074. Alejandro Crosa: Carrera en Big Tech, vida en Silicon Valley y fundar Daffy
- 1:22:24
- Fri Dec 12 2025
- Temporada 2 • Ep. 36
- Alejandro Crosa
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- Emigrar a USA
En este nuevo episodio de Tecnología Informal hablamos con Alejandro Crosa, ingeniero argentino que hizo carrera en empresas como LinkedIn, Twitter, Slack y su actual startup, Daffy. Con Alejandro recorrimos su historia: desde sus primeros trabajos en Argentina, su paso por la AFIP, y cómo un proyecto freelance lo llevó a mudarse a California y empezar a trabajar en tecnología en Estados Unidos. Hablamos de la cultura de trabajo en Silicon Valley, los procesos de entrevistas en Big Tech, cómo se negocia equity, y qué significa realmente tener "ownership" de los proyectos. También nos metimos en el contraste cultural de vivir en Estados Unidos: cómo es adaptarse a la cultura americana, el contraste con Argentina, las diferencias de ritmo de trabajo, las diferencias laborales, el proceso interminable de visas, y el fenómeno social de ser inmigrante en un lugar donde casi nadie es local. Una conversación honesta sobre carrera tech, cultura americana y las decisiones que definen una vida profesional. 🔗 Encontrá todas nuestras búsquedas abiertas en: silver.dev/jobs 🎓 Prepará tus entrevistas con Interview Ready: ready.silver.dev #Startups #SiliconValley #BigTech #Emigrar #CarreraTech #AlejandroCrosa #LinkedIn #Twitter #Slack #Daffy #CulturaAmericana #H1B #FounderLife #TecnologíaInformal
"Nunca, obviamente, iba a pasar esto. Nadie pensaba que los reclutadores iban a pagar por publicar. El equipo que hacía lo de reclutadores era chiquitísimo y nadie le daba bola. Y estaba en otro edificio, boludo."
"Yo tenía compañeros en Twitter que eran guionistas en la serie de Silicon Valley, andá. El pibe que se sentaba en la silla al lado mío era guionista, andá. O sea, yo trabajaba con los guionistas."
"Educate y tomá la decisión, ¿entendés? Pero tomás la decisión porque plata en mano es mejor, porque la crisis del 2001 te va a hacer querer matar, porque no está bueno cuando tengas el breakout case."
Este es un episodio de entrevista de Tecnología Informal. Esta vez te invitamos a Alejandro Crosa, que tiene el Twitter handle @GPTCrosa y es CTO de Daffy, una startup en Estados Unidos. Hizo mucha carrera allá, pasó por nombres importantes que vamos a ir mencionando. Es la primera vez que hablo con él directamente, porque a pesar de que vive en Cupertino —¿vivís? ¿puede ser?— o cerca, yo no sabía de su existencia hasta que me metí muy deep en Twitter Argentina en 2023. Ahí empezamos a tener algunos intercambios.
Creo que Alejandro no aprueba mi sistema de tipear rápido y hacer el test. Lógicamente, polos opuestos. Vamos a ver, ya vamos a profundizar en esos temas. Pero bueno, nos cruzamos y le propuse hacer una entrevista en el podcast para que cuente un poco su historia.
Introducción de Alejandro
—Hace ya 17 años que estoy acá. Así que soy medio mitad norteamericano, mitad argentino, casi. Culturalmente, biológicamente, profesionalmente, etc. Estuve prácticamente por todos lados. Creo que tuve todos los tipos de trabajo que existen, desde el más trucho hasta el mejor. Trabajé en el Estado, en privado, en empresas chicas, grandes, gigantes. Medio que la vi toda ya.
—Me gusta que hayas mencionado lo de trabajar en el Estado porque quiero pasar por ahí. Pero empecemos un poquito del principio. Veo por LinkedIn que estudiaste en la UTN. Supongo que ingeniería en software, ¿o no?
—Sí, sistemas. La escuela formal no funcionó para mí en toda mi vida. Fue un gran fallo. Ahora con mis hijos lo veo y entiendo por qué no funcionó conmigo. Aparte, el sistema operativo en Estados Unidos es muy distinto que en Argentina. Yo aprendo solo, no aprendo con la escuela. Y lo veo con mi hijo, que es igual. Aprende geografía, sabe los nombres de todos los países, capitales, banderas, geopolítica, y eso no se lo enseñan en la escuela. Lo aprende en YouTube solo.
La universidad no funcionó. Llegó un momento que dije, esto no está funcionando, estoy perdiendo mi tiempo y el de la universidad, que es gratis. Para gente como yo que lo podía pagar, aunque tampoco me sobraba la plata, pero un poco podía. Esa parte me jugó un poco en contra, sobre todo por el tema de las visas. Cuando entré en la H1B, entré en la fila larga. Pero eso fue todo lo que me afectó, no fue un gran problema.
Primeros pasos en la industria
—¿Cómo arrancaste en la industria? ¿Tenías una educación muy parcial? ¿Cómo fue tu primer trabajo?
—El sistema tiene de bueno que no necesitás ir a la universidad para entrar. Es totalmente independiente. A la gente no le gusta, es medio una vaca sagrada el tema de la educación, pero es así. Yo estaba en la industria, en PyMEs o haciendo freelance, etc. En Argentina daba clases. Cuando era muy chico daba clases a gente mayor para que usara computadoras, cuando explotaba el tema de Internet. Me gustaba mucho, conecto bien con la gente mayor porque no la juzgo, trato de escucharla. Iba a la casa de la gente y les enseñaba ICQ, cosas así que en ese momento la gente mayor no entendía mucho. Había gente que estaba sola, estaba bueno. Y había gente profesional que tenía que usar Excel y no tenía idea. Trabajaba con un tipo que era energista, por ejemplo, y le ayudaba. Estaba re bueno.
—Tipo tutor, ibas a la casa y le mostrabas computadoras.
—Literal. Yo era re chico, tenía 15, 16, 17 años, menos. Es una linda changa para empezar, estaba bueno, era tranqui. Después empecé a trabajar en una PyME muy chica, haciendo sitios web, paseando el .conf ahí. Estuvo bueno verla desde Argentina. Después trabajé en empresas privadas, en un call center, muy random.
—¿Programando o como call center?
—No, call center. Y como había cosas que no estaban automatizadas, empecé a automatizar cosas sin que me lo pidan. Fue tipo, che, déjenme usar una computadora y conectarla a la red. Esto fue en AT&T.
—¿Y qué vendías?
—No vendía nada, era soporte. Había cosas de generación de reportes y decía, ¿por qué estamos haciendo esto manualmente? Entonces armé un sistema para generar reportes. Buenísimo, qué buena onda Alejandro que hizo esto. Eso fue mega constante en esas empresas, o en las grandes. Si veo una oportunidad, lo hago y no pido permiso. Si pasa, pasa.
Trabajo en la AFIP
—El primero que llama la atención cuando miro el LinkedIn es el Estado, ese paso de tres años y medio por la AFIP. ¿Cómo fue trabajar ahí?
—Todo fue casualidad. Estaba haciendo un curso de CISCO en Avellaneda y había una especie de tongo que tenía el profesor con alguien de la UTN que metía a los estudiantes. Dije, hago una pasantía, te pagan bien. El profesor me vio que era ordenado y me mandó para ahí. Terminé quedando en la AFIP y hasta llegué a hacer planta permanente, que fue como el mejor trabajo del mundo porque no te echan nunca. Literalmente gente agarrando el cuello a otra y lo único que hicieron fue cambiarla de banco. Jugaste los jueguitos, tenés tranquilo el laburo, un mes de vacaciones. Yo lo ajustaba por inflación. El Estado, en planta permanente, es maravilloso. Es realeza. Es la casa, como dice... Y son todos familiares, hijos de, el papá y la mamá en otro sector. Todo ese mundo.
Estuve un tiempo largo, estaba muy cómodo, pero me agarró una cosa como de depresión de ver a esa persona que tenía 50 años jugando al truco en la computadora. Y decía, yo no quiero eso. Está buenísimo todo lo demás, pero esa comodidad me sentí mal. Empecé a hacer freelance para Estados Unidos.
Primeros pasos en Estados Unidos
—Esto es algo que me dijo mi esposa, yo no recuerdo haberlo dicho. Nunca había ido a Estados Unidos. Vengo de un background de madre soltera, nunca me sobró el dinero, no fui de vacaciones nunca. Una vez fui porque me invitaron. Nunca tuve auto, tuve autos de cheto, pero me subía al colectivo. Y yo dije que me iba a ir a Estados Unidos a trabajar. No recuerdo haberlo dicho, pero mi esposa dice que lo dije. Me fui a sacar la visa un día antes de renunciar a la AFIP, para que me den la visa de visitante. No tenía un viaje planeado, no tenía trabajo, simplemente en mi cabeza dije, necesito la visa porque en el futuro quiero tener esa opcionalidad. Medio que lo manifesté.
Hice freelance. Es una cagada hacer freelance, no lo recomiendo para nadie. Es una mierda.
—¿Qué es lo choto de freelance? ¿Qué fue lo que no te gustó?
—Todo. Primero, correr a los clientes. Tenés que hacer no solo el trabajo, sino también manejar al cliente: que te pague, que no te pague, cuándo te tiene que pagar, cuándo está terminado el trabajo. Es toda esa parte invisible que cuando lo pensás te das cuenta de que es el 80 o 90% del trabajo.
Llegada a Globant y LinkedIn
De la nada me llamaron de Globant. Estaba literalmente en la costa de Buenos Aires. Me dicen que necesitaban un trabajo con LinkedIn por dos semanas. Yo estaba muy metido en Ruby, por un tema estético del lenguaje que me gustaba, las meetups y toda la bola. Hacía freelance con eso. Me dijeron, necesitamos un trabajo con LinkedIn por dos semanas. Dije, bueno, entro. Me mandaron a Estados Unidos, a Silicon Valley, a LinkedIn, cuando LinkedIn era muy chiquito, no había ni cafetería. Esas dos semanas terminaron siendo dos meses, después más tiempo.
—¿Te fuiste a Estados Unidos como proceso de onboarding o empezaste a trabajar remoto?
—Me contrataron en Globant y a la semana me mandaron porque la persona que tenía los skills que necesitaban no la tenían en la planta. De casualidad me encontraron en LinkedIn y me llamaron. Fue toda una increíble coincidencia. Primero que LinkedIn hiciera ese proyecto, que Globant no tuviera gente con ese skill, y que yo apareciera en la búsqueda de LinkedIn. Así terminé volando a Estados Unidos. Ya tenía la visa de turista que había sacado antes.
Me acuerdo que hice la entrevista, con uno que ahora es uno de mis mejores amigos, soy padrino de los hijos y todo. Me entrevistó y lo odié porque me fue mal en la entrevista, me hizo mierda. Lo bueno es que como es muy amigo mío y el jefe de ese momento también es amigo mío, era de Ruby, cosas de Ruby, polimorfismo en tablas.
En esa época que fui, muy poco tiempo después entré yo a Scribd. La entrevista de Scribd era hacer un TTT. Hicimos un partnership con Scribd, me acuerdo. Esto es 2008, la crisis y toda la bola.
Mis entrevistas me fueron mal y me deprimí. Arruiné mi única posibilidad de ir a Silicon Valley. Me fui deprimido a Mar del Plata con mis amigos y mi esposa. Mi vida es Mar del Plata ahora, voy a dejar un currículum en Havanna, voy a vender alfajores. Y después me llamaron, tuve que hacer una entrevista con el que era mi jefe, y me dijo que sí, que estaba todo bien, que podía aceptar. Se arregló.
Le pregunté a mi amigo que me entrevistó: "Che, pero la entrevista yo la hice mal con vos". Y me dijo: "Sí, pero después salí con mi jefe y me dijo que sí". Cuando entré, laburé muy bien con ellos, me dieron un montón de responsabilidad, hice un poco lo mismo que en el call center: romperme la idea, hacer más de lo que me pedían, sorprender. Me aplaudían en reuniones, cosas así.
El ambiente, la gente que viene acá es muy manija. Si querés work-life balance, no vengas. No existe eso. Te aplauden y te lo premian, pero agarran todo lo que querés. En Estados Unidos hay una cultura de balance, tipo a las 5 o 6 de la tarde me voy a mi casa. Acá en Silicon Valley es peor. Podés irte a las 5 o 6, pero la mayoría se lleva así, la espalda y se llevan entre todos. No es una obligación, pero es la cultura.
LinkedIn me dijo: "Queremos que te quedes full time". Yo no quería seguir en Globant. LinkedIn me quiso hacer una oferta, pero Globant no quería porque no quieren entregar a sus empleados. Mi jefe y LinkedIn en general dijeron: "No le vamos a renovar el contrato a Globant si no nos quedamos con Alejandro". Fue así la renegociación. Bastante fuerte. Pero ese negocio era muy grande para nosotros y arreglaron algo y me quedé.
Esto fue en 2010. No había Zoom, no había remoto. LinkedIn me dejó volver a Argentina, tramitar mi visa H1B por cuatro meses, pagarme en Argentina, trabajar remoto y después volver. Realmente me querían y eso se lo agradezco mucho a LinkedIn y a mi jefe.
IPO de LinkedIn y Equity
—Te hicieron la H1B y te fuiste para allá. ¿Cómo fue ese proceso de decisión? Porque vos te estabas yendo de Globant, tenías otro plan de vida.
—Mi plan de vida era no quiero trabajar en Globant, esta experiencia ya está, voy a seguir haciendo freelance o lo que sea. También tenía otra oferta de otro que había estado en LinkedIn y se fue a hacer su startup. Hay mucho de eso acá. Tenía dos ofertas compitiendo. Pero me hicieron la oferta y me quedé. Estuvo bueno que me quedé.
LinkedIn era muy chico, 200 personas, un piso, pedíamos comida. A los dos años fue la IPO. En ese momento la IPO era medio bizarra. Me acuerdo que alguien hablaba, al año que había entrado, de que LinkedIn iba a salir a la bolsa. Yo pensaba: "Flaco, estás tomando drogas muy fuertes". Y a los dos años estábamos en la bolsa. Después creció LinkedIn a lo que es ahora, que es delirio, $10B por año.
—Tengo muchas preguntas. Quiero hacer doble click en esto de la oportunidad para irte a LinkedIn. ¿Te fuiste a vivir a Estados Unidos con la idea de quedarte o fue una oportunidad muy buena?
—No es Estados Unidos, es Silicon Valley. Si me das a elegir entre irme a vivir a otro lugar de Estados Unidos que no sea la burbuja de acá, no quiero. No lo digo por elitista, es un tema de naturaleza, tecnología, y todas esas cosas que no hay en otro lado. Cuando me subo al avión, hay dos momentos: cuando llego a Silicon Valley o cuando llego a Argentina. Es el vibeshift. Los nerds y la gente rara, y la Argentina. Me siento cómodo en esos lugares.
Crecimiento de LinkedIn y cultura de Silicon Valley
—Tengo curiosidad en lo que es vivir el proceso de LinkedIn de 200 personas a crecer. ¿Qué veías vos del producto en esa etapa y cómo explotó tanto?
—El network effect clásico de red social no existió siempre. Es buenísima esa pregunta porque es tal cual. Cuando hablan de Product Market Fit, es un poco estar convencido de que algo va a pasar y después pasa. La probabilidad de que pase es re baja, pero cuando sucede decís: "Obvio que iba a pasar esto". Nunca iba a pasar esto. Nadie pensaba que los reclutadores iban a pagar por publicar. El equipo de reclutadores era chiquitísimo y nadie le daba bola. Estaba en otro edificio, segregado completamente de LinkedIn. Nosotros estábamos en la parte del producto que era el core de perfil y toda la bola.
Ahí conocí a mi co-founder de Daffy, Adam, que era el Product Manager en esa época. Es lo que tiene Silicon Valley, el tema de networking. Conocés a todo el mundo, todo el mundo te conoce o escuchó de vos. Por ejemplo, el CEO de Figma era nuestro intern, Dylan. Hace unos meses fue a dar una charla a Daffy y le dije: "¿Te acordás? Hola, ¿cómo estás?". Entonces tiene esa cosa de microclima que está buena. Se pierde afuera. La densidad de talento que tiene Silicon Valley es grosera. Es absurdo porque no hay nada. Es súper endogámico, aparte. No está bueno también porque es un poco excluyente de sí mismo. Hay mucha cosa de mirar qué hace el otro, quién levanta rondas. A mí mucho no me copa todo eso, pero existe.
Creo que es algo que cambió con el tiempo. En 2010 era mucho más geeky y nerdy. En general las generaciones dicen que la anterior era más geeky y nerdy. Era perdedor. Y la moderna es más... Se volvió una industria más madura estilo fintech de Nueva York. Son arrogantes. California tiene un... ¿Cuál es el que tiene más impacto, más influencia? Se habla más de rondas, se habla más de tecnología, se comercializó. Pero se hicieron series de televisión. Yo tenía compañeros en Twitter que eran guionistas en la serie de Silicon Valley. El pibe que se sentaba en la silla al lado mío era guionista. O trabajaba con los guionistas. Yo esa serie no la miré nunca porque no me gusta, me pone mal porque es demasiado... O sea, la realidad es peor. Entonces la ves y decís: "¡Ay, qué bizarro, exagerado!" Y es tipo: "No, boludo, es peor". Te da bronca. Me encanta, yo la disfruté mucho, pero la ves y te da bronca porque te hace una burla y decís: "Es esto, es peor, es mucho peor".
Stack y desafíos técnicos en LinkedIn
LinkedIn fue muy interesante porque fue a partir de una idea media loca que empieza a funcionar en algunos lugares. Se hicieron mil cosas que no funcionaron en LinkedIn, mil proyectos. Escalar eso... El stack era una porquería. Teníamos gente de IT que nos ponía 60 GB de RAM en cada laptop para poder correr el sitio local. En ese entonces era una barbaridad obscena.
En ese momento había entrado el CTO, el que es ahora el CTO de Microsoft, Kevin. También lo conozco. El chabón agarró y dijo: "No, chicos, esto es una porquería, tiren toda la mierda, empecemos de cero". Es re jodido hacer eso en una startup que está en hyper growth. Dijo: "No vamos a shippear nada por dos meses". Dos meses es una barbaridad en una startup. Y lo hizo, y lo arregló.
—¿Cuál era el stack? ¿Vos trabajabas como backend de Ruby on Rails ahí o qué hacías?
—Yo hacía todo. Como había estado desde el principio, hacía lo que se me encantaba. Literalmente iba a la oficina del CEO de LinkedIn y le decía: "Quiero trabajar en este proyecto". El tipo lo que hizo fue una arquitectura, pero no es que cambió el stack, fue hacer la inversión que requiere que todo el mundo haga eso, que deje de hacer features por un largo tiempo. Eso lo hicieron dos o tres veces. Tenés que tener muchos huevos y saber qué es lo correcto.
—¿Cuál era el stack? ¿Qué usabas?
—Maven con Java. Cambiás literalmente la línea y pasaban 20 minutos. Es un Carbon Dating el decir Maven.
Negociación de equity y cultura financiera
—Bueno, y llegaste a la IPO. Vos mencionaste la negociación. Creo que vi un tuit tuyo diciendo que deberías haber tenido más equity en LinkedIn. ¿Cuál es esa historia?
—El tema de negociar acciones y que la mente argentina no comprende el tema de acciones. Yo tampoco, acá aprendí cosas financieras porque era argentino, no tenía ni idea. Hasta que algunos amigos acá me hicieron intervenciones, de cosas como querer comprar la casa en efectivo, cosas ridículas pero que tienen sentido en nuestra historia. Las acciones es un tema grande. No estamos acostumbrados a negociar, queremos plata en mano siempre. Me acuerdo perfecto de estar negociando, en ese momento eran $100K por año, y estar negociando más plata que acciones. Y a los dos años LinkedIn salió a la bolsa en récord. Son lecciones que aprendés. Por suerte me obligaron a tener acciones y de eso salimos con esas acciones, me cambió la vida. Pero son cosas que tienen que cambiar, que por ahí solamente... Volviendo a lo que hablamos al principio, aceptás todas las cosas que te dicen de afuera y por ahí tenés que desaprenderlas. Eso es algo que tenés que desaprender.
—Hay una buena razón para que los argentinos que trabajan remoto no quieran equity. Porque la realidad es que empresas como LinkedIn, Facebook, Google, no contrataron contractors en Argentina. Entonces el sample pool de las empresas...
—No, pará. Soy un contractor de LinkedIn.
—Pero entraste a través de Globant, es una excepción.
—Bueno, Globant no me da acciones.
—Claro. Hay una razón para pensar que el pool de acciones que tenés si trabajás en Silicon Valley tiene un expected value muchísimo mayor que las opciones que tenés desde Argentina.
—Eso cambió mucho. Ahora sí, hace unos años, empresas que contratan empleados directos, full-time remote en Argentina, pagan equity. Nosotros obligamos a nuestros empleados a que reciban equity. No podés trabajar en Daffy si no tenés equity.
—La mayoría de mi portfolio lo hace, pero igual la gente no lo pide. No lo culpo, no es shaming, pero creo que es falta de educación. Educate y tomá la decisión. Pero tomá la decisión porque plata en mano es mejor, porque la crisis del 2001 te va a hacer querer matar. Porque no está bueno cuando tengas el breakout case.
—Y aparte tenés que creer en donde trabajás. Si no creés en donde trabajás, es tipo... Yo digo eso. La gente que dice "no me importa, dame la plata", te tiene que importar porque si a la empresa le va bien, te ayuda tener ese skin in the game para decir "voy a PedidosYa o voy a Rappi". Tenés que elegir cuál. Si una de las dos va a ganar, no pueden ganar las dos. Pero como no da ninguna equity, me quedo con la que paga más. Grave error. Y hay algo psicológico también de que al estar invested en una startup, sos parte de la riqueza, sos un poco dueño, entre comillas, de esa startup. Eso a mí me recostó entenderlo.
Proceso de entrevistas en Twitter y Google
—Después ahí pasás de LinkedIn a Twitter. ¿Cómo fue ese proceso de entrevistas?
—Esto es 2013. Un montón de gente de LinkedIn se había ido a Twitter, estaban en puestos buenos. Querían que vaya porque habían laburado conmigo en LinkedIn. Es muy importante que donde trabajás tengas una excelente relación, que tus compañeros confíen en vos, porque después esas personas se van a otras empresas y te van a buscar. Ese es el networking más valioso.
Me entrevisté en Twitter. Obviamente era la porquería de algoritmos, cracking de coding interviews, reverse linked lists y todo eso. Yo sin educación formal, dos años de UTN, sistemas operativos a la pasada. No sabía ni cómo hacer un hash. Soy un obrero del código, no un académico. Me tuve que aprender todo eso en nada. Dos meses estudiando porque no tenía idea de cómo pasar la entrevista. Hice una página para practicar entrevistas con otra persona, turnándonos para tomarnos examen. Me quedé en blanco. Dije, no tengo ni idea de cómo pasar esta entrevista. Me puse a estudiar, me compré los libros, aprendí a calcular el O(n), el O(1), todas esas cosas que tenés que saber.
Fui a hacer la entrevista de Twitter: dos telefónicas, después 4 o 5 on-site, fuerte la entrevista. Me fue para el orto, pero re mal. Hice las telefónicas, me fue mal en una, después hice de nuevo. Como tenía gente adentro empujándome, me volvieron a entrevistar. Dije, no, esto no puede seguir así. Me tomé dos meses matándome estudiando esas mierdas que detesto. Aprendí todo eso. Hice la misma entrevista dos meses después, con la misma persona, y me saqué unos scores más grandes que se habían sacado en el proceso de entrevistas. El chabón con el libro de algoritmos preguntándome cosas. Yo le contestaba todo. Y digo, pero esa entrevista está mal, porque soy la misma persona, eso no sirve. Es simplemente un juego que tenés que aprender a jugar.
—Estoy bastante en desacuerdo con este tema. Y mirá que yo también soy un dropout. Te va a sorprender lo similar que fueron nuestros procesos. Vos entraste a Twitter en mayo de 2013. Yo en junio de 2013 me mudé permanentemente al Fox Plaza. Así que te veía en frente, en el edificio.
—Capaz te vi. Capaz estabas en el golf ese que tenía nadie arriba.
—Lo que voy a decir de tu experiencia es que ya el proceso de por sí, aunque hubiese sido saltar la bocha, la mayoría de la gente no hubiese hecho dos meses de estudio para pasar el proceso. Es un filtro de manija terrible.
—Seguro. Pero la heurística estaba alta. Podés hacer eso como podés hacer otra cosa, como correr un maratón. Algo que sea difícil.
—Pero este es más barato que las alternativas. La alternativa es hacer un producto.
—Hay un contra-argumento: contratar gente que es muy buena en el proceso y son solo buenos en el proceso. Saben hacer un reverse linked list y a la hora de crear un producto, trabajar en equipo, tener ownership, hacer código bueno, elegante, nada. Desastres.
—Hay falsos positivos, pero hay muchísima más gente que aunque se ponga dos meses no tiene la capacidad de aprender estas herramientas. No las puede hacer. Y los falsos negativos son mucho más grandes. Que el proceso sea simétrico tiene sentido.
—No sé si la probabilidad de distribución de un caso y el otro es igual. Yo te voy a decir que hay un 20% de gente que, por ejemplo, o un 10% de gente que hace entrevistas técnicas conmigo que no puede escribir una clase en su lenguaje principal. Por ejemplo, le toca JavaScript y le digo, bueno, hacé eso como funciones. Y empiezan con la clase y no saben hacer ni algo en JavaScript. Hay mucho de eso. Y esa persona por ahí cuando le hablás te dice cosas que suenan re bien pero no tiene la base.
—Antes de ir a Twitter, cuando hacía el proceso de entrevistas, hacía la estrategia de entrevistarme en varios lugares para practicar. Un día me entrevisté en Google, estaba enfrente de LinkedIn. Fui directamente y me hice todo el proceso de entrevistas on-site. Estaba haciendo para iOS porque en ese momento me había pasado a iOS. Vi las métricas de LinkedIn y mobile se estaba yendo para arriba. Me volví un iOS engineer, haciendo los videos de Stanford, construyendo cosas.
Me fui a entrevistar a Google y me hicieron la entrevista, que fue fascinante. El chabón que me entrevistó me puso tan mal en la entrevista que no podía contestarle lo mismo que había respondido un día anterior en Twitter. La misma pregunta. La jerarquía de vistas recursivamente en iOS. En Twitter lo hice en dos minutos, en Google me puse tan nervioso que no lo pude contestar y ya sabía la respuesta. Es un sistema que se puede gamear. Hay gente que se entrena y sabe hacer ese proceso de entrevista y lo pasa y sabe hacer ese proceso nada más.
Proceso de entrevistas y take-homes
—Yo no uso ese sistema. En Daffy y en otras startups en las que estuve, para mí el proceso de entrevistas mejor es algo híbrido donde le das un proyecto para que lo haga en su tiempo libre y después te tiene que explicar en la charla todas las preguntas que necesariamente los sabios y estamos dando frutos. No pongo demasiada énfasis en lo que es estilo LeetCode, pero sí me parece importante ver cómo la gente escribe código. Los problemas clásicos que uso yo para entrevistar a la gente son hacer un jueguito y hacer un form para frontend. Si sos frontend y no podés hacer un form, está bien que te filtren.
—Yo pienso que el mejor sistema de entrevistas es el work test: que venga, trabaje unas semanas y se lo pagás.
—100%. Pero la gente en Argentina, cómo habrán puteado con este tema. Igual es una cosa generacional. Las pibas más jóvenes no tienen eso, se dieron cuenta que es una estupidez lo que dicen y son cracks. De hecho, tengo un curso de LLMs para codear, con lo cual el tema de escribir el código ya no es tan importante. Cambiamos algún problema de interview porque lo te hacen en LLM y lo hacen en 2 segundos y mejor que cualquier programador. Ahora es más importante lo que tenés que explicar y razonar que lo que hay que escribir de código.
Experiencia en Twitter
—¿Cómo fue el paso por Twitter? ¿Cómo fue trabajar ahí?
—La serie Silicon Valley fue muy bizarro. Tenía esa cosa medio cholulesca que me divierte mucho: conocer a Buzz Aldrin, ir a Marvel, conocer a Hilary, venía Kobe Bryant, jugaba al básquet en la oficina. Era re divertido eso. Caminabas y te cruzabas a Miley Cyrus, cosas así bizarras. El producto me gustaba mucho, en ese momento lo usaba mucho, ahora no tanto, pero estaba en su pico para mí Twitter en ese momento.
—¿Por qué Twitter no la pegó como las otras redes sociales, económicamente?
—Muy fácil. LinkedIn sabía muy bien qué era y qué no era, cuál era la misión y lo que estaban haciendo. El CEO era muy bueno, Jeff, y literalmente me grabó en el cerebro la misión de LinkedIn: "Create economic opportunity for every profession in the world". Te lo repetía cada vez que hablaba. Twitter no tenía ni idea de qué era. No sabía si era una media company, una platform API, una social network, algo de televisión. Cada cuartel había un río, pero literal. No va a ser más vertical, va a ser todo horizontal ahora. No, es platform iOS. No, ahora es feature. Todo el tiempo hacían esto. La empresa no sabía qué era. Ese fue el problema.
—No tenían el founder como Mark, no tenían el founder como Reid Hoffman, no tenían una persona que le diga: "No, chicos, estamos haciendo esto, no estamos haciendo 50 otras cosas".
Staff Engineer y cultura de promociones
—En Twitter veo que es la primera vez que tenés el título de Staff Engineer.
—En LinkedIn me dieron casi lo que quería, se me aparecieron los títulos de cualquier cosa. En Twitter, quería pasar de banda salarial o de Staff. Hice el proceso de promoción, hablar con tu manager, la gente tiene que decir que sos bueno, el promo package. Es una cosa tan ridícula y pelotuda. En Argentina la gente no sabe lo que es el promo package. Es todo bullshit. Ahora con los LLMs es más fácil hacer eso. Estabas unas semanas escribiendo reviews de toda la gente que conocías, este proyecto, etc. Me apliqué para ser Staff Engineer y todos los Staff Engineers tenían que decir que yo también podía ser como ellos. Se reunían, mi manager me dijo: "No hagas esto, no te van a elegir". Le dije: "Lo voy a hacer igual". Lo mandé y todos los Staff me bancaban y me aprobaron. Ahí me di cuenta que es todo político. El jefe tenía un espacio de cantidad de gente que tenía que contratar y un espacio de budget para ver si era bueno o no. Pasó ese proceso y terminé como Staff. Está bueno porque no dejas de programar pero tenés mucha visión de diseño. Para mí ese era el lugar ideal, más arriba no me gustaba.
—¿Cuando te pasaron en Twitter a Staff cambiaron tus responsabilidades?
—Un poco, sí. Te empezaban a medir por el impacto de los proyectos y no por las features que hacías. Era más proponer el proyecto, ver el KPI, meterte en políticas. Se te mide mucho más por resultados.
—Es medio performativo. Cuando fui a Staff tenía meeting con el VP y me decía: "¿Cómo esto impactó en estos KPIs?" Tenía que entregar los resultados. Los KPIs son distintos. Pero es medio bolche, porque podés... Y aparte están mal los incentivos por ahí, les sirven a vos y a la empresa no.
—Ese es el problema de Google, ¿no? Siempre se le criticó a Google que era cookie licking. Cuando vienen proyectos, el que tiene más pinta de que te pueden promocionar decís que es tuyo aunque no lo puedas hacer. Le pasás la lengua a las galletitas. Es todo político. Obviamente eso tiene patas cortas, eventualmente tenés un montón de gente haciendo pelotudeces.
—Y también tenés los otros que son cracks y la ven. Por ejemplo, el pibe de Kafka o gente que era gurú. Agarrás y decís: "Hagamos open source este proyecto". Lo hacés open source, la empresa te banca, vos lo liderás, y a los dos años decís: "Bueno, chicos, me voy de la empresa, empecé mi nueva startup de consulting de este proyecto open source". Te financió la empresa el proyecto que ahora es tu empresa. Para mí eso es mucho más respeto. Hay muchísima ayuda, genera cosas. Tu trabajo es público, te pueden evaluar por la calidad de tu proceso. Tenés que ser creativo, tenés que ser muy crack.
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Dashbase, Slack y cultura woke
—No quiero hablar de Dashbase porque quiero darle espacio a otras cosas. Pero te fuiste a Slack cinco meses nomás. ¿Qué pasó ahí?
—Dashbase está bueno para hablarlo con la gente increíble en Twitter. Dije, me voy a Twitter y me voy con él. Me fui a Founding Engineer. Ahí te das cuenta que hacer una startup no es simplemente saber codear, sino que tenés todo el resto de management y ecología. Como freelancing, tenés que cobrarle a los clientes. Peor, mucho peor. No sos libre, es mucho laburo y tenés mucha gente. Es muy diferente. Aprendí, era B2B, yo era muy de consumer.
—¿Hacías ventas?
—Cuando hacés una startup, hacés ventas, te guste o no, porque estás con el cliente, tenés el problema. En B2B es más consulting, en Twitter no te enterás. En Twitter no me enteraba porque iba al colectivo o viajaba y veía cómo usaban Twitter. En B2B vas al vendedor y te dice esto, ¿no? Es mucho más fácil que consumer, pero para mí es mucho más difícil B2B.
—¿Por qué?
—Difícil en la dimensión de que terminás haciendo consulting y tenés que saber cuándo lo estás haciendo, cuándo dejar de hacer consulting para generalizar en el producto, y es re difícil eso. El que atrapa en consulting es la muerte. Hay una tentación, es difícil entender cuándo te ayuda a escalar el negocio o no. Escalan mucho peor los B2B, ese es el problema.
—Y de ahí Dashbase sigue viva, la página no anda.
—No, lo compró Cisco. Tuvo un éxit tranquilo y después me fui a Pandemia y dije, bueno, me parece que voy a tener que laburar. Después de Dashbase dije, ya fue, voy a hacer una startup por mí mismo. Hice una startup, no funcionó, fue un desastre. Dije, voy a tomar tres meses de vacaciones. A los dos días estaba haciendo una startup.
—Ahora, se me ocurrió algo. Te hicieron la H1B en LinkedIn, después la tuviste en Twitter. ¿Cuándo tenías la green card?
—No la tuve hasta... pasé por todas las visas de mierda que existen. El proceso de visa de Estados Unidos es lo peor que hay. Empecé mi visa en LinkedIn, fui y le dije a Jeff: "¿Querés que me haga una green card?" Me dijo, hablá con no sé quién. La empecé ahí y tardé 10 años en conseguir la green card. En Twitter me la habían hecho mal, el abogado puso el primer checkbox mal, le pagaban miles de dólares. Tuvieron que hacerlo de nuevo. Me preocupé, ya tenía un hijo, estaba viviendo acá. La tuve que hacer de nuevo y después me dieron la green card. Pero tardé más de 10 años.
—¿Pero qué visa? Porque la H1B dura 6 años.
—Hice la H1B, la extensión, y ya para ese entonces estaba en la extensión y tuve la green card al año o dos años.
—¿Sobreviviste con la H1B, en general?
—Sí, que es una cagada porque no podés estar de vacaciones. Tenías que saltar de un trabajo al otro. Terminaba en LinkedIn y al lunes tenía que volver a Twitter, no podía tomar una semana. Tuve situaciones de gente que hice entrar a Twitter y los iban a echar, y estaban con una H1B, y si los echaban tenían que volver a su país. El sistema migratorio te quema, te consume mucho.
Slack y cultura woke
—Terminó Dashbase, te tomaste un tiempo, hiciste Decision Made, no funcionó. Dijiste, vuelvo, explosión de pandemia, están todos usando Slack, voy a irme a Slack.
—Me gusta el producto, lo uso, voy a trabajar ahí porque tengo opiniones de cómo debería ser el producto. Fue la persona más woke que estuve en toda mi vida, fue increíble. Más que Twitter, diez veces más. ¿Cómo sos woke y trabajás en Salesforce después? Igual, yo medio que soy, no parece por mi Twitter, pero soy medio woke. El ambiente de laburo estaba bueno, el producto estaba bueno, pero tenía esa cosa del entitlement Slack muy, muy en la cultura. Demasiado. Hacían cosas bizarras, como apagar la cámara en las llamadas porque genera ansiedad ver las caras de los demás. Cosas así que decís, ok, voy a seguir el juego. En 2020 no se podía decir nada, no era un momento seguro para ponerse crítico. Nombres muy forzados. Yo siempre usé nuestros nombres, porque sabía que hay gente que va a estar incómoda con esto. Es un poco excluyente todo ese tema.
—¿Te llegaron a decir Latinx ahí en Slack?
—Sí, lo reputé mal. En Twitter teníamos el Latinx y dije: "No, papu, Latinx no". A mí me tiraron un Latinx y yo le dije: "That's a slur, para siempre". No era malintencionado, pero hay algo patronizing en ese concepto, un poco condescendiente. El problema es cuando se pone coercitivo. Cuando se pone coercitivo la cagaste porque vos estás decidiendo qué está bien y qué está mal. Incluir, capaz, es incluir cosas que no querés incluir. Pero tuviste cinco meses ahí y te fuiste a Daffy.
Daffy y la vida en Silicon Valley
—Yo estaba re contento en Slack. Era todo el entitlement remoto, la pandemia, estaba con mi familia. Saqué muchas cosas buenas de Slack, muchas cosas buenas de Twitter. Una de las que saqué fue el proceso de entrevista: coding exercise, no live coding. No me pongo nervioso cuando me miran, no puedo programar cuando me miran. El proceso fue la típica: coding exercise y después las llamadas. Me pagaban re bien, el ritmo del laburo y el producto me gustaba. La gente lo usaba. Guillermo Rauch me escribía: "Esta mierda de Slack te manda 50 mensajes". Me reía. Hay gente emocional del producto que lo usaba, para mí eso tiene mucho valor.
Adam, el PM que conocí en LinkedIn, nunca había podido laburar con él. Me mandó un mensaje, hablamos en pandemia, la típica: "Conectamos en pandemia, hagamos un Zoom". Me mandó un Excel de ideas, empezamos a hablar y una de esas ideas fue el breakout opportunity. Hacer una startup con alguien complementario a mis skills, que sé que labura bien, que es crack, que me va a servir para aprender. Me recostó irme de Slack, pero quería que este producto exista.
—Ahora es un cambio enorme desde un plan general de soy un staff engineer empleado a emprender. ¿Cómo viviste esa transición?
—Siempre lo viví de la misma manera. La manera en que actuaba y laburaba era siempre igual: ownership. Cuando me decían, tengo que hacer este proyecto, lo hacía de fin de semana y me aplaudían. Nadie me dijo que haga eso. Yo lo vivía como un tema de ownership. No me motivaba cerrar el ticket.
—¿No tomaste responsabilidades que antes te incomodaban? Por ejemplo, hablar con clientes o empresa, ¿lo hace Adam?
—Hablar con investors lo hace más Adam, hablar con la prensa también. Por ese lado, me gustaba. Sentía que iba a aprender mucho laburando con él. Aprendí un montón. Armando la empresa aprendés un montón: cómo entrevistar, cómo reclutar. Lo hicimos muy bien, creo. Estábamos en stealth y el primer ingeniero que conseguimos era de Google, la primera ingeniera iOS era de Twitter. Los sacamos de lugares cómodos. Muy cómodos, haciendo carrera. La iOS engineer después se fue a Google, pero estuvo cuatro años. Tuvimos mucha suerte en el hiring inicial. Hicimos un muy buen equipo y también sintió la cultura de la empresa. La cultura es la gente, lo que hace la gente, no el mission statement.
Identidad, migración y cultura
—Ahora dijiste que trajiste a tu mamá a Estados Unidos. Antes dijiste algo como "me considero mitad argentino, mitad estadounidense". ¿Cómo viviste esa transición de identidad?
—Cuando me fui, que me dieron la visa de trabajo, mi mamá me dijo: "Tus hijos no van a ser de allá ni de acá". Y es tal cual. No son de acá ni de allá. Palabras en inglés, palabras en español. Ideológicamente nunca me sentí muy argentino en todo eso de la viveza, el camino corto. No me gustó nunca eso. Me gustaron otras cosas de la Argentina: solidaridad, familia, lo amistoso. Ponés a alguien a dos minutos y sos amistoso. En Estados Unidos no pasa, es mucho más separado.
Los que no entienden la gente de Estados Unidos, y yo siendo ciudadano, entendí mil cosas que no entendemos. Somos muy rápidos para juzgar a los yankees. Si los yankees nos aman, nosotros los odiamos. Y lo digo como mitad y mitad. Por ejemplo, no entendemos lo de las armas. Yo tampoco lo entendía. Cuando vine acá, criticaba el tema de la salud paga, la universidad paga. Cuando estudiás la historia de Estados Unidos entendés todo. Venían persiguiendo con la religión, el tema de la libertad individual es fundamental para su identidad. Las armas llegaron, se empezaron a cagar a tiros con los indios, con los ingleses, después fueron a la guerra. Nosotros nunca tuvimos guerra. Mi papá fue a la guerra esa. Son cosas que no podemos simpatizar.
Cuando el argentino critica a Estados Unidos se trata de empatía y de entender el contexto del yankee. Y el yankee tiene una versión caricaturesca de nosotros: cree que hablamos portugués, tango, Messi, esa onda. Yo me siento, si tenemos el porcentaje, un 70-30, 80-20 yankee, más que argentino. Pero hay algo de la cosa argentina, y cada vez que voy a Argentina me pasa que te enamorás de nuevo de la cosa argentina, de la diversión, de los memes, de la cultura, de la farándula, de lo bizarro.
—¿Tu mujer es argentina? ¿Te armaste un círculo de amigos americanos?
—El que me entrevistó, que me deprimió, que me había rechazado, es un buen amigo, padre de dos hijos, mi jefe, todo bien. Hacés amigos, pero la amistad yankee es muy distinta a la argentina y hay que saber manejarla. Una vez que la aprendés, está bueno y es complementaria. El yankee no te dice "ah, tenés como chilenos". Te encontrás con gente parecida a vos, argentinos. El yankee hace mucho menos el trabajo en los Estados Unidos. En Argentina no es tan común eso.
—Yo cuando fui a Estados Unidos fui con la idea de irme a vivir permanentemente. No hablaba con otros argentinos, no porque los evadía, simplemente dije: "Mi círculo de amigos va a ser americano". Porque si no, no me voy a adaptar nunca. Cuando cambié fue la última vez que estuve, en 2020. Tengo una hija ahora y me di cuenta que la familia americana, todo bien, pero para juntar a mi hija con la hija de los otros es tres semanas, como una cita de médico. Mientras que ahí empecé a hablar con otros argentinos y capaz tenían... No terminé de conectar del todo, pero era un poco más social para poder juntar. Para poder decirle "mañana tomamos un café". No, yankee, no podés hacer eso. Te caigo en casa, ¿qué casa? Llama a la policía.
—Acá si alguien te toca el timbre y estás, lo atendés. Allá no, te fijás en el Nest y te olvidás.
—Igual, me dio muchas cosas eso. Una de las razones por las que volví es por familia, por cómo criar a mi hija. Me dio cosas que tenga esa vida social tan esparza, especialmente en Silicon Valley que están todos lejos. Y venir acá que sea hipersocial.
—¿Vos cómo vivís con tu hijo?
—Tengo dos hijos, ahora el argentino y el mexicano. En inglés y en esos idiomas, y se chean. Es muy interesante. Ellos disfrutan en Argentina porque tienen esa exposición de la familia y acá es un poco... Pero acá también es... Por eso lo que dije al principio de Silicon Valley: Silicon Valley es una burbuja donde el 99% de la gente no habla bien inglés. La gente se cree que Estados Unidos... Mi imagen cuando vine a Silicon Valley fue completamente diferente de lo que me imaginaba. Era un edificio, campo, todos indios, chinos, israelíes, rusos. No hay yankee. Te vas al aeropuerto, salís dos horas en auto y empezás a ver la bandera de Trump, gente blanca, el americano estereotipo que tenemos en Argentina. Así como ellos creen que nosotros somos portugueses, tenemos la idea del yankee. Es muy interesante. A mí me encanta de acá que no hay nadie que hable inglés, son todos con acento. No hay gente que habla normal. Tenés esa cosa de las culturas que son muy distintas. El amigo indio, el amigo chino, el amigo europeo, el ruso. Está bueno exponer a los hijos a eso. En Argentina somos muy cerrados, creemos que somos re abiertos, pero somos re cerrados mentalmente. Te das cuenta cuando le decís a un argentino que te diga algo respecto de alguien de afuera, te ponen a un nivel de casillamiento y estereotipo que decís: "Flaco, flaca, ¿qué hablás? Salí de tu burbuja".
—En la primera entrevista de este podcast, le dice a Valentín Schmidt que trabaja en Amazon y vive ahí por Silicon Valley, y él en persona siempre me decía que Estados Unidos, o por ahí Silicon Valley, es tan welcoming al inmigrante que es normal que vos tengas un tipo que creció en la Bay Area y su jefe sea argentino. Pero te vas a Argentina y ¿cuántas veces tuviste un jefe de Bolivia? ¿Uno de Paraguay? Es como que no escala.
—Hay un filtro, hay un gran filtro. Es cierto. Te perdona mucho. Realmente te da la exposición de que si traés resultados o laburás, no hay techo de cristal. Algo bueno que pasó en Argentina hace poco fue que hay mucha más gente de Venezuela, de países latinoamericanos. Para mí fue increíblemente positivo eso. El otro día vi un personaje de Venezuela en Argentina. Volvés y ves detalles, pequeñas cositas, negocios de comida de otra cosa que no sea la misma porquería de siempre. Eso es lo que enriquece cuando metés culturas distintas y tienen otra forma del mundo. Eso es lo que me gusta de Silicon Valley, con el mix de tech y nature que a mí me mata. Yo no voy a la montaña y que sea literalmente pumas y que no hay nada, siendo porteño de Belgrano. Es tan lindo. El clima de California y el espacio para el wild, para el parque, decís que yo no soy muy outdoorsy, pero si te gusta hacer camping, California es una cosa de locos.
—La playa, naturaleza, el clima, 300 días soleado. Es aburrido, seco. Pero los impuestos son tan altos en California.
—Sí, pero lo más contento es otra cosa que me pasa en la vida norteamericana: a mí me jode pagar impuestos porque los veo que se usan. No estoy diciendo "me están choreando", y eso es re ineficiente. Comparado con Argentina, que nunca veía que se aplique para pagar impuestos. Podés ser un libertario, pero a mí no me jode.
—La estafa en Argentina es un tipo que pone los bolsos en un convento y eso no es nada. En California vas y tenés el Salesforce Tower, yo trabajé a la vuelta de ahí y lo abrieron, eso fue una estafa y después se partió al medio y tuvieron que cerrarlo. Yo tuve un año usando la parada de colectivo temporal de un techito. ¿Cuánto costó este chiste? No sé, $200M. Un billón.
—Justo hablaba con alguien de la Salesforce Tower, fue con Damián Schenkelman que trabajó en Salesforce porque hizo lo de MuleSoft y se fue para allá. Cuando pasé por el Salesforce Tower sentí algo mal en el pecho porque yo trabajaba a la vuelta, sentí algo malo con los agujeritos. Después googleé y lo hizo un argentino, César Pelli, el de las Petronas. Hizo un par de edificios conocidos. Tenemos un par de argentinos tipo Pagani, Pelli, hay gente que no se habla mucho. Caminás y te encontrás.
Creo que estuvo buenísima la charla, vamos a ir cerrando un poquito, tenemos ya la hora y 20.
—Uy, sí, bueno, tengo una tarta, mi amigo.
—Sí, yo también tengo todo prendido en fuego. Bueno, un gusto y gracias por haber participado.
Un abrazo, chau.
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