005. Ciclo de vida de startups
- 16:58
- Fri Dec 12 2025
Las startups tienen un ciclo de vida, desde su creación hasta su final, único en el espacio de negocios. Vamos a hablar de todas las etapas y que significan al momento de elegir dónde trabajar.
El equipo es más importante que el producto.
No entren en empresas donde recientemente se fue mucha gente, es una pésima señal.
Hola gente, bienvenidos al podcast Tecnología Informal. Este es un espacio donde vamos a hablar de startups, el trabajo, la inversión, economía y productos relacionados a este tipo de empresas.
Mi nombre es Gabriel Benmergui, soy programador y trabajo como ingeniero de software desde hace más de 10 años. Actualmente estoy como front-end engineer en OpenSea desde Menlo Park, California.
El tema de hoy es el ciclo de vida e inversión de las startups: cómo se crean, cómo pasan rondas de inversión y culminan en casos de éxito o fracaso. Como empleado, entender las etapas es importante para elegir dónde trabajar, ya que distintas etapas vienen con distintas responsabilidades, riesgos y beneficios.
¿Qué es una startup?
Empecemos por definir una startup. Es un negocio con la intención de crecer rápidamente para lograr la mayor escala posible en el menor tiempo posible. Por esta razón, su progresión es exponencial y eso tiene un efecto en el trabajo diario y en la estructura de la organización.
Las startups tienen etapas. Estas etapas se llaman series y son un estándar de la industria; representan hitos del crecimiento del producto y su organización, y son validados por inversores externos mediante inversión concreta en la empresa.
Recordá que la verdadera identidad de una startup es su crecimiento, su facturación o su adopción por parte de los usuarios. Una startup que crece exponencialmente puede fácilmente levantar fondos para su producto.
El modelo de la industria es que es un cohete: uno tiene una cierta cantidad de nafta para salir de la atmósfera y llegar al escape velocity, donde la gravedad ya no te puede atar a tierra.
Etapas de una startup
Pre-seed y Seed
La primera de estas etapas o series se llama seed, semilla. La primera levantada de plata —o sea, levantar es recibir capital de inversores— consagra la seed. Y antes de la seed se le dice pre-seed.
En pre-seed se arma una idea y un equipo para probarla. Puede ser un desafío técnico o validar una demanda del mercado, y se valida esa idea con pares, inversores y consumidores. Los fundadores pueden estar programando un producto, pero lo más importante es la elaboración de un equipo fundador para lograr la primera ronda de fondeo. La idea puede cambiar rápidamente y varias veces, entonces el equipo es más importante que el producto.
Para fundadores que no necesitan fondos significativos, solía ser común usar plata personal o familiar, aunque desde hace tiempo la inversión es tan generosa que casi siempre se levanta plata de inversores. Los inversores de esta etapa se llaman angel investors. El nombre queda muy bien porque para darle plata a un equipo en esta etapa hay que ser muy optimista.
En el ciclo de las startups, mientras más se avanza, más chances de éxito hay. O sea que el principio es lo peor de lo peor.
En términos muy generales de plata, acá se suele levantar entre 2 y 4 millones de dólares a una valuación de entre 10 y 30 millones de dólares. Con esta plata, la empresa apunta a subsistir entre 12 y 24 meses y el objetivo es buscar Product Market Fit.
Product Market Fit es un término inventado por Marc Andreessen, un titán de la industria de la inversión y creador del primer browser Netscape, para describir el momento en el que se desarrolló un producto que encuentra una demanda infinita. Es el punto donde uno no necesita hacer marketing, ventas, promos o aspirar a features o cambios. Los clientes literalmente te sacan el producto de las manos y te pagan lo que pueden. La empresa no da abasto para satisfacer la demanda.
En esta etapa seed, la empresa es un experimento barato. Es para hacer las cosas con el menor costo posible. Entrar en esta etapa para trabajar como empleado te da la experiencia más casera. No hay, digamos, un departamento de recursos humanos. Los salarios son bajos y los beneficios inexistentes. Con suerte hay 3 sillas de jardín y una mesa para trabajar. En el jardín. Además, a todos les toca hacer todo. Puede ser hacer servicio al consumidor, manejar la oficina, escribir propagandas. A esto se le llama "wear many hats", es decir, tener muchos roles. La incertidumbre es máxima.
Por ejemplo, Brex, una fintech de crecimiento meteórico en Estados Unidos, entró en su etapa seed buscando hacer realidad virtual. Y a los 3 meses sacaron una tarjeta de crédito. Nada que ver.
Serie A
La siguiente etapa se llama Serie A. Pero para lograr ese salto tienen que cumplirse algunos objetivos. Lo más importante es mostrar revenue y facturación de manera exponencial sin el uso de promociones o propagandas. Ojo, exponencial no es sinónimo de grande, es literalmente matemáticamente exponencial. El revenue puede ser muy bajo, pero si crece mes a mes por un coeficiente que, si se cumple a largo plazo, se llega a números estratosféricos.
Para tener crecimiento exponencial necesitás un producto tan bueno que tus usuarios te traen otros usuarios. O que tu producto crece porque crece. A veces se puede crecer sin revenue, como fue con WhatsApp o Instagram, donde la medición exponencial era el user engagement. Pero siempre el éxito es la exponencialidad en la adopción del producto.
Lo segundo es demostrar la capacidad del equipo de ejecutar la visión. Acá se muestra tenacidad, responsabilidad con las finanzas, planificación, recruiting. Muchas cosas pueden salir muy mal en una startup, y los founders no pueden ser buenos en todo. Pero tienen que ser lo suficientemente buenos para que ninguna de estas cosas reviente a la empresa.
La mayoría de las startups que fracasan es porque tienen problemas personales irreconciliables entre los fundadores, y se separan bajo el estrés de manejar esta organización.
Para consagrar la Serie A hay que conseguir que invierta un Venture Capital. Los Venture Capital le traen estructura a la empresa y empieza a importar la gobernanza. Hasta ahora las decisiones eran unilaterales de los fundadores, pero un VC puede ser un tiebreaker y actuar como un auditor de las decisiones del leadership.
En esta etapa se osifica que el objetivo de la empresa es "go big or go home". Las decisiones siempre se van a hacer en pos de un crecimiento mayor y exponencial, y no es para nada aceptable quedarse satisfechos con cualquier revenue o profitability actual. Los inversores necesitan que la empresa salga a la bolsa o la compren para poder hacer plata, y los fundadores se están comprometiendo a ese camino.
En términos generales, al 2021 las valuaciones de Serie A están entre 40 y 100 millones de dólares, y se levantan entre 10 y 30 millones de dólares. En cada ronda de inversión se emiten nuevas acciones que diluyen la participación de todos los tenedores de acciones actuales, típicamente un 20%. Esto es la razón por la que emprendedores como Elon Musk, Steve Jobs y otros personajes terminan teniendo menos del 10% de tenencia de la empresa, a pesar de ser una figura tan importante para su éxito.
Algunas empresas en esta etapa ya son profitable, es decir, sus ganancias o su facturación exceden sus costos, pero la mayoría están en default debt. Si no siguen creciendo o mejorando, van a quebrar, porque pierden plata todos los meses.
Aún luego de levantar una Serie A, el runway —es decir, cuánto tiempo le queda a la empresa hasta que se quede sin fondos— sigue siendo de 18 o 24 meses. Con esta plata se invierte más en el producto, en el equipo, se buscan roles de leadership, ingeniería, management. Todavía no hay un presupuesto significativo de marketing o publicidad, porque hay que pulir ese product-market fit.
Ya en una Serie A, el riesgo es mucho menor que en la etapa anterior, ya que hay fondos en el banco, hay un poco de crecimiento, hay facturación. El producto parece ser el correcto, pero no se sabe qué tan exitoso puede ser. A veces, el producto se cambia en lo que se llama un pivot, pero suele ser en la misma industria o espacio, los cambios ya no son tan bruscos.
Serie B
Supongamos que esta empresa Serie A viene creciendo, su producto es único y competitivo, los usuarios son fanáticos del servicio, la empresa no da abasto y los inversores están convencidos de que el producto tiene futuro. Se viene ahora la Serie B.
La Serie B es el auténtico sweet spot de las startups. El producto validó su éxito, que es product-market fit, y ahora lo más importante es la ejecución. La relación riesgo-valor es muy buena porque los mayores riesgos ya fueron sorteados: las peleas de founders, que el producto no sirva, que el mercado no lo quiera. Pero sigue siendo suficientemente chica para que haya mucho upside. Todavía hay mucha plata por hacer en la participación accionaria.
Otra razón por la que es un sweet spot es que es el momento del nacimiento de la marca. En esta etapa se empieza a hacer PR, marketing, propagandas. Acá es donde las empresas empiezan a ser famosas en la industria de la tecnología o en su dominio. Como programador, no tenés que explicarle a muchos lo que hace tu empresa porque sale en Google, en los diarios y en las notas. Es donde ya está armado el rocket ship. La empresa está en crecimiento vertical y el éxito es mucho, mucho más probable.
Además, el trabajo que tenés que hacer se entiende mucho mejor. El producto está principalmente hecho. Es un tema de escalar bien.
En mi caso personal pasé por startups de todo tipo e hice algunas mías. Y es donde es más fácil tener éxito monetario en una Serie B.
En esta etapa las valuaciones están entre 500 y 1.500 millones de dólares y se juntan montos de hasta 200 millones de dólares. La empresa tiene mucho revenue y, aunque depende de casos particulares, es mucho más raro que una empresa de Serie B tenga riesgo de quiebra.
Series C en adelante y salida a bolsa
Las siguientes etapas dependen del dominio de la empresa y qué tan grande sea el mercado. Todas las rondas siguientes tienen que ver con escalar verticalmente: propagar o internacionalizar el producto, crecer las operaciones, los equipos, la facturación y a veces empezar líneas alternativas de producto.
Desde la Serie C en adelante, la meta ya es tener en vista salir a la bolsa. Salir a la bolsa es el auténtico momento de éxito de una startup, donde todos los inversores pueden vender sus acciones luego de una década de paciencia.
Salir a la bolsa toma mucho tiempo porque hay que tener un negocio bien ordenado. Todos los papeles tienen que estar en orden: la contabilidad, las estructuras legales, los juicios o los desafíos regulatorios. El proceso es caro, arduo y molesto. Además, en el momento que uno sale a la bolsa, expone mucha información privada a los competidores: planes de expansión, cuánto se hace por usuario, la evaluación de riesgos.
Por ejemplo, Stripe, la empresa más importante de pagos online, pasó ya a la valuación de 100.000 millones de dólares y sigue siendo privada. Se dice que es para no distraerse con el costo regulatorio y organizacional de hacerse pública. Aunque algunos especulan que ya va a salir a la bolsa y va a ser el IPO más grande de la historia.
Otra forma de tener éxito es que te compren la empresa. Eso no suele pasar en etapa C y en adelante porque las empresas son muy caras. Pero cada tanto ocurre. Un caso icónico es Instagram, que levantó su Serie B y a las semanas Facebook los compró por 1.000 millones de dólares. Más impactante aún fue el caso de WhatsApp, que fue comprada por 22.000 millones de dólares. Pero estos casos son notables por ser excepcionales.
¿Cuántas series hay?
Entre la C y salir a la bolsa, depende de cuánto crecimiento le queda a la empresa. De acá las series se extienden a D, E, F, G. ¿Y cuántas series se van a hacer antes de salir a la bolsa? Depende de cuánto crecimiento le queda a la empresa antes de tener que frenar el gasto y enfocarse en ser profitable.
Con las startups uno quiere crecer adopción y revenue exponencialmente hasta que el crecimiento del gasto no incremente el revenue, la facturación. Cuando cada dólar extra gastado no vuelve, hay que pisar los frenos. Ahí hay que empezar a ajustar los cinturones y transformarlo en un profitable business, recortando gastos y eliminando ineficiencias.
El caso más emblemático de pasar por todas las letras es el de Uber, que recibió la Serie G y luego siguió levantando rondas ya que el producto seguía creciendo. En estas etapas se tiene el éxito casi garantizado. Al menos es mucho más raro que las empresas quiebren o desaparezcan. Sí puede pasar que se estanquen y no salgan a la bolsa, o que su crecimiento termine desilusionando y sus valuaciones caigan.
Yo entré en Scribd en su Serie C, levantó una Serie D y después aún más plata en otra ronda llamada Private Equity. Y mis acciones están ahí, esperando en el limbo hace ya 9 años para ver si la empresa sale a la bolsa.
La muerte de las startups
Hagamos una nota sobre la muerte de las startups. La mayoría de las startups mueren. En la etapa seed, casi nunca hay nada por rescatar y la empresa cierra en su totalidad. Pero en la Serie A en adelante, las empresas caen, y en el afán de hacer un poco de plata se vende a un competidor o a una empresa más grande.
En una época se volvió muy popular el acquihire. La empresa que compra quiere conseguir el talento de la empresa adquirida y el producto en sí se desmantela. Esto se decía que era un buen negocio para la empresa que compra porque contratar es muy difícil y con esto se ahorra mucho costo de recruiting. Pero esto viene cayendo en desuso. Los empleados no tienen los intereses alineados y pueden rápidamente saltar del barco. Termina siendo una adquisición del equipo fundador, que sí recibe roles importantes y a veces un poco de plata. Esto es considerado un caso de fracaso para los inversores y los empleados.
En mi caso personal, yo trabajé en una pequeña startup seed llamada Circle Medical. Y la pandemia nos dio directo. Vi cómo pasamos de tener 100 pacientes diarios a 0 en 24 horas. La empresa estaba financieramente frágil y tuvo que concretar una venta con otra que podía fondear las operaciones. Se vendió el 51% de las acciones, es decir la gobernanza de la empresa, a cambio de plata para poder operar y mantener las luces prendidas.
Estos procesos son desmoralizantes. Y mucho antes de que se concreten, la gente se va en tanda de las empresas. No entren en empresas donde recientemente se fue mucha gente. Es una pésima señal.
Consejos finales
Como empleado, entender las etapas es importante para elegir dónde trabajar. La naturaleza del trabajo y del riesgo es muy distinta y depende mucho de objetivos personales.
Si querés hacer tu propia empresa, lo mejor es trabajar en una seed, donde vas a ver los procesos con tus propios ojos, y probablemente tengas que hacer bastantes.
Si querés un trabajo bien definido y querés maximizar la relación riesgo-beneficio, una startup de Serie B es, en mi opinión, de lo mejor.
Esto fue todo por hoy, y nos vemos para la próxima. Suscribite a Tecnología Informal en Spotify para ver todos los episodios y estar al tanto de los nuevos.
Encontrame en Twitter como @Conanbatt.