Tecnología Informal

060. Ramiro Roballos: Inmigrar a Estados Unidos, obtener una visa & Tukki.ai

  • 1:34:57
  • Fri Jan 17 2025
  • Temporada 2 • Ep. 22
  • startup
  • tecnología
  • migración a eeuu
  • visa de trabajo
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Seguimos con el segmento de entrevistas a actores del sector tech. En este episodio, charlé con Ramiro Roballos, Co-founder & CEO de Tukki.ai, una startup que busca que el proceso migratorio del talento a Estados Unidos sea lo más ameno posible. La charla tuvo como objetivo dar la máxima claridad sobre lo que representa la inmigración a Estados Unidos desde diferentes puntos de vista: desde el shock cultural, las diferentes opciones de visado y su presente en Tukki.ai. Conocé más de tukki.ai: https://tukki.ai/ Descuento especial en tukki.ai: ⁠silver.dev/migrar⁠ Probá el Visa Match: https://tukki.ai/visa-match Conocé más de Interview Ready: https://ready.silver.dev/ #TecnologíaInformal #Startups #Tech #Migración #Visa #EstadosUnidos #TrabajarEnEEUU #Tukki #AI #Emprendimiento #TechCareers #Programación #trabajoremoto

"Yo creo que no es que haya nada particularmente difícil de inmigrar individualmente, pero cuando sumás tipo las 30, 40 cositas de esas que estamos hablando, es como, bueno, es un ajuste, pero la parte de la visa, como decís, es un tema que hay que tener en cuenta y he conocido más de una persona que se terminó yendo del país porque no lo pudo resolver."


Este es un episodio de Tecnología Informal. Estamos explorando todavía más el formato de entrevistas y hay un tema que me preguntan todo el tiempo en la comunidad, en Twitter, que además a mí me interesa porque lo he hecho antes, que es el tema de inmigración.

Una vez explorando el tema de inmigración me crucé con Ramiro Roballos, que tiene su negocio donde ayuda al talento a conseguir o pasar procesos migratorios en Estados Unidos. Me dieron muchas ganas de tener este espacio para hablar con él. Así que eso es un poquito cómo nos conocemos, realmente me lo crucé por un contacto en común.

Lo que estaría bueno de esta entrevista es que vamos a hablar un poco de nuestras experiencias como inmigrantes en Estados Unidos, cómo se vive allá. Y vamos a hablar mucho de Ramiro, de la experiencia que tiene, de lo que sabe, de cómo es migrar para Estados Unidos, qué es lo que está haciendo ahora, cuál es el proyecto en el que está trabajando.

La idea es que la gente que mira este video, para el final de la entrevista, entienda inmigrar a Estados Unidos mucho más de lo que se puede entender preguntándole a ChatGPT o buscando en Google.

Así que, bienvenido Ramiro, muchas gracias por ser voluntario para esta entrevista. Y estaría bueno que te introduzcas a vos mismo, ¿no? ¿Cómo llegaste acá? ¿Quién sos? ¿Cómo llegaste acá? Así la audiencia te va conociendo.

—Gabriel, gracias por la invitación, un placer. Sí, bueno, mirá, yo me vine a Estados Unidos hace 5 años. En ese momento estaba trabajando en McKinsey, que es una consultora para los que no la conocen, que está en Estados Unidos y en Argentina. Mi carrera la empecé muy distinto. Ni siquiera sé si sabés esto, pero yo empecé mi carrera como músico, dirigí orquestas, estaba en ese mundo, nada que ver. En algún momento pegué un volantazo después de hacer un negocio con la música, que me empezó a gustar más la parte de negocio, me hice un MBA. Después terminé en McKinsey, Argentina, y ahí surgió la oportunidad de venirme acá, esponsoreado por la empresa para Estados Unidos, que fue hace 5 años. Justo antes de la pandemia, el 1 de marzo de 2020, así que por 15 días llegamos, si no, casi que no quedábamos.

—Esperá, si no, no llegabas.

—No, si no me quedaba ahí. Y en ese proceso, obviamente, pasé el primer proceso de la visa. Yo antes solo tenía visa de turista. En ese momento vine con una visa L, que es una visa de transferencia dentro de la empresa, y después la misma empresa me tramitó una green card. Sufrí bastante el proceso de visa, y así fue como terminé armando esto, esta startup Tukki, para poder mejorarlo, porque fue un horror. Y la mayoría de mis amigos pasaron por bastantes horrores para terminar la residencia. Y bueno, ahí estamos, mezclando un poco tecnología y mejores procesos con abogados para ayudar con este proceso.


El proceso migratorio y la vida en Estados Unidos

Muchas veces, especialmente en la pandemia, que había mucho pánico en Argentina y la gente se quería ir del país por la situación económica, por la pandemia, por mil cosas, muchas personas venían como "me quiero ir del país". Sentían desesperanza. Y bueno, los que tenían ciudadanía europea tenían un camino bastante fácil. Los que no la tenían, yo les decía: mirá, si conseguís laburo en Europa, la visa, por lo que me cuentan, porque no la hice, no parece ser tan complicado. Parece un camino realista.

Y después siempre está algo como "yo me mudaría a Estados Unidos también". Yo digo, no podés venir así, porque si vos te querés mudar a Estados Unidos, tenés que quererlo con todas, porque si no, el sistema te quema, te quema mal. Es un filtro.

—100%. Una vez que te metés profundo en inmigración a Estados Unidos, te das cuenta que hay un montón de oportunidades. Hay muchas visas, muchas opciones, pero sí, estoy 100% de acuerdo con lo que decís. No es como "bueno, vengo con la visa turista y voy viendo qué hago". Tenés que tener un plan, tenés que ver qué hacés. Hay distintas rutas que seguramente más tarde vayamos hablando. Pero sí, si bien hay muchas, hay que tener un plan, hay que entender por cuál ir y decir "bueno, estos son los pasos para hacerlo". Porque si no, sí, te quema y es un problema. Es un tema importante. Obviamente está el tema de conseguir laburo y poder bancarte y todo ese tipo de cosas. Pero la parte de la visa, como decís, es un tema que hay que tener en cuenta y he conocido más de una persona que se terminó yendo del país porque no lo pudo resolver. Entonces, no es un tema menor.

Yo tuve problemas varios, pero además es algo que te quema en el sentido de que si no lo resolvés rápido, si no encontrás el camino rápido, por ahí estás 10 años peleando con cosas. Y te quema porque son 10 años de que nunca hacés un plan permanente.

—No, es que es tremendo porque sí. Y estás muchas veces restringido porque mientras estás con una visa de trabajo o de estudio o lo que sea, no es que podés hacer cualquier cosa. Ciertas visas no te dejan cambiarte de laburo. Otras te dejan cambiarte de laburo, pero la empresa tiene que estar dispuesta a sponsorearte y muchas empresas no quieren entrar en esa. Y muchas visas, tu esposa no puede trabajar. Y después, si tu hijo cumple más de 21, se quedan sin visa, se tienen que ir del país ellos. Como decís vos, estás bastante restringido en ese período intermedio hasta que terminás teniendo la residencia permanente. No es que tenés la residencia y ya está, pero antes podés estar, podés trabajar en muchos casos, pero con un montón de cables, de paréntesis.


Experiencia profesional y adaptación

—Una pregunta como de oficio: en McKinsey, ¿qué era lo que hacías?

—En McKinsey me especializaba principalmente en armar startups para compañías grandes. Por ejemplo, un banco contrataba a McKinsey y decía: "queremos lanzar una fintech completamente separada del banco, como una compañía nueva, solo que nosotros seamos los dueños". Íbamos, pensábamos el modelo de negocio, qué íbamos a hacer, y arrancábamos una startup de cero. Contratábamos un equipo nuevo, developers, gente de producto, diseñadores, etc. Armábamos un producto de cero y después lo lanzábamos.

—¿Y vos actuabas como un product manager o como un ejecutivo?

—Depende, en algunos proyectos estuve mucho más cerca de producto y estaba todo el día como product manager. En otros estaba más cerca de la parte comercial y era establecer los canales, lanzar, cómo hacemos esto. Personalmente me divierte más la parte de producto. Siempre que puedo estar más cerca de producto me gusta más. Pero me han tocado las dos cosas.

—Ahora estás del otro lado, ahora no estás con McKinsey, ahora te toca hacer producto en el mercado. En el coliseo.

—No, igual me encanta. Está bueno. Es espectacular. In the arena.


Inmigrar en pandemia y los desafíos prácticos

—Te fuiste en marzo, fue una época rara para inmigrar a Estados Unidos. Yo viví ahí antes, en 2003. Yo volví, para que te des una idea, vos hiciste la visa ahí o te salió ahí. Yo la tenía aprobada, pero tenía que estamparla en el pasaporte. Y siempre cuento esta historia: era enero, y yo veía los vídeos del COVID y todo eso. Estaba Balaji diciendo "se cae el mundo, van a cerrar todos los países, guerra mundial", decía él. Y yo le decía a mi mujer, mi mujer decía "esperemos, total no vamos a viajar con Luna, tiene siete meses". Yo le dije, vos sacá la visa. Y le dije literalmente algo como "vos sacá la visa, porque si después la semana que viene cae un meteorito en la embajada, no podemos ir". Y le estamparon la visa, como decirte, el 21 de febrero de 2020.

—Para nosotros, de hecho, cuando la gente de McKinsey empezamos el proceso a fin de diciembre, me dijeron: "queremos que llegues para abril, pero si le metés mucha pila, tal vez llegamos para marzo". Y yo soy ansioso, entonces siempre si puedo elegir marzo o abril, voy a querer marzo. Entonces, solo por eso dije "dale marzo". Y empezamos a meterle. De hecho, la entrevista del consulado la tuvimos el 20 de febrero. Me llegó el pasaporte el 27. Ese mismo día saqué el pasaje para el 29 y llegué el primero. De casualidad. Y después, tipo, llegamos y todo bien, todo bien. Y de golpe el 13, cerró todo. Nada, fue un delirio.

Esto seguro que vos lo sabés, pero por ahí la audiencia no lo sabe, porque el que no lo vivió no lo sabe. Pero el 20 de marzo de 2020, cuando empezó la cuarentena en Argentina, la embajada de Estados Unidos no procesó visas por un año y medio. O sea que se cayeron todas las visas. Y todas las personas que estaban tramitando algo para irse a vivir a Estados Unidos quedaron en el tendal, todos muertos. Un año y medio. Y después, cuando reabrieron, te sacabas un turno y tenías siete u ocho meses de espera. O sea que toda la gente que tenía que renovar visas, que sacaron una visa, todo arruinado.

—No, sí, fue un caos. Tuvimos mucha suerte en ese sentido, porque de casualidad llegamos y tuvimos la suerte de venir. Si no, yo no sé si estaríamos acá, porque como decís, se bloqueó todo un año y medio, no saber qué hubiera pasado en el medio. Siempre hay una parte de suerte acá.


Ajustes y diferencias culturales

Fue una época rara para ir a Estados Unidos y vivirla por primera vez. Llegás, estás buscando un alquiler y explota todo el universo. ¿Cómo fue para vos ese proceso migratorio? Porque una cosa es vivir en Estados Unidos como turista. Otra cosa es, ahora tengo que pagar un alquiler.

—No, y escuchame, yo no pude sacar registro por 4 meses. Porque llegué, iba a sacar el registro, cerró todo, no pudimos. Tampoco podía conseguir un auto por eso, porque no tenía registro. Y fue raro, eso fue raro. Vivir acá sí es muy distinto. Hay cosas que se manejan radicalmente distinto, como el sistema de salud. Nosotros estamos acostumbrados a las obras sociales en Argentina, pero acá funciona más como un seguro de salud, como si fuera un auto. Tenés la franquicia y vos pagás tu prima mensual y después tenés el deducible, que es como la franquicia. Entonces, la primera parte del deducible la tenés que pagar vos y después tenés como el máximo que podés pagar al año. Pero entonces, a partir de ahí, empezás a pagar en 80 y 20%. Hasta que entendés cómo funciona, estás perdidísimo, porque vas y te dicen "tenés que pagar". Pero, ¿cómo que tengo que pagar si yo tengo el seguro? "No, no, pero no tiene nada que ver porque no sé qué". Y además el seguro a veces funciona horrible. Entonces, vos pagaste en otro lugar, pero el seguro todavía no se enteró. Vas a otro lugar y te quieren cobrar igual. Es raro. Y encontrar los médicos, y como si, che, bueno, y no sé, tardás un rato, porque yo era la primera vez que vivía afuera. Había tenido tres meses de estudiante de intercambio en Chicago hace unos años antes, pero esta era la primera vez que vivía en serio.

Y sí, es un ajuste porque, a ver, yo en Argentina, me mudé acá cuando tenía 32. Y en 32 años te conocés la ciudad de memoria, tenés tus médicos, cosas que no te das cuenta que ya resolviste en tu vida y te das cuenta cuando las dejás de tener resueltas. Ya tenés médico de cabecera, médico acá, médico allá, conocés toda la ciudad de memoria, los restaurantes que te gustan. Con mis chicos me pasaba que pedías comida y, che, no, esta pizza es horrible. Bueno, ahora pidamos otra. Y, bueno, esta es horrible, no, esta tampoco. Estabas tres meses hasta que encontrabas la pizza que les gustaba. Es una estupidez, pero no conocés las marcas de comida, no conocés los médicos, no conocés los lugares, cómo funciona, los impuestos. Tipo, ¿tengo que pagar o no tengo que pagar? Vayamos al supermercado. ¿Cuál es tu supermercado?

—No, Costco es una gloria. Para mí Costco es una gloria. Primero, o sea, una vez que, y yo tardé como dos años en conocer Costco. Ahora igual encontré una forma con Instacart que te mandan a domicilio, lo mejor de los dos mundos. Pero a mí me gustan muchas comidas que hay en Costco y Costco es como 40% más barato que Publix, que es un supermercado muy normal, o que Amazon Prime. Y de repente tardé dos años en enterarme de Costco. Pero, por ejemplo, Costco te cobra una membresía. Si no tenés una membresía no podés entrar. Fui una vez a Costco, me dijeron, "¿tenés la tarjeta?" No, pero quiero entrar a ver. "No, no podés". ¿Pero qué te pasa, chabón? Mi plata no vale, es un super, quiero entrar, no como el chino. Es un super, quiero entrar a ver. "No, no podés entrar. Andá ahí a hacer la cola". Había 20 personas. Ni en pedo, quería ir a ver fideos, no quiero ir a hacer una cola. Son todos esos mini ajustes que parecen boludeces, pero se empiezan a acumular y de repente son todas al mismo tiempo.

—Igual la experiencia de supermercado de Estados Unidos es la mejor del mundo.

—Es que al revés, hay tanta cosa que te perdés, como que caés y decís, bueno, a ver, voy a comprar fideos. Hay 35 marcas. Yo qué sé, agarro. Una vez mi mujer quería hacer milanesas y fue a comprar pan rallado al Safeway y tenían una góndola entera de panes rallados. Era como, ¿qué me llevo de acá? No entiendo.

—Es que es lo que te digo, tardás tiempo. En un momento armamos un grupo de WhatsApp que cuando encontrábamos una marca que nos gustaba le mandábamos la foto al grupo y nos lo quedábamos porque fuera de joda te perdés. Hay tanta oferta que no sabés cuál agarrar. Pero sí, está buenísimo. Después encontrás y está bueno.


Adaptación cultural y relaciones

A nivel cultural, principalmente hablando con otra gente, con americanos (argentinos de Miami no cuentan), ¿cómo sentiste eso?

—Yo tardé. Al principio los americanos no los entendía. Hablaba, todo bien. En McKinsey me la pasaba laburando con americanos, tanto de McKinsey como de afuera. Y al principio, no sé, claramente no es la misma cultura. Miami es como una burbuja. Miami es como estar en Latinoamérica, pero de repente te toca un cliente de Tennessee y eso sí es el americano de verdad. Estuve un rato hasta que pegué onda. Hoy ya sí, tengo muchos amigos americanos y tengo re buena onda y son cercanos. Lo que pasa es que al principio yo los sentía muy lejanos, por lo menos. Más fríos, que obviamente la cultura latina es más cálida. Pero una vez que les enganchás la mano y entendés cómo son, son muy copados y tienen muy buena onda y son buena gente y te conectás. Pero yo estoy muy agradecido de haber venido a Miami. Hoy, por ejemplo, creo que tendría mucho menos problema con mudarme a otra ciudad, como alguna ciudad puramente americana. Pero creo que si hubiéramos venido con la familia y me hubiera ido, como te digo, al medio de Carolina del Norte, desde Argentina, creo que hubiera sido más duro.

—Pero vayamos a lo concreto. ¿Qué es lo que te causó fricción con un americano?

—No sé si fricción, pero tienen otro humor, otra cultura, otras cosas de las que te hablan. Pavadas. Los tipos hablan de deportes que vos no hablás. "¿Viste el Super Bowl?" No. "Vamos a ver un partido de béisbol." No, ni en pedo. Desde los deportes que ven, hasta las comidas que hacen, hasta de las cosas que hablan, el humor que tienen. Entrás a una charla el viernes, tenés día de reuniones, y todas empiezan con "Happy Friday, Happy Friday". Me dijeron 15 veces "Happy Friday". Me diste PTSD, la odio esa, la odio. Todas las semanas es Friday. No sé si hay que festejarlo.

—Sí, yo odio esa. Y hay otra que odio, de los hábitos que tienen ellos, es que te preguntan cómo pronunciar tu nombre. Me tienen los huevos llenos con esa. "Is it Gabriel or Gabriel? How should I say it?" I don't care. Es Gabriel, loco. No es tan difícil. Vos lo tenés en tu lenguaje. Pronuncialo en inglés, no me importa. Cada meeting es lo mismo.

—Por eso, tienen esas cosas, después te acostumbrás y ya entrás y decís, bueno, sí, Happy Friday. Cosas de la cultura que son como son y al principio es raro. O cómo hablan. Nosotros vivíamos en el piso 26. En Argentina uno aprende un inglés que decís "twenty-six". Y yo decía, y me decían "which floor?" "Twenty-six." "Sorry?" "Twenty-six." "Sorry?" Y ellos están esperando que digas "twenny-six". Bueno, se entendía, "twenny-six". Son cosas así que después ya te acostumbrás, pero al principio son miles de micro cositas y es un shock los primeros meses.

Justo en el episodio de hablar en inglés hablo de una vez, que todavía me gastan, esto pasó hace 10 años. Dos amigas me acompañan a comprar ropa, fuimos a un shopping. Hay un tipo de pantalón, los chinos, ¿los conocés? Son como unos khaki. Estoy ahí y no sabía lo que era un chino. Entonces, lo leo y tengo el gran problema: ¿es tipo "chinos" porque se pronuncia en inglés, o "chinos" porque se pronuncia en castellano? Y le tiro "chinos", ¿no? Le digo, "hey, Kirsten, ¿y estos chinos qué onda?" Y se empieza a cagar de risa mal, se mea de la risa y me dice, "es chinos". Y yo le digo, "no, no, no, pará, pará, pará. Elegí, no podés tirarme una de las dos, tirame una de las dos". Pero sí, es gracioso eso. Y es un tema, el idioma.

Pará, y yo tengo un nivel de inglés bueno, no sé si era espectacular, estos 5 años obviamente mejoró mucho mi inglés también. Pero estaba bien, trabajaba en inglés, para entrar a McKinsey tuve que hacer una entrevista en inglés, me la pasaba hablando con gente en inglés, estaba bien. Pero entré, primer proyecto, pandemia, Zoom, y me tocó con proyectos de gente del sur de Estados Unidos, que todo un acento cerrado. No entendía. Hablaban a una velocidad, y yo no entendía lo que decían. Te hacían la pregunta y no sabés qué contestar, porque literalmente no entendiste lo que te están diciendo. Una cosa es hablar en inglés, otra cosa es hablar con cierta gente de ciertos lugares de Estados Unidos en inglés. Y otra cosa es mirar en cámara, que es más difícil.

—No, no, por eso, hay como una... Yo creo que no es que haya nada particularmente difícil de inmigrar individualmente, pero cuando sumás tipo las 30, 40 cositas de esas que estamos hablando, es un ajuste.


Adaptación y comunidad argentina

Hay una cosa que noté: vos tenés una edad más parecida a la mía, y me sorprendió ver algunos casos de gente mucho más joven, que les tiene más fricción. Porque nosotros somos más grandes, entonces, si nosotros con 23, 24 años, considerar irnos a vivir a Estados Unidos era un plan mucho más arriesgado que ahora, porque ahora tenés mucha más información, es más probable que caigas en San Francisco y conozcas a alguien. Hace 20 años, previo al celular, olvídate, no había nada, no sabías nada, era mucho más arriesgado.

Pero por otro lado, me da la sensación de que la gente no entiende que emigrar es un poco... hay un concepto de quemar los barcos, de que tenés que ir un poco con la idea de ir para adelante, porque si estás siempre pensando para atrás, quedás en el medio. Y algo que noto yo, de lo que es la adaptación cultural, de procesar todas estas cosas, es que muchos argentinos se van a Estados Unidos y se meten en una comunidad de argentinos, es lo primero que hacen. En Miami es casi inevitable porque hay muchos, pero en San Francisco hay pocos, tenés que ir a buscarlos, entonces no es una comunidad donde vas a encontrar a alguien de tu barrio. Lo que termina pasando con la gente que hace eso es que no se adapta bien, porque está constantemente diciendo "estamos nosotros y están los otros", o sea, están los argentinos y los otros. Y requiere cierta flexibilidad de decir, no, yo estoy yendo para adelante para no ir para atrás, entonces voy y mi mejor amigo va a ser americano, no va a ser argentino, y es fuerte esa decisión.

—Re, y yo he visto gente que la pasó mal. He visto gente que extrañaba mucho a Argentina. Lo que sí tengo claro a esta altura es que emigrar no es para todo el mundo. Hay gente que de verdad la pasa mal, y que prefiere estar en Argentina. Creo que está bueno entender los trade-offs, porque la magia viene con un precio. Si sos una persona que sos hiper apegada al barrio, a Argentina, al asado del domingo con tus amigos, al partido de fútbol y todo, tal vez la vas a pasar mal, porque vas a tener otra cosa, pero no vas a tener eso. De hecho, cuando hice el intercambio este de tres meses a Chicago, lo hicimos un poco para eso, fue tipo, hagamos una mini prueba de cómo es vivir tres meses acá y a ver cómo nos sentimos, porque no es que necesariamente te va a mejorar la vida. A mí me encanta, estoy feliz de la vida, justo estar en Miami, igual la mitad del año tengo gente viviendo acá, que me vienen a visitar, amigos, familia, todo, es distinto que si vivís en Wisconsin. Estados Unidos es como un continente. Entonces también creo que una cosa muy importante a entender es que no existe tal cosa como emigrar a Estados Unidos. Emigrar a Miami es un mundo, emigrar a Nueva York es otro, a Wisconsin, a Atlanta, a San Francisco, a Los Ángeles, son como países distintos. Es muy importante entender a dónde te estás metiendo, porque tu experiencia puede ser radicalmente distinta y eso es parte de... Por ejemplo, si vivís en Los Ángeles, el vuelo más corto a Argentina con escala y todo va a ser 20 horas, no es lo mismo que un vuelo directo a Miami. Y depende el momento del año, tenés 4 o 5 horas de diferencia horaria, querés hablar con alguien y no es lo mismo que en Miami, tenemos 1 o 2 horas de diferencia, es un vuelo de 8 horas y pico, en ciertos momentos del año podés conseguir un pasaje por 600 dólares, no tiene nada que ver la cercanía. Y como decimos, está lleno de latinos, en Miami yo llamo por teléfono a cualquier local, por default hablo en español, 90% de las veces me contestan en español, es otra cultura, es muy distinto. De nuevo, cuando vivía en Chicago, en invierno hacían 20 grados bajo cero, no tenía ganas ni de salir, eran todos los americanos más puros y es otra experiencia. Es muy importante decidir eso, la locación y el tipo de vida que querés tener.

—Es gracioso porque, y para ir cerrando la parte cultural también, yo cuando voy a Estados Unidos a vivir en 2013, era la época que Cristina en Argentina decía "ellos se van a Miami", era todo un tema, el cacerolazo de la gente que se va a Miami, y la narrativa es "qué finos que son, gente con plata, los que se van a Miami". Después vas a Estados Unidos, a San Francisco, y en Miami es como, ¿por qué te irías a Miami? Es casi como que no es Estados Unidos, te dicen.

—Sí, sí, sí, total. Y después, post pandemia, también cambió un montón Estados Unidos. Si ves los números, California y Nueva York perdieron como un millón de habitantes en los últimos 3, 4 años, Florida y Texas ganaron como un millón de habitantes, ahora hay cierta gente que se está volviendo, está interesante cómo esas cosas migratorias y el tipo de gente que hay en cada lugar ahora está cambiando un poco. Es súper competencia, eso es una cosa maravillosa de Estados Unidos, los estados tienen mucho más poder que las provincias de Argentina, entonces cambia mucho más a nivel cultural, de impuestos, de regulaciones, de un montón de cosas. Vivís en Texas o en California o en Nueva York o en Florida, la cantidad de impuestos que pagás, el tipo de gente que hay, las cosas que podés hacer, las leyes, son muy distintas, entonces por eso es como mini países en cada lugar y creo que es muy positivo a nivel país porque esa competencia es muy sana y los estados compiten por cuál es el mejor estado y cómo hago para atraer más residentes.

Hay un podcast en el que hablo de esto, creo que es el de Wokeness en Silicon Valley, que digo, creo que es ese, donde hablo de Suárez, que empezó con el tuit "How can I help?", y empezó con toda esa campaña que era, yo lo digo, es anti San Francisco, era literalmente, el chabón decía, menos homeless, más policía, menos impuestos, más obra pública, y era como literalmente, como los cinco temas de San Francisco, dijo, me voy a agarrar a gente de todo el país, voy a agarrar gente de esa ciudad.

—Es que es muy... esos de Suárez y después estaba creo que el alcalde o una congresswoman o algo así de San Francisco, que en Twitter en ese momento había puesto tipo "fuck Elon Musk", y Elon Musk diciendo "note it", y después el tipo se llevó Tesla a Austin. Es muy notoria esa diferencia y es una cosa buenísima del país que podés seguir estando en Estados Unidos con todas las ventajas de Estados Unidos, pero podés ver qué sabor de Estados Unidos querés.


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Tipos de visas y caminos para programadores

Vayamos un poco a la carne de nuestra reunión. La idea que tenía yo era hablar de las distintas visas, las distintas oportunidades, pero en vez de hacer una lista de visas, que ya lo hice en un episodio anterior, es una lista de los perfiles típicos orientados a los programadores: "tengo esta edad, ¿qué tipo de plan podría llegar a funcionar para ir a Estados Unidos?" y vamos a ir a lo largo de la carrera de un programador, para ver qué oportunidades le van surgiendo. Empezamos desde que es estudiante hasta que es alguien que ya tuvo su empresa o tuvo resultados.

—Yo creo que lo que está bueno siempre es entender la estructura de cómo se organizan las visas, y después vamos metiéndonos en cada uno. Siempre es importante mirar las empresas y decir, mirá, hay dos estadios, o tres estadios, si querés. El primero es como de turista, la de turista, en realidad es turista de negocios, es B1/B2, y eso te permite visitar, ir de vacaciones, pero también te permite visitar clientes, ir a cerrar una ronda de inversión, hacer ciertas cosas de negocios que no sea trabajar. Es una fina línea, pero ese tipo de cosas, como ir a una conferencia, hablar con clientes, o sea, tengo mi empresa en Argentina, con la visa B1/B2 tranquilamente me puedo ir a hacer un tour, un road show por distintas ciudades de Estados Unidos y tratar de conseguir clientes en conferencias. Eso lo podés hacer con la B1/B2, no hace falta que tengas ninguna visa.

Ese es el paso 1. Ahora, si decís, "me quiero ir a Estados Unidos y me quiero quedar y quiero estar ahí mucho más tiempo", ahí las visas son las que ellos llaman no inmigrantes, que son lo que nosotros conocemos como visa de trabajo, de estudiante, etc. Y después el último paso son las residencias permanentes, que es lo que ellos llaman visas inmigrante, que son las green cards. Y después eventualmente conseguís la ciudadanía, pero esos últimos 2 pasos son muy parecidos.

Dentro de todo este mundo de las visas no inmigrantes, yo creo que hay 3 grandes grupos. Está el grupo de estudiantes, que hay visas de estudio, visas de intercambio, visas de trainee y todo ese mundo que están las F, las J, las M. Distintas letras, pero es todo un mundo enfocado en "venís a estudiar", de intercambio, una carrera universitaria, inglés, o un entrenamiento de intern o algo por el estilo.

Está el tema de las visas de trabajo, que siempre tenés que tener una entidad o algo que te sponsoree. Ahí están las famosas H1B que son las de la lotería. Están las L, que son estas que te transferís dentro de una misma empresa, que fue la que vine yo. Están las visas O, que son de talento extraordinario. De nuevo, otras letras, otro adversario, pero sigue siendo de trabajo y que te sponsorea alguien al final. Por ejemplo, para los emprendedores, si tenés tu propia empresa, esa misma empresa te puede sponsorear. Pero sigue siendo una empresa. Hay una empresa en Estados Unidos, también es tuya, pero te sigue sponsoreando.

—Es muy intuitivo.

—De hecho, siempre hubo todo un tema con el gobierno que era, ellos siempre hablaban de que vos tenías que demostrar una relación real de empleador-empleado. Como que a veces, si eras el dueño, por ejemplo, de la mayoría de tu empresa, es tipo, "te estás poniendo tu empresa, pero en realidad sos vos y es mentira". Ahora, hace poco, hace una semana, sacaron una clarificación justo para las visas O, de talento extraordinario, que dice explícitamente que si vos como persona natural sos el dueño de una empresa en Estados Unidos, esa empresa igual te puede sponsorear. Lo cual estuvo buenísimo porque lo clarificaron y simplifica un poco eso. Pero bueno, ese es el mundo de visas de trabajo, más allá de que tengo todas esas relaciones.

Después está el mundo de la inversión, que es un mundo un poco distinto. No tanto para un programador, es más normal tipo "me quiero poner un restaurante, una peluquería, lo que fuera, invertí cierta plata y te venís". Pero es importante incluso para programadores, porque lo interesante de la visa de inversor es que si, por ejemplo, estás casado y tu mujer es la que se pone la rotisería, por así decirlo, vos tenés permiso de trabajo. Entonces hay mucha gente que hace eso, el cónyuge, que tal vez no tiene las ganas de trabajar profesionalmente en una empresa, se pone el negocio con esa visa. Pueden estar acá, de paso tienen un negocio y una entrada, pero después la pareja tiene permiso de trabajo libre que puede trabajar para cualquiera. Entonces a veces lo interesante de las visas no es solamente la visa en sí misma, sino las facilidades que le da al cónyuge.

A mí me pasó eso, yo tuve una J-1 y yo estaba atado a la empresa, pero mi mujer podía trabajar en cualquier lado. Otra cosa anti intuitiva del sistema migratorio, ella podía trabajar en lo que quiera. En algunos en lo que era totalmente ilegal que yo siquiera aplique, ella podía trabajar.


Caminos para estudiantes y early career

Como recruiter, como alguien que ve con muchos programadores, viene alguien y me dice: "tengo como objetivo irme a Estados Unidos, tengo que irme a San Francisco, porque ahí es donde pasan las cosas. Tengo gente que está ahí, conozco gente que está ahí, tengo que ir allá. ¿Qué hago?" Me dicen. Primero mostramos LinkedIn, no sé quién sos. A ver para qué lado voy. Y ahí es donde empiezan los perfiles, donde viene alguien que me dice: "estoy en tercer año de la UTN, ¿qué hago para irme a Estados Unidos? ¿Cuál es el camino o las opciones que tengo ahora? No tengo experiencia laboral o mi experiencia laboral es escasa. Puede o no tener un título, puede estar a punto de graduarse o ahí. ¿A esa persona le sirve una de estudiante, una de intercambio? ¿Qué opciones tiene una persona?"

—Perfecto. Si sos una persona que está recién empezando en el mundo laboral, sí, definitivamente la visa de estudiante es una opción muy interesante, porque sobre todo si estás en el mundo de programación, que suele estar dentro de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática), cuando estudiás una carrera, ya sea una carrera de pregrado, un bachelor o un master, eso después te da 3 años de autorización laboral en Estados Unidos. Entonces, te venís a estudiar una carrera y después ya sabés que vas a tener 3 años de autorización para laburar acá y eso suele ser una gran oportunidad después para saltar a otra visa, ¿no? Puede ser a la H1B que te sponsorean, otro tipo de visas. Ese es un camino muy normal para alguien que está muy temprano en su carrera.

Porque vos decís, "tenés la H1B que es lotería, pero ¿cómo conseguís que una empresa te sponsoree acá?" No es tan fácil. Si yo fuera una persona hoy con 20, 22 años que me quiero venir acá, creo que en la gran mayoría de los casos la mejor alternativa es venir a estudiar una carrera acá, que esté catalogada como STEM, cosa de asegurarte los 3 años. Si no está catalogada como STEM, solamente tenés un año de autorización laboral, lo cual para mí es muy poco porque un año se pasa volando y tal vez no conseguís a alguien que te sponsoree o lo que sea y te fuiste. Y además te fuiste con una deuda gigante probablemente porque las carreras acá no son baratas. Entonces, si ya tenés garantizado 3 años acá de trabajo, bueno, en 3 años seguro que te pagaste la carrera. En el peor de los casos, te hiciste 5 años de experiencia acá, conocés un montón de gente, laburaste en cosas interesantes y te pagaste la deuda y tuviste una linda experiencia de vida. Pero eso también te estás comprando un compromiso de vivir acá 5 años. Porque, si un máster en general son 2 y después son 3. Bueno, tenés que pensar que te estás comprando un ticket de, "me voy 5 años a Estados Unidos", que eso está bueno.

—¿Cómo es en matemática dos y tres? ¿Cómo es?

—No, claro. Si vos querés venirte los 2 años al máster, por ejemplo, y después te querés quedar los 3 años laburando en Estados Unidos para pagarlo y para decir, "no me quiero volver a Argentina con una deuda de 100,000 dólares y, ¿cómo la pago?" Es un problema. Creo que ese es un camino muy normal. Nosotros hemos trabajado con gente muy joven para sacarle la visa O, también la de Talento Extraordinario. Pero en general es un perfil bastante particular, porque la visa O de Talento Extraordinario lo que tiene de bueno es que no te requiere un título. Cualquier persona puede sacarlo. Pero suele estar bastante atado tu reconocimiento en la industria. Saliste en prensa hablando de vos, escribiste algunos artículos en publicaciones de la industria, te ganaste algún premio, fuiste jurado de algo. Hay cosas que igual se pueden hacer para desarrollarlo, hay formas de ir mejorando tu perfil. Pero no diría que es lo... la enorme mayoría de gente de 20, 23 años no va a calificar para eso. Mi sugerencia en general es: venite con una visa de estudiante y acá ves.

—¿Y hacer un máster es caro? Tenés que tener un título, tenés que aplicar a un programa, qué sé yo. ¿Viste o conocés casos de gente que directamente aplicó a una universidad directa? Tipo, fue a Berkeley e hizo la admisión y es una carrera de pregrado, no el máster, sino la carrera en sí.

—Es totalmente una opción venirte a la carrera de pregrado directo con 18 años. Hacerla acá y después de ahí tenés tus 3 años de permiso laboral. Y después, la visa más popular en ese sentido es la H1B. Lo que tiene de bueno es que lo único que necesitás con la H1B es tener tu título, por ejemplo, en computer science, una oferta de trabajo que requiera el computer science y que tu empleador te quiera sponsorear. Lo malo es que depende de una lotería que en general la gana como el 20% de la gente que se aplica. Entonces, tenés medio una en cinco chances. Si tenés los 3 años, te podés aplicar las 3 veces. Si tenés un poco de suerte salís. Y eso te da 6 años para quedarte acá. Y ahí, mientras tanto, podés ir viendo el tema de la residencia.

El camino más sencillo en el sentido de que tiene menos requerimientos o menos complicaciones para demostrar es eso: te venís a estudiar y después con los 3 años de OPT (permiso laboral) y después que tu empleador te vaya sponsoreando todas las veces para la H1B.

—Para aclarar o para ponerle énfasis a esto. Es el que tiene menos chances de que, o sea, que tiene menos ruido de probabilidades de cambios. Porque si vos tenés el título, lo único que tenés que conseguir es un empleador que siempre lo necesitás. Pero estás ahí con un título y con permiso de trabajo. Entonces no pagás el penalti de que sos un desconocido. Entonces, tenés ese tema. Y después tenés que, para que lo perciba la audiencia, es un plan ya de 9 años para lidiar con inmigración. Porque entraste. Son 3 años de la mitad de estudiante. Dos de estudiante, los 3 de permiso laboral y después tenés los 6 de la H1B. En la H1B por ahí empezás la green card. Pero si no, son procesos largos y yo creo que una cosa que es muy importante cuando vas a empezar el proceso de inmigración es no pensar solo en el primer paso. Es pensar en los siguientes. Porque yo también he visto gente así que se venía con algo que le funcionaba por 2 años, pero después de los 2 años estás jodido. Y es un quilombo porque ya mudaste tu vida acá, tenés todo acá y ahora no sabés qué hacer y te tenés que ir. Y es un problema.

—Eso me pasó a mí. Pero bueno, ya vamos a llegar.


Early career y alternativas

El siguiente paso. Tenemos la persona que dice "no, bueno, no, es muy caro el MBA o el grado. No sé, yo quiero hacer la facultad acá. Termino mi UTN. No tengo un mango partido al medio. Así que te voy a mi pública. Me gradué o tengo estudio parcial. Consigui laburo. Tengo dos o tres años de experiencia, cuatro o cinco años de experiencia. Pero early career, gente tirando a que tiene algunos años, sé suficiente, me puedo defender, sé cómo pasar una entrevista en Estados Unidos. ¿Qué puedo hacer?"

—Hay un par de opciones acá. Una opción es empezar por el mundo remoto. Te buscás trabajar por una empresa en Estados Unidos como contractor remoto. Y después de un tiempo, tener esa conversación tipo, "che, me quiero ir para allá". Ahí ya tenés la confianza, te volviste valioso. Cuando sos developer, además ya conocés el codebase hace un par de años, ya tenés un cierto valor para la empresa. No es lo mismo traer uno nuevo que se conozca todo el codebase de cero. Ya empezás a tener un valor distinto.

—Ramiro codea, eh. Para los programadores que vengan acá, Ramiro sabe de código.

—Sí, tuve que aprender por cuando me cansé que los programadores me dijeran cosas que no entendía.

—Correcto, correcto.

—Pero no, tiene un valor. Ya tenés un valor para la empresa y aunque le salga más caro traerte a Estados Unidos, pero "este tipo está conmigo hace dos años, no quiero empezar de cero, la verdad que me sale más barato esponsorearle". Y ahí mismo, por cierto, te podrían esponsorear también la H1B. No hace falta que estés en Estados Unidos. Ellos te pueden esponsorear directo H1B desde Argentina y te venís. O es más, hasta te pueden esponsorear directo la green card. Eso también es un tema que me parece interesante que la gente sepa: no es que vos tenés que hacer este caminito de una visa no inmigrante y después la green card. Vos te podrían ir a la green card directo y es una posibilidad. No es lo más común porque vos a veces también, incluso vos querés ver cómo te sentís antes de sacarte una residencia permanente, pero también es una alternativa.

—¿Qué visa sería? ¿La EB-2?

—Puede ser la EB-2 o la EB-3. Si tenés un máster, puede ser la EB-2. Si no tenés un máster, la EB-3. O la EB-2 en realidad es máster o un bachelor y 5 años de experiencia después del bachelor o algunas otras cosas, pero en general son esos casos y la EB-3 es el resto. Ahí tiene todo un tema del tiempo de espera. Es un proceso como de 3 años. No es un proceso rápido ese.

Yo también he conocido gente que se tomó un avión, iba a San Francisco 3 meses con la visa de turista, hacía network, conocía gente y consiguió laburo. De hecho tengo ahora un cliente que le estamos haciendo la visa O-1 que literalmente hizo eso. Se tomó un avión a San Francisco, estuvo 3 meses ahí, conoció startups, se fue hablando, se hizo amigo, y consiguió una empresa de contrato. Y la empresa era el sponsor de la visa. Requiere un cierto tipo de personalidad muy extrovertida e ir y conseguir y bancarte 3 meses en San Francisco con tu sueldo y lo que sea. Pero también, si vos vas y de nuevo, lo primero siempre es generar valor. Vos le tenés que generar valor a la empresa y la empresa tiene que estar motivada a hacer ese esfuerzo extra que es generarte todo este tema de la visa, versus cuando está alguien que ya lo tiene resuelto.

—Ok. Entonces, vos decís, estratégicamente, si vos estás en un trabajo y te quieren, ahí tenés que probarlo. Yo opino lo mismo que vos. De hecho, gente en mi porfolio he hecho eso. He negociado que le diga, "mira, va a funcionar hacerle una visa en algún momento". Y le han ofrecido visa a gente en mi porfolio. Obviamente son casos muy puntuales, porque les tiene que gustar, lo tienen que querer, él tiene que quererlo y además tiene que ser como parte de la estrategia de talento de la empresa. Porque si es fully remote y contrató para bajar costos es como que difícil. Pero entiendo eso. Entiendo, digamos, lo que vos decís es, ¿cómo conseguís un empleador dispuesto a hacerte la visa? Pero la pregunta es, ¿qué visa? Porque si es la H1B, el empleador te va a decir, ponele, el empleador que no quiere darte visa, y esto lo he visto también, empleadores que dicen, te ponen como la zanahoria, "yo te hago la H1B, no hay problema", porque las chances de que salga la lotería son una en cinco, entonces te tengo 3 años acá. Me pasó una vez con eso. Entonces, la H1B tiene tanta volatilidad en ese aspecto, ¿qué otras alternativas hay? Yo conozco la J1, por ejemplo.

—La J1 es peligrosa.

—¿Qué tiene de peligrosa la J1?

—La J1 es una visa muy compleja, porque aunque se sigue llamando J1 para un montón de casos, hay como 15 o 20 casos de uso que son todos distintos. Tenés desde nanis, gente que viene con el programa Au Pair que van a cuidar chicos, tenés trainees, yo cuando fui estudiante de intercambio también era J1, y ciertas de las J1 tienen una regla que se llama la 212E, que si estás con esa, te prohíbe pasar directo a una green card o a una H o a una L sin volver a tu país por 2 años. Y me ha pasado con gente que no sabía eso y se vino, estaba todo fenómeno y decían, "me quieren esponsorear a la green card". No, no se puede, porque tenés esta regla, tenés que irte a tu país 2 años y recién después podemos. Te parte al medio y nadie te lo avisa. De hecho, yo vine con la J y nadie me lo avisó y de casualidad me vine a los 2 años, pero de casualidad, o sea, a mí me parece increíble que nadie te avise y te están metiendo en ese quilombo y es como que hay que tener cuidado con eso.

—O sea, es el peligro que ves vos, como es el tema del waiver de la...

—No, no, hay que saberlo, lo único que digo con la J es siempre que escucho J, como automáticamente quiero decir eso, porque quiero dejar de encontrarme gente que le pasó eso y que está las puteadas, entonces, che, primero sepan eso, la J definitivamente es una alternativa, es para casos, como que está la parte de entrenamiento y que estás como trainee, hay ciertos requisitos y muchas veces son más cortas, tipo tenés 12 o 18 meses, no es que tenés 3 años o 6, a veces no es tan fácil renovarla, sirve a veces como algo más de corto plazo, cuando lo querés extender hay que entender bien esas implicancias antes de venir con esa, pero es una alternativa, definitivamente es una alternativa en ciertos casos.


[El episodio continúa con un análisis exhaustivo de cada tipo de visa, anécdotas personales, detalles legales y consejos prácticos para programadores y profesionales que quieren emigrar a Estados Unidos. También se profundiza en el funcionamiento de Tukki, la startup de Ramiro, y se discuten las tendencias y cambios en la política migratoria de Estados Unidos, incluyendo el impacto de la política y la economía en el sistema de visas. El cierre incluye recomendaciones y reflexiones sobre el futuro de la inmigración tech en Estados Unidos.]


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