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06 - Inversores - Tecnología Informal Como empleado, no se puede escapar a la noción de que elegir una empresa es invertir. La diferencia entre elegir mal y elegir bien puede costarte millones de dólares. Hola, gente. Bienvenidos al podcast Tecnología Informal. Este es un espacio donde vamos a hablar de startups, el trabajo, la inversión, economía y productos relacionados a este tipo de empresas. Mi nombre es Gabriel Benmergui, soy programador y trabajo como ingeniero de software desde hace más de diez años. Actualmente, estoy como front end engineer en OpenSea desde Menlo Park, California. El tema de este episodio son los distintos roles de inversor que son comunes entre empleados, fundadores y financistas del mundo de las startups. Cómo piensan los inversores de cada etapa, y cómo uno termina interactuando o hasta volviéndose un inversor. Parecería obvio que el objetivo más importante en la inversión es hacer plata, pero no lo descifrarías mirando los distintos roles de inversores. Muchas veces parece más importante la reputación, la oportunidad de manejar fondos o simplemente las ganas de participar en la creación del futuro. El inversor, tal vez más conocido, es el inversor ángel. Es un nombre muy adecuado. Porque este inversor le da plata a gente que no tiene ni producto, ni historial, ni experiencia, y a veces ni clientes. El inversor ángel hace una apuesta improbable en una idea apetecible o en un grupo fundador que le inspire mucha confianza. La decisión individual es poco rigurosa porque hay muy poca información de la empresa o el producto, aunque hay un método general. El inversor ángel pone plata en muchas startups para lograr encontrar una sola que tenga crecimiento explosivo. Mientras que espera que la enorme mayoría fracasen y pierdan el cien por ciento del capital. Esto es porque el noventa y nueve por ciento de los retornos van a venir de una o dos empresas en una cartera de cincuenta o cien apuestas, y con eso alcanza para pagar a todas las demás. Por ejemplo, Jason Calacanis, un personaje de la industria, famosamente invirtió veinticinco mil dólares en la ronda ángel de Uber, un deal que luego fue valuado en más de ciento veinte millones de dólares de ganancia. Es un multiplicador por cuatro mil ochocientos. El inversor ángel invierte entre veinticinco y cien mil dólares por empresa y varios actores de la industria asumen este rol. Los fundadores invierten mucho entre sí por su afinidad empresarial y el networking que tienen. También es común tener empleados de empresas tecnológicas que fueron juntando buenos fondos con sus trabajos diurnos y creándose su deal flow con ex empleados y amigos de la industria. Finalmente, están los clásicos familiares, aunque dirías que estos son los que más pierden plata y más preparados están para eso. Hasta Jeff Bezos, el fundador de Amazon, le pidió doscientos cincuenta mil dólares a sus padres para fundarla. El inversor ángel puede ser pasivo o activo, a veces ayuda dando consejos, contactos y un poco de trabajo. Pero en general son hands off. El tamaño de la inversión no justifica poner mucho tiempo. Qué más quiere el inversor ángel, además de que le vaya bien a su inversión, es participar del proceso de creación de una empresa, poder verlo desde adentro y contribuir. Es un rol frecuentemente no profesional, lo que en mi opinión tiende a hacer que sea no un gran negocio. Aún los casos de éxito rotundo de inversión ángel son ciclos de al menos una década, así que hay que ser muy pacientes. Con el tiempo se ha popularizado armar grupos de inversión que nuclean a inversores ángeles que quieren compartir deal flow, las oportunidades de inversión, y diversificar el portfolio, poniendo apuestas más chicas en más empresas. Una forma de organizarse se llama el syndicate, donde el que maneja el fondo se enfoca en conseguir los días y los inversores opcionalmente deciden invertir o no en cada día que se presenta. El que maneja el fondo cobra con la regla 2-20: 2% de fee anual sobre el capital invertido y 20% de la ganancia llamado carry. Si el fondo no produce ninguna ganancia, el manager cobra muy poco, así que los intereses están muy alineados. Otra forma de invertir así, popularizada por AngelList, son los rolling funds. Estos fondos se hicieron populares con emprendedores que están bien conectados. Básicamente es un fondo chico, donde alguien hace inversiones ángeles por los distribuidores al fondo. Es una práctica muy nueva como para saber si tiene éxito o no. Después de todo, el horizonte de inversión en esta etapa es de hasta diez años, hay que esperar mucho. Para volverse un inversor ángel, lo más importante es armarse una reputación y una red de contactos. Se invierte en quien se conoce y el fundador acepta plata de gente con buena reputación. Cuando una empresa cruza una valuación de cincuenta o cien millones de dólares, los inversores ángeles ya no tienen los fondos para bancar la plata requerida y entran los venture capital. Los VC son fondos dedicados a capital de alto riesgo, alto retorno, y que toman plata de fondos ajenos. Generalmente, fondos de pensión, billonarios, instituciones financieras. Los que fondean se llaman LPs, limited partners. Los asociados en el fondo a veces tienen que poner plata, en especial los GP, General Partners, que tienen una categoría alta de responsabilidad, pero principalmente los VC hacen plata con el modelo 2-20: 2% de la inversión del capital, 20% de la ganancia. Como las empresas de tecnología pueden tardar una década en salir a la bolsa, los VC tienen que esperar mucho tiempo para hacer plata. Este modelo de fondeo de VCs implica un compromiso de la empresa de querer buscar un éxito, que otra empresa los compre o salir a la bolsa. Sin este evento, el fondo no podría jamás recuperar su plata. Los VC tienen mucha más estructura que los inversores ángel. Empiezan a participar en la gobernanza de la empresa con el llamado board Sea, donde se accede a información privilegiada y se pueden influenciar las decisiones de los founders. Los VC, con esta estructura de información, proveen varios servicios a la empresa, como contactos comerciales, información entre startups, servicios legales, y muy importante para los empleados es que los VCs ayudan a contratar talento. Los VCs saben a qué empresa de su cartera le está yendo bien, y además quieren conseguirle talento. Como empleado, uno puede tratar de deducir a qué empresa le va bien leyendo noticias públicas, aunque son pagas, o anuncios de finanzas y volverse un venture capital amateur, o directamente preguntándole a una firma de venture capital a cuál empresa le va bien. Es uno de los secretos más obvios de la industria. Yo conseguí mi último trabajo exclusivamente porque un reclutador de un fondo me contactó para pitchearme varias oportunidades, y yo le pregunté a cuál le estaba yendo mejor. Me mostró los números de OpenSea y, básicamente, la decisión ya estaba hecha. Yo ya conocía la empresa, pero no sabía que le estaba yendo tan bien. Los VCs, además, vienen con flavor. Tienen distintas tesis de inversión en la que se basan para invertir, lo que determina sus estrategias y el tipo de empresa a la que fondean. Por ejemplo, Andreessen Horowitz tiene el lema Software para invertir en software que revoluciona mercados. Y Combinator tiene el mantra Make something people want, con lo que se enfocan en empresas que puedan validar la demanda. Khosla Ventures tiene Reinventar infraestructura con tecnología, e invierten en logística y construcción. Además, las VCs viven de su reputación y concentran resultados positivos. Peter Thiel, fundador del Founder Fund, decía que una buena estrategia de inversión es seguir a los fondos para ver a cuál le va mejor. Uno puede determinar la calidad de una empresa por la calidad de sus inversores. Y, finalmente, viene uno de los inversores más importantes de todas las empresas de tecnología: el empleado. El empleado apuesta primero su tiempo a que va a poder crecer personal y profesionalmente en una empresa, y en cualquier startup que ofrezca acciones, va a tener que hacer el ejercicio de valorar el paquete accionario. Una empresa de categoría como FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix, Google), puede pagar en efectivo hasta medio millón de dólares por año por un senior, pero una startup más chica va a pagar entre cien y doscientos mil dólares para el mismo seniority, pero con un gran paquete accionario que es ilíquido y tiene un muy bajo valor nominal. Eso implica que los empleados invierten más del 50% de su trabajo en una empresa. Los empleados empiezan a parecerse más al inversor público, el que invierte en la bolsa, ya que no tienen información privilegiada cuando toman la decisión de entrar a una empresa. Y eso viene con varias desventajas. Una desventaja de los empleados es que no son sofisticados, sino pueden hacer due diligence, pero sí pueden invertir cientos de miles de dólares en sudor en una startup de diez personas. Son ángeles, son VC, pero sin estructura y se juega mucho más. Otra desventaja de los empleados es que reciben acciones con el peor trato impositivo posible, donde puede llegar a cobrarse el 50% de las ganancias, mientras que los otros inversores pagaron 15% como máximo. Y para agregar una mancha más al tigre, las acciones de los empleados suelen tener restricciones en caso de salir a la bolsa, haciéndolas más ilíquidas por más tiempo. En mi caso personal, con Robinhood tenía todo tipo de restricciones para comprar o vender acciones de la empresa, en comparación con cuál inversor público. Pero los empleados también tenemos nuestros artilugios. Primero, que los empleados compartimos información informalmente entre ex compañeros de trabajo o foros online, como Glassdoor o TeamBlind. Los empleados tenemos cierto acceso a información privilegiada. Y podemos avisarnos a empresas a las que les va bien o mal. Las empresas otorgan un paquete accionario fijo basado en la última evaluación de la empresa, y esa evaluación puede quedar atrasada frente a ciertos eventos de crecimiento explosivo. Esto significa que hay oportunidad para entrar en una empresa justo antes de su próxima evaluación, lo que funciona como ganarse la lotería. En este aspecto, el peor momento para entrar a una start up es justo después de que levanten plata, y el mejor es cuando la empresa creció mucho y no levantó ninguna ronda. En mi caso, con OpenSea, la empresa multiplicó su valuación por nueve solo meses luego de que yo entré, mejorando el valor de mi paquete accionario casi por esa cantidad. Por último, algo que está apareciendo es opciones de liquidez temprana para empleados con servicios como Forge Global o Carta. En estas plataformas, los empleados pueden venderles sus acciones a inversores externos. Por varias razones de mercado, esto no ha tenido mucho éxito, pero hay mucha presión del mundo crypto, donde la liquidez es inmediata para todos los proyectos, así que eventualmente yo esperaría que se vuelva cada vez más fácil vender acciones. Los inversores en startups tienen perfiles variados y únicos para esta industria. Entender a las partes siempre sirve para conseguir algo, desde plata a una buena recomendación de dónde trabajar. Como empleado, no se puede escapar la noción de que elegir una empresa es invertir. Y que la plata se la toma en serio. La diferencia entre elegir mal y elegir bien puede costarte millones de dólares. Esto fue todo por hoy, y nos vemos para la próxima. Suscribite a Tecnología Informal en Spotify para ver todos los episodios y estar al tanto de los nuevos. Encontrame en Twitter como @Conanbatt.