24 - Viviendo en San Francisco - Tecnologia Informal Aunque San Francisco es sin duda el epicentro de tecnología y conocida por la mayoría de la población, tiene serios desafíos que no ha sabido resolver y que empeoran con el tiempo. San Francisco es el único lugar que yo conozco donde gente que gana más de cien mil dólares anuales vive en propiedades de ochenta años en estados paupérrimos. Bienvenidos a Tecnología Informal, un espacio para hablar de carrera, inversión, producto, cultura y todo lo relacionado con Start up. Soy Gabriel Benmergui, un programador con más de una década de experiencia viviendo y trabajando en California, Estados Unidos. San Francisco es, sin lugar a dudas, la ciudad de la tecnología. La mayoría de los techies viven y disfrutan esta ciudad mientras trabajan en las startups que quieren cambiar al mundo. En el episodio de hoy, vamos a hablar de cómo es mudarse y vivir en esta ciudad. Si uno quiere avanzar rápido y fuerte en la carrera tecnológica, tiene que considerar la opción de irse a vivir a Estados Unidos. La mayoría de las startups aún están radicadas en San Francisco, y una gran parte no está disponible para trabajo remoto. Yo me mudé a San Francisco en 2013 para trabajar para Scribd. No conocía a nadie en la ciudad, ni estadounidenses ni argentinos, no tenía celular, no conocía nada. En mi primer día, una marcha del orgullo LGBT+ copaba las calles de Market Street, la avenida principal y el centro de la ciudad, un tipo de evento social masivo que va a ser muy frecuente. En la calle principal se puede ver un gran panorama del espíritu de la ciudad. San Francisco es conocido por sus movimientos ciclistas y se pueden ver decenas juntos en cada parada de semáforo. La calle principal tiene bicicarriles, aunque la mayoría de las veces comparte la calle con el tránsito regular y el público. Yo usé bicicleta en la ciudad por años para hacer el commute, el camino hacia el trabajo. A pesar de que es popular, el ciclismo es bastante peligroso y tiene una tasa de accidentes letales de bicicleta muy alta. Además, la ciudad tiene muchas colinas y alturas que hacen que la bicicleta sea poco práctica, aunque ayudó mucho a la popularidad de las bicicletas eléctricas. El transporte público empieza con el Muni, por municipal, una red de colectivos eléctricos y tranvías que llegan hasta los bordes de la ciudad. La red es frecuente, pero la experiencia de usarlos es bastante pobre. El Muni está abarrotado de gente sin hogar y con muy poco control, lo que lo hace un medio de transporte bastante incómodo. Los personajes que se suben al Muni pueden traer animales vivos, como el clásico de Chinatown, gente que sube con patos, y hasta homeless, que se suben con carritos llenos de basura y aromas poco bienvenidos. En Market Street se pueden ver las bocas del subte del Bart. El Bart llega desde San Francisco hasta el aeropuerto SFO, y también cruza el agua hacia el este y llega hasta Oakland, la ciudad hermana de San Francisco. Cientos de miles de personas del este se toman el subte todos los días para trabajar en San Francisco. Aproximadamente a un kilómetro del centro está la estación del Caltrain, el tren de larga distancia que llega a varias ciudades de Silicon Valley como Palo Alto, Menlo Park o San José. A pesar de que hay varios modos de transporte, la red es bastante deficiente, ya sea por la calidad, la frecuencia o el alcance. Uber es famoso en todo el mundo y también en San Francisco, pero la aplicación original para ridesharing fue Lyft. Cuando Lyft lanzó la función de compartir auto con otras personas, se volvió muy común ir al trabajo de esa manera. En el pico de la guerra de ridesharing, un período donde las empresas vendían sus servicios con grandes pérdidas, podía costar solo cinco dólares un viaje a través de toda la ciudad, siendo competitivo en precio con el transporte público. Otro medio de transporte común para trabajadores en empresas grandes es el shuttle, típico de startups con oficinas en Silicon Valley y empleados que viven en San Francisco. Estas empresas ponen colectivos privados de la empresa en varias paradas de la ciudad. Los empleados toman el shuttle y trabajan durante el viaje. California es un estado llamado Sunny State, porque el clima es maravilloso. San Francisco tiene más de 260 días soleados al año, permitiendo todo tipo de actividades al aire libre, como ferias, festivales y eventos sociales. El Golden Gate Park es el parque más grande de la ciudad, con museos, zoológicos y grandes espacios para picnics, parrillas y más, siendo el lugar más family friendly. En el barrio de la Mission está la icónica Plaza Dolores Park, donde la gente joven se junta a tomar alcohol, fumar marihuana y hacer picnics, que son muy relajados. Para ferias y festivales está el Japantown con sus temáticas de ramen o sake, la Mission para eventos latinoamericanos y también Chinatown para el Año Nuevo chino. La ciudad se puede disfrutar caminando por toda su extensión, desde el Embarcadero hasta el Palace of Fine Arts. Aproximadamente, un perímetro de diez kilómetros lleno de restaurantes, lugares turísticos, museos, paseos en barco y más. Además, a pocas horas de la ciudad hay una infinidad de lugares para visitar, parques nacionales, bosques, camping, montañas, playas, surfing. San Francisco es conocida por el Golden Gate Bridge, un largo puente rojo que aparece en la foto de perfil de muchos visitantes y residentes, y también por Alcatraz, una histórica prisión-isla. También es famoso el barrio chino, representado en varias películas de artes marciales y culturales. Como residente, no son lugares que uno frecuente; la experiencia local implica más plazas y escapadas de fin de semana. San Francisco se destaca por su composición demográfica. Más del treinta por ciento de la población de la ciudad es asiática, principalmente de China, India y el sudeste asiático. Esto marca enormemente la cultura culinaria de la ciudad, con lugares de comida vietnamita como el Pho, el ramen y el sushi japonés, el dim sum chino, la comida birmana como la ensalada de té, el curry indio y el pad thai tailandés. San Francisco cuenta con varios restaurantes con estrellas Michelin y también con lugares accesibles y rápidos con hamburguesas y comida mexicana. San Francisco tiene además una fuerte cultura de cócteles y vino, parte por su historia de la prohibición y parte porque la región vinícola de Estados Unidos, Napa Valley, está a una hora de San Francisco. La diferencia más grande entre vivir en San Francisco o Buenos Aires para mí es sin duda la comida. La calidad es increíble. Desde el supermercado hasta los restaurantes, la calidad de la fruta, la verdura, el pescado, incluso las carnes, son de otra categoría. Gran parte del consumo es comida orgánica y se le da un enfoque a la alimentación saludable que no requiere sacrificios. Es una ciudad donde viven veganos, vegetarianos, paleo, gluten free, keto, plant-based. Adoptar una dieta es tan fácil que se ha convertido en un hobby californiano. La población de San Francisco es joven y tiene altos ingresos, y además hay pocas familias, por lo que es una ciudad con mucha vida nocturna en comparación con su población. En la cultura americana se cena y sale temprano, por lo que es común que la gente salga cuatro o cinco veces a la semana a comer fuera y a tomar algo. Esta población joven demanda muchos conciertos de música, fiestas de disfraces y eventos de todo tipo. El más conocido es Burning Man, un festival anual de arte que se celebra en el desierto y suele vaciar la ciudad por un fin de semana, atrayendo a CEOs como Elon Musk, Zuckerberg o Larry y Sergey de Google. Otro detalle de la composición demográfica es que San Francisco tiene más hombres que mujeres. Solo un 2%, según las estadísticas oficiales, 48% contra 52%, pero alcanza para hacer un cambio rotundo en el mercado de dating. Los hombres están muy desfavorecidos, aunque las mujeres también protestan a veces de que todos los hombres son nerds de tecnología. Existe la frase "the odds so good, but the goods odd", un juego de palabras sobre tener muchas opciones que no son muy buenas. Este balance de sexos es inverso en ciudades como Buenos Aires o Nueva York. Hubo una startup de dating que en un momento hizo un evento para llevar hombres de San Francisco a Nueva York y mujeres de Nueva York a San Francisco. Aunque San Francisco es sin duda el epicentro de tecnología y nuclear a la mayoría de la población, tiene serios desafíos que no ha sabido arreglar y van empeorando. El primero es el costo del alquiler, un problema que aqueja a todo el estado de California y es particularmente grave en San Francisco. Mi primer monoambiente me costó USD 2400 por mes. Mi segundo monoambiente, USD 1800. Era un apartment building de más de 70 años en un estado deplorable. San Francisco tiene varias políticas públicas que reducen la capacidad de construir casas. Hay excesivos costos administrativos en la construcción de propiedades, tomando años de papelería legal para que una constructora con un lote pueda empezar. También tiene rent control, unidades construidas antes de mil novecientos setenta no pueden subir el alquiler a residentes que permanezcan en la propiedad. Esta política hace que personas vivan en casas en muy mal estado, ya que el propietario no tiene incentivo para arreglarla y el inquilino no deja la propiedad para quedarse con el alquiler bajo. San Francisco es el único lugar que yo conozco, donde gente que gana más de 100 mil dólares anuales vive en propiedades de 80 años en estados paupérrimos. Para ahorrar plata, lo más común es tener roommates. A veces hay casas con seis personas como inquilinos residentes pagando cada uno más de mil dólares por mes por un cuarto. Este efecto donde mucha gente vive así nada se le llama housing poverty, pobreza ocupacional, y California es un líder en este índice en todo el país. Los alquileres altos repercuten en el costo de todo, ya que todos pagan alquiler y todo lo que uno consume tiene que pagar el alquiler del productor. Agregado a este costo están los impuestos de California que son muy altos, llegando hasta 40% o más para salarios de 250 mil dólares anuales. El costo de los impuestos más el alquiler puede llegar a tomarte más del 70% por ciento de tu salario. Estos dos temas juntos hacen que vivir en California sea muy caro, y lo menciono con más detalle en el episodio 14, costo de vida. San Francisco también tiene un problema crónico, los homeless. Cuando yo llegué en el 2013, en mi primera hora de estar en San Francisco vi al menos diez personas en la calle. Tanto Market Street como barrios como la Mission tienen varios por cuadra, y áreas como SOMA, South of Market, o el Tenderloin tienen decenas por cuadra. Este tipo de homeless muestra visibles problemas de salud mental, psicóticos, gritando en público y a veces hostigando a la gente, y también problemas de drogas. La ciudad le proporciona jeringas gratuitas para prevenir el contagio de VIH y se pueden ver frecuentemente en la calle. Hay una epidemia de fentanilo, un derivado de la heroína que es mucho más potente y más destructivo, produciendo brotes psicóticos en los consumidores. Por el consumo de opiáceos y derivados, la gente literalmente pierde el control de los esfínteres y hace sus necesidades en la calle. Es un tema horrible e imposible de ignorar. Es una suciedad que excede la basura, sino que es literalmente defecaciones humanas y jeringas por todo el centro de la ciudad. La respuesta de la ciudad fue crear la Poop Patrol para limpiar frenéticamente la cantidad de desechos diarios. La ciudad de Buenos Aires tiene bastante gente en la calle, pero no llegan al nivel de abandono y enfermedad mental que tienen los homeless en San Francisco. Por una buena época, el gobierno de la ciudad decía que el problema era que otros estados mandaban homeless por sus generosos programas de asistencia. Pero salió un reporte de The Guardian mostrando que San Francisco era un exportador neto de homeless. Los homeless viven en carpas, que se van moviendo por la ciudad dependiendo de la política de turno. Desde la pandemia, la Tent City se encuentra cerca del ayuntamiento en el barrio denominado Civic Center. La ciudad gasta cada año más fondos para atacar este problema, llegando a 1000 millones de dólares en el 2021. Sin embargo, es un estado de corrupción estatal idéntico al que conocemos los argentinos. Mientras más homeless hay, más fondos consiguen en campaña y se gastan en sociedades y amigos afines del gobierno. Algunos estimados decían que la ciudad gastaba más 50 mil dólares anuales por homeless. La corrupción primermundista es distinta a la que conocemos los sudamericanos. En Argentina, los escandalosos casos de corrupción son muy visibles y claros e indignan por su impunidad. En el primer mundo, la corrupción es puramente legal, el robo de los fondos es sistémico. Para dar otro ejemplo, San Francisco construyó una estación de colectivo cerca del centro que costó más de 2000 millones de dólares. Meses después de abrir, problemas de construcción obligaron a cerrar la estación y agregaron cientos de millones de dólares de costos de reparación. En una estación de colectivos, la ciudad tiene un presupuesto de 13 mil millones de dólares anuales con menos de 800 mil residentes. Es un gasto de 16 mil dólares anuales por habitante. En comparación, la ciudad de Nueva York gasta 12 mil dólares por habitante y la ciudad de Buenos Aires unos estimados, digamos, 3 mil dólares. Además de la corrupción y la administración pública deficiente, San Francisco tiene un problema de crimen. Por decisión política, San Francisco no persigue a vendedores de droga y sacó un edicto de que no perseguiría a nadie que robe menos de cierto monto en dólares, provocando un constante saqueo en negocios que se hicieron virales en las redes sociales y causaron cierres de cadenas como Walgreens o CVS, equivalentes a los Farmacity de Argentina. Hay también una epidemia de smash and grabs, romper vidrios de autos para llevarse algo de adentro. A mí en el 2017 me trataron de robar la bicicleta en una de las calles más transitadas, Valencia, en el barrio de la Mission. Terminaron robándose el asiento y haciéndole grave daño a la cerradura y al marco de la bicicleta. Durante la pandemia, también subieron los crímenes violentos como entraderas. En general, el crimen de bajo nivel es muy visible en la ciudad, pero su tasa de crímenes graves como homicidios, es baja, según estadísticas oficiales. Personalmente, llegué a ver gente corriendo de la policía, metiéndose en peleas y más en Market Street y SOMA. La mayoría del crimen violento se hace entre personas de la calle y entre vendedores de droga. Esta serie de problemas que surgen por el deficiente liderazgo político de la ciudad y el estado de California fue provocando reacciones hasta que ocurrió un quiebre durante la pandemia. El gobernador de la ciudad de Miami, Francis Suárez, hizo una movida para atraer a líderes de tecnología. El pitch de Suárez es, no tenemos homeless, invertimos en reducir el crimen, mantenemos los impuestos bajos y construimos mucho. Básicamente, un canto de sirena para los residentes de San Francisco. En el 2022, Miami pasó a ser la tercera ciudad con más startups del país, pasando a los clásicos históricos como Seattle o Austin. Aún así, San Francisco sigue siendo por ahora la meca de la tecnología y hay que aceptarla como es o evitarla. Experimentar una ciudad como residente es muy distinta a verla como turista. San Francisco es una ciudad con muchos pros y también con muchas contras. Es una buena aventura visitarla, pero tal vez no es el mejor destino final. Si les gustó el podcast de hoy, se vienen muchos más. Suscribite al podcast en Spotify o seguime en Twitter, en @Conanbatt, para estar al tanto de todo el contenido. Hasta la próxima.