresas pagan con crypto, y la respuesta es que no, excepto que sean de crypto. Para una empresa americana no tiene ningún beneficio pagar en cripto, porque tiene costos de transacción extra, y haría un proceso administrativo más solo para los empleados remotos. Hasta acá, el freelancer cobra su plata en un banco o en un servicio digital, pero no la puede gastar en Argentina. Un camino fácil es crypto. Tanto en bancos tradicionales como en digitales, es posible transformar el saldo en alguna moneda con paridad al dólar, como USDC, DAI o Tether. Nota al margen, Tether tiene muy mala reputación y, si es posible, yo la evitaría. Una vez con crypto, uno puede transformar ese saldo con varios mecanismos, exchanges como Ripio, Vitex, Satoshi Tango o Buenbit. Uno deposita el crypto y los vende al precio del exchange, que son bastante líquidos y confiables, y uno se hace los pesos a un valor casi blue (Dólar Blue). También se puede utilizar intercambio P2P, como con Binance, AirTM, donde uno hace transferencias bancarias en Argentina en pesos y en crypto dentro de estos servicios fuera del país. Por último, una mención especial a nuevos jugadores en el espacio que resuelven este problema en su conjunto, BeloApp, Lemon Cash o Bitso. Estas empresas mantienen un fondo crypto separado de su entidad financiera en Argentina, por lo que uno puede mantener saldos en cripto, que además de estar seguros de problemas cambiarios, cobran intereses del sistema financiero descentralizado. Dentro de la misma aplicación, los usuarios pueden vender sus crypto por pesos. Son un exchange, un banco y un stock broker en crypto, todo junto. La ventaja de la infraestructura crypto actual es que todos los procesos son digitales, que los hacen muy cómodos. Pero también existen algunas alternativas. Si uno quisiera traer fondos de un banco de Estados Unidos sin pasar por crypto, tiene la opción clásica de simplemente viajar y traer el efectivo. Por esta razón, mucha gente prefiere tener cuenta de banco en Uruguay, donde con un Buquebus uno puede tranquilamente traer miles de dólares. Con una cuenta de banco en Estados Unidos es más caro y más inconveniente. La segunda opción es ir a una cueva. Yo creo que el mejor nombre para este negocio es casa de cambio desregulada. El nombre cueva no le hace justicia a un negocio que solo existe cuando la casa de cambio tradicional y legal es, bueno, ilegal. Mucha gente piensa que la cueva es solamente para manejarse en efectivo, pero la mayoría del negocio es con transferencia bancaria. La metodología se llama compensación de cuentas y funciona al igual que cualquier exchange. Alguien hace una transferencia de una cuenta a otra en Estados Unidos o Uruguay y una transferencia en la otra dirección en Argentina, usualmente en efectivo. Lo más inconveniente es que es un sistema sin transparencia, donde uno tiene que tomar recaudos de seguridad y efectuar operaciones en persona. Hasta acá venimos hablando de cómo evitar una operación con divisa extranjera en un banco argentino, pero venimos ignorando el tema impositivo. La gente en general no tiene pelos en la lengua para hablar públicamente sobre temas cambiarios, porque son tan abusivos que romper las reglas para evitarlos tiene un consenso unánime. Sin embargo, hablar de impuestos es percibido más peligroso, tanto moral como legalmente. Ningún empleador americano te va a preguntar a vos, un freelancer en Argentina, si pagás o no pagás impuestos. Y cualquier intermediario argentino, con el miedo de quedar pegado a alguna acusación pública, a una denuncia en la AFIP, siempre termina recomendando que hables con tu contador. Yo te voy a decir lo que otros no pueden decirte. Y antes de hablar de las opciones, pongamos en perspectiva por qué la política fiscal es tan abusiva como la cambiaria. En Argentina, el esquema fiscal más común para el trabajador independiente es el monotributo. Que tiene una tabla que va desde la A hasta la H, basada en la facturación bruta, y con una presión impositiva de alrededor del 10%. Una vez que uno excede esa facturación, pasa a la categoría de responsable inscripto, donde paga ganancias e IVA, más la responsabilidad de presentar balances. En el 2009, un freelancer que cobre hasta 4000 dólares calificaba dentro del esquema de monotributo. Para el 2015, la inflación hizo estragos en el monotributo, y un monto de 2000 dólares por mes ya te empujaba a ser responsable inscripto, triplicando o cuadruplicando la carga impositiva para los trabajadores remotos. La defensa contra los impuestos a los ingresos es, bueno, no tener ingresos en un sistema que le comunique a la AFIP esa información. Esto para mí es obvio, pero veo una subestimación grosera de los riesgos en mucha gente que cobra en dólares. Primero veo a mucha gente comprando crypto en un exchange americano y luego lo venden en un exchange argentino para cobrarlo en una cuenta bancaria. Damas y caballeros, esto es utilizar un medio de pago anónimo para luego blanquear todos los ingresos. Hay una falsa confianza de impunidad en este aspecto, que puede cambiar rápidamente con una firma de lapicera. La mejor manera de mantener una línea de ingresos fuera del alcance del estado es con la utilización de cuevas y manteniéndose en efectivo. Además de los impuestos a las ganancias, Argentina tiene el impuesto a bienes personales, que es un impuesto a las tenencias brutas. Si uno tiene una cuenta de banco en dólares declarada, tiene que pagar hasta 1.5% anual por el saldo, aún si fue un año con reducción de patrimonio. La mecánica de este impuesto es tan cuestionable que es la razón número uno por la que las tenencias en el extranjero no se reportan en Argentina. Durante el gobierno de Mauricio Macri, el estado se comprometió a un blanqueo impositivo de fondos en el exterior, con la promesa de la cuasi eliminación de este impuesto. Luego de lograr el blanqueo más exitoso de la historia, los bienes personales se subieron al doble de lo que eran pre-blanqueo, castigando a todas las personas que decidieron confiar en el estado. El error más común que veo al lidiar con este impuesto es la gente que tiene cuenta de banco en Uruguay. Al 2022, Uruguay está promoviendo leyes para darle residencia fiscal a los argentinos, con enormes beneficios impositivos. Pero mientras uno tenga residencia fiscal en Argentina, toda la plata que entra en una cuenta de Uruguay está al alcance de la AFIP, porque intercambian información bancaria. A efectos de privacidad, Uruguay no es un lugar seguro. Distinto es con Estados Unidos, que no tiene intercambio de información con Argentina, y por varias razones históricas, políticas y legales, es improbable que lo haga. A veces escucho la objeción de que la ventaja de blanquear los ingresos y las tenencias es poder libremente comprar un bien, como una casa. Pero las casas en Argentina también se compran la mitad en efectivo, en negro, haciéndolo más oportunidad que obstáculo. De todas maneras, la situación impositiva individual en Argentina, como en casi ningún lugar del mundo, está en manos del trabajador remoto y uno puede elegir el esquema que le parezca. Desde declarar todos los fondos y especificar al valor oficial a vivir totalmente fuera del sistema. Además, Argentina tiene una tendencia a recurrir a blanqueos. Se realizaron tres en los últimos 12 años, y, dada la situación económica del país, es probable que ocurran otra vez. Quiero mencionar una nota más de una operatoria de algunas empresas de tecnología de presencia en Latinoamérica, y con el centro de desarrollo en Argentina. Algunas empresas han logrado pagarle a sus empleados en dólares con depósito directo en Argentina. La operatoria funciona así: cuando una empresa cobra en dólares en el exterior, se ve que se le ha permitido traer esos dólares para pagarle a los empleados sin ser sometidos a una pesificación forzosa. El empleado, a su vez, tiene un saldo completamente en blanco y paga impuestos a la dolarización oficial. Esto es una combinación muy atractiva, el empleado está totalmente en blanco y cobra en dólares. Sin embargo, es una opción para muy pocas empresas y puede ser dependiente de un contexto regulatorio que puede cambiar rápidamente. Recordar el principio fundamental de mantener el control y el acceso a los fondos. Argentina es un país con reglas cambiantes y absurdas en lo cambiario y lo impositivo que no se pueden seguir al pie de la letra, y no subestimar los riesgos de lidiar con el sistema legal. Hay muchas opciones para todos los gustos morales y todas las situaciones legales, con procesos digitales, personales e internacionales. Es una cuestión de sopesar los riesgos y elegir responsablemente. Esto fue todo por hoy, y nos vemos para la próxima. Suscribite a Tecnología Informal en Spotify para ver todos los episodios y estar al tanto de los nuevos. Encontrame en Twitter como @Conanbatt.