039. Gamestop y Robinhood desde adentro
- 16:56
- Fri Dec 12 2025
- Temporada 2 • Ep. 1
Hoy hablamos de un evento histórico de las startups - la corrida accionaria de GameStop en la plataforma de Robinhood. Yo estaba trabajando en la empresa cuando esto ocurrió y te cuento como lo viví y qué pasó.
Robinhood frenó la compra de GameStop. El cielo se nos cayó encima. Varios empleados dejaron de usar las remeras y las hoodies porque no querían que los reconozcan en la calle.
Bienvenidos a Tecnología Informal, un espacio para hablar de carrera, inversión, cultura, mercados y todo lo relacionado a trabajar en startups.
Yo soy Gabriel Benmergui, un programador recruiter con más de 10 años de experiencia viviendo y trabajando en Estados Unidos y actualmente el fundador de Silver.dev, una agencia de talento en Buenos Aires que conecta a talento argentino con startups americanas.
El 28 de enero de 2021, en medio de un frenesí mundial por la suba en la bolsa de la acción de GameStop, Robinhood desactiva la capacidad de compra de la acción en su plataforma. Sin explicaciones oficiales de la empresa o el Estado, la especulación se ganó la imaginación del público y años después perdura una fábula: que Robinhood vendió a sus usuarios a favor de grandes fondos de inversión.
Yo estaba trabajando en Robinhood durante este suceso y hoy les voy a contar cómo se vivió desde adentro.
El modelo Robinhood y el fenómeno GameStop
Robinhood es una de las startups más famosas de Estados Unidos y era uno de los productos más amados. Previo a Robinhood, todos los brokers tenían una filosofía de Wall Street y los productos estaban orientados a traders profesionales, agentes de bolsa o administradores de fondos. Los brokers cobraban entre 9 y 15 dólares por transacción, lo que hacía que los productos sean hostiles para inversores individuales y transacciones chicas, ya que comprar y vender era muy caro.
Robinhood innovó creando una plataforma más fácil de usar que apelaba a gente joven e inversores no profesionales. Armó un modelo de negocio sin cobrar comisiones por transacción con un proceso llamado Payment for Order Flow (PFOF).
Vamos a aclarar cómo funciona PFOF porque mucha gente tiene la idea de que es una manera de usar la información de los usuarios en su contra. Cuando uno hace una compra de acción en un broker, el broker manda esa orden de compra a un exchange abierto, donde se hacen todas las transacciones. Uno puede pensar en el exchange como un intermediario.
Cuando un broker empieza a tener mucho volumen, se da cuenta que hay muchas personas que quieren comprar y vender la misma acción, y sería mejor que hagan la transacción entre sí en lugar de usar un exchange como intermediario. Al sacar a este intermediario, le puede dar un mejor precio al comprador, mejor precio al vendedor y cobrar una comisión por esa mejora. Es realmente un todos ganan.
Bueno, esto no es exactamente así, pero es casi así. En la realidad, para esta mejora de precios también se usa un intermediario que se llama un Market Maker, y Robinhood usa una firma llamada Citadel.
Eventualmente este modelo sin comisiones fue tan exitoso en el mercado que todos los brokers eliminaron sus comisiones y se fondean con una combinación de PFOF y otros servicios financieros de cada plataforma.
Mi llegada a Robinhood
Yo me enamoré de Robinhood instantáneamente en 2017. Mandé currículum para el equipo fundacional de la web, pero no quedé. Sin embargo, usaba su producto y me encantaba lo que hacían. Era una revolución garantizada. Con una plataforma fácil de usar, que ofrecía instrumentos financieros avanzados sin comisiones, se creó un nuevo jugador en las finanzas: el Degen, o el Degenerado.
El Degen busca resultados excepcionales, apostando sin criterio racional ni estrategia de largo plazo. En Reddit se creó la comunidad WallStreetBets, donde la gente competía para hacer la palanca más grande y lograr no solo las ganancias más espectaculares, sino las pérdidas más grandes posibles. El Degen podía ser un amateur o un profesional, y la aglomeración de usuarios dio lugar al fenómeno Momentum Trading, cuando muchas personas iban generando hype sobre una acción y todos compraban juntos.
Esta comunidad tenía un conjunto de acciones preferidas, que incluyeron a Tesla, Nvidia, Microsoft y luego la famosa GameStop. GameStop era una de las apuestas sin sentido, porque el negocio no tenía futuro. Es una marca de venta de juegos como podría ser Frávega, un negocio moribundo a mano de las compras online.
En el comienzo de la pandemia, yo estaba trabajando en salud y quería cambiar de rubro, y Robinhood estaba en crecimiento. Entrevisté en mayo de 2020 desde Argentina, con el mundo sumergido en la locura, y pasé el proceso de entrevista mudándome a Menlo Park, California, en agosto. Robinhood era la empresa de mis sueños.
La primera entrevista que vi de Vlad, el CEO, era que quería hacer un producto para poder apostar en acciones con un amigo, para divertirse poniendo plata en distintas empresas y viendo los resultados. Cuando yo entré, esperaba un lugar que hacía un producto para divertirse con los Degen, para romper los hábitos sobrios y aburridos del mundo de la inversión. Pero todo eso que estaba en la misión original de la empresa había sido erosionado por regulaciones y compliance legal.
En el onboarding, me dijeron que estaba prohibido decir la palabra "apostar", y que no se podía hablar de precios de acciones, inversiones o nada dentro de la empresa. Tampoco se podía hablar mal de las agencias regulatorias.
En la primera All Hands, una reunión donde el CEO comparte directivas y estrategias de la empresa, uno de los temas era IPO preparedness, es decir, qué hacer para prepararse para salir a la bolsa. Robinhood había tenido una experiencia traumática cuando sacó su tarjeta de débito, teniendo que cancelar el producto debido a presión regulatoria, y no quería hacer nada que pueda molestar a las distintas agencias de regulación financiera, con la principal de todas siendo la SEC, la Securities Exchange Commission.
Tanto en Estados Unidos como en Argentina, las agencias regulatorias responden al poder político o a la presión por lobby, y Robinhood estaba sin amigos y en la mira. En esa época había otra persona en esa misma situación: Elon Musk. Elon se peleaba abiertamente en Twitter en contra de estas agencias. Un insulto memorable es un tuit de Elon diciendo que SEC significaba "Suck Elon's Cock". Este tono beligerante le valió algunas multas, pero finalmente no tuvo graves problemas.
Robinhood, sin embargo, quería quedar bien. Nunca retaliaba ni hacía nada que podía molestar a los reguladores, y en consecuencia los reguladores constantemente castigaban a Robinhood con multas y prohibiciones. Esta estrategia de dejarse morder genera un problema de incentivos. Si sos un agente, te hacés tu reputación por qué tan grandes son las multas y tus juicios ganados, y si sabés que te van a pagar, te conviene aumentar la presión.
Robinhood pagó las multas más grandes de la historia de los brokers por infracciones mínimas por esta estrategia. Además, en Estados Unidos, las multas de la SEC son plata que se queda la agencia y que no reparte entre los supuestos damnificados, en lo que es, en mi opinión, lisa y llanamente corrupción.
Para resolver este predicamento, Robinhood contrató a uno de los presidentes de la SEC, quien se convirtió en el ejecutivo mejor pago de la empresa, en una jugada también corrupta que se llama Revolving Door. Primero trabajás en una agencia regulatoria, y después vas al sector privado para vender tus contactos y tu conocimiento interno de la agencia para que la empresa pueda navegar la regulación.
El estallido de GameStop
Para enero de 2021, la bolsa estaba en euforia. Las acciones llegaron a valores estratosféricos, y empezó una corrida con GameStop en WallStreetBets. En el foro de Reddit, se decía que los mal llamados fondos buitre estaban short en GameStop, y que si lograban subir la acción hasta ciertos valores, podían quebrar sus posiciones y llenar al inversor de a pie de ganancias. Fue una narrativa épica y atractiva sobre los pobres robándole a los ricos, y nada más ni nada menos que en la plataforma llamada Robinhood.
Desde adentro, ya sabíamos que todo eso no tenía mucho sentido. Ya sabíamos que retail entraba y salía de estas posiciones, y que por conocimiento de industria, los fondos de inversión también entraban y salían de la posición. Pero Robinhood como broker no puede emitir opiniones o observaciones. Lo que sí veíamos era que el fenómeno social ocurría en nuestra plataforma.
El 24 de enero de 2021, empezó el pico de la corrida, y más de un millón de usuarios por día se hacía una cuenta en Robinhood, mandando fondos e invirtiendo instantáneamente. Y la comunidad de WallStreetBets tenía un flujo similar de nuevos usuarios. Toda esta situación atrapó a los medios y a la ilusión popular, e incluso llegó a sumar a personas como Justin Kan, el creador de Twitch, y Sam Altman, el creador de OpenAI, que tuiteaban a favor de Robinhood.
El 27 de enero fue mi cumpleaños, y desde Robinhood nos sentíamos los héroes de la humanidad. Éramos tapa de todos los diarios, y nuestros amigos y contactos nos mandaban mensajes todos los días. Habíamos sumado millones de usuarios y los sistemas estaban andando bien, escalando entre 100 y 300 veces el volumen sin problemas.
Sin embargo, esa noche no podía dormir. Tenía una sensación familiar que había tenido varias veces antes. La sensación de que algo inesperado iba a pasar, algo destructivo y caótico. Yo lo llamo el sentido arácnido argentino. A las 10 de la noche le mando un mensaje a la cabeza de infraestructura felicitándolo por los resultados de su trabajo y le doy una advertencia: que se prepare, que mañana iba a ser mucho peor.
Promo: Comunidad Silver.dev
Silver.dev maneja una comunidad de Slack exclusiva para programadores con más de 5 años de experiencia laboral, donde hablamos de noticias, finanzas, el podcast, oportunidades laborales y, por qué no, chismerío. Además, hacemos meetups en persona y conseguimos promociones de servicios para programadores.
Unite al Slack de la comunidad aplicando en silver.dev/slack.
El día que todo cambió
A la mañana me despierto con un mensaje de mi hermano diciendo: "Robinhood frenó la compra de GameStop. El cielo se nos cayó encima." Adentro de Robinhood no sabíamos nada. Ninguna comunicación oficial, ninguna comunicación interna, ni siquiera un rumor. Instantáneamente la euforia se volvió en contra de Robinhood y no entendíamos por qué. Ni mi manager, ni el de arriba, ni el de arriba de arriba. Estábamos todos paralizados. Nadie estaba tocando una línea de código. Estábamos en total shock.
En WallStreetBets surgieron teorías conspirativas y la que más pegó fue que Robinhood, a pedido de los fondos buitres, había prohibido la compra de acciones para frenar la corrida, que había vendido a sus usuarios a favor de los grandes jugadores, en connivencia con Citadel. En mi mismo equipo algunos creyeron en esta teoría. Yo les explicaba que no podía ser porque no tiene sentido. Tanto Robinhood como Citadel hacen plata con el volumen de las transacciones. Frenar transacciones es perder plata. Es como pensar que un lugar dejó de vender milanesas para hacer más plata vendiendo milanesas.
Lo que era sorprendente era que no había explicaciones. Yo pensaba que había pasado algo legal o regulatorio y que tenían prohibido hablar. Le mandé un mensaje al CEO mismo diciéndole que, si no dice qué está pasando, iba a destruir la marca. Nunca me contestó.
Para el final del día, el colectivo popular transformó su ilusión en Robinhood en enemistad. Sam Altman publicó un tuit diciendo "Fuck Robinhood". Millones de personas sacaron sus fondos y cerraron sus cuentas, jurándose nunca usar la plataforma y hablar pestes para siempre.
Mientras esto ocurría, yo esperaba que cierre el mercado para una comunicación oficial. El primero en hablar fue el CEO de Interactive Brokers y explicó que el sistema estaba por colapsar y que no había confianza ni en los brokers ni en los clearinghouse. Y ahí entendí todo.
Cómo funciona el sistema y por qué colapsó
Como usuario, la experiencia de comprar o vender acciones es instantánea, pero en realidad cada compra y venta de acciones y sus derivados genera una orden que va a un clearinghouse, que mantiene los fondos y los títulos en posesión por dos días. Cuando hay un gran volumen de actividad, como pasó con GameStop, la cantidad de órdenes de acciones en el clearinghouse puede ser más grande que la cantidad de acciones que existen. Es decir, pueden haber 100 millones de órdenes de compra y venta cuando hay solo 10 millones de acciones en existencia.
Esto le da mucha fragilidad al sistema, porque si algún broker quiebra, se arma un efecto en cadena donde ningún broker puede cumplir con sus obligaciones con los clientes, llevando al sistema al colapso total.
¿Por qué quebraría un broker? Porque el broker es garante de las transacciones de sus clientes, y si sus clientes hacen algunas apuestas apalancadas en activos muy volátiles, un movimiento en la dirección equivocada puede poner a un cliente en pérdidas por arriba de sus fondos. En ese caso, el broker tiene que responder con sus activos, y si no alcanza, quiebra. Luego, su contrapartida de cada transacción tiene que cubrir a su cliente, generando una posible cascada de quiebras.
Para evitar esto, hay regulaciones específicas que calculan cuánto capital tienen que tener los brokers para operar. Y a Robinhood le pidieron a las 3 de la mañana del 28 de enero que deposite 10 mil millones de dólares líquidos en una cuenta de banco. La empresa tenía menos de mil millones de dólares.
Para resolver este problema, Robinhood hizo dos cosas. Levantó 3 mil millones de dólares de Sequoia y Andreessen Horowitz para conseguir mayor liquidez, y negoció con los reguladores cómo reducir la exposición y cumplir con la regulación vigente. La conclusión fue restringir la compra de acciones volátiles. Esto era inevitable, y lo hicieron casi todos los brokers, incluyendo Interactive Brokers, el más grande de todos.
Hasta acá, no tengo críticas sobre nadie. GameStop fue una excepción, un evento con un volumen nunca antes visto en la historia, un fenómeno irrepetible. Y ni las regulaciones, ni los brokers, ni la estructura del mercado estaban listas para esto.
El error de Robinhood
Pero Robinhood sí tomó una decisión. Decidió no salir públicamente a explicar esto. Si hubiesen salido a decir que las regulaciones obligaron a Robinhood a actuar de esta manera, no hubiesen proliferado las conspiraciones, y la gente se hubiese puesto del lado de Robinhood, que no podía hacer otra cosa. Pero hubiesen tirado a los reguladores abajo de un camión, y la estrategia era ser mansos y tratarlos bien.
El costo final de esta sumisión fue la destrucción de la marca. Solo semanas luego de este evento, el NPS, un número que mide qué tanto los usuarios recomiendan la plataforma a otros usuarios, pasó de 95 sobre 100, un número inédito en cualquier industria, a -40. Es decir, la marca se volvió tóxica, y la gente recomendaba nunca tocar el producto en la plataforma.
La ejecutiva de medios había entrado hace un mes, y la despidieron semanas luego de GameStop. La moral de los empleados se fue al piso. Perdíamos millones de usuarios, y nuestros amigos y conocidos hablaban de Robinhood como una estafa y un traidor a su misión. Varios empleados dejaron de usar las remeras y las hoodies porque no querían que los reconozcan en la calle.
Los meses siguientes fueron de constante ataque mediático y gubernamental. El CEO tuvo que hacer declaraciones en el Congreso, y oleadas de juicios civiles y estatales asediaron a la empresa. Políticos como Alexandria Ocasio-Cortez y Ted Cruz se ponían de acuerdo en Twitter para hablar mal de Robinhood. Como que en Argentina Nicolás del Caño y Milei se pongan de acuerdo en algo.
La sensación fue de resistencia hasta la IPO. El 28 de julio salimos a la bolsa, y yo era parte del Response Team de Medios y Comunicaciones. Yo tenía cierta ansia de que la euforia del mercado toque a Robinhood. Después de todo, los Degens podrían haber jugado en grandes volúmenes con la acción, pero no ocurrió. Y para octubre, Robinhood fue el canario para la recesión del sector tecnológico, cayendo 75% de su valuación en los siguientes 8 meses.
Reflexión final
Al día de hoy, Robinhood sigue siendo el mejor producto de broker en el mercado. Lo sigo usando todos los días, pero su marca es insalvable. Robinhood no es una historia de conspiraciones y corrupción, sino una historia de sumisión. Si no peleás con tus adversarios, no te respetan y te sacan provecho. Finalmente, Robinhood extinguió la llama tanto en sus empleados como en sus consumidores, y se perdió la oportunidad de ser la marca del siglo.
Si les gustó el podcast, denle follow para saber de los nuevos episodios, y síganme en Twitter como @Conanbatt.