Tecnología Informal

044. Wokeness en Silicon Valley

  • 35:37
  • Fri Dec 12 2025
  • Temporada 2 • Ep. 6

Un fenómeno político mundial terminó entrando y afectando a la industria desde adentro - lo llamado Wokeness. Me tocó verlo venir e irse y cuento como fue afectando el día a día en las empresas americanas.

"Una corriente política e ideológica que se viene comiendo el mundo hace 15 años, el wokeness entró como una tormenta tanto en la sociedad en general, en la política como en nuestra industria."

"Yo me fui a vivir a Estados Unidos en 2013 y pude ver mucho cómo era antes de que esta corriente le pegue a la industria, y bueno, qué es lo que fue pasando y en dónde estamos ahora."

"En el episodio de hoy vamos a ver Wokeness en Silicon Valley."

"Google realmente es el epicentro de wokeness de toda la industria, siempre lo fue, siempre que había un movimiento sindicalista salía de Google, siempre que había un pedido de cancelación venía de ahí, siempre había un problema ahí."

"Cuando Elon Musk compró Twitter y despidió al 75%, fue un baldazo de agua fría para todos y los empleados dijeron: ya no se puede joder más."

"La gran evidencia de que ahora el wokeness está totalmente en retirada y es motivo de burla hoy en día, es motivo de vergüenza."


Bienvenidos a Tecnología Informal, un espacio para hablar de carrera, inversión, cultura, mercados y todo lo relacionado a trabajar en startups.

Yo soy Gabriel Benmergui, un programador recruiter con más de 10 años de experiencia viviendo y trabajando en Estados Unidos, y actualmente el fundador de Silver.dev, una agencia de talento en Buenos Aires que conecta talento argentino con startups americanas.


El wokeness y su llegada a la industria tech

Una corriente política e ideológica que se viene comiendo el mundo hace 15 años, el wokeness entró como una tormenta tanto en la sociedad en general, en la política como en nuestra industria. El wokeness es una rama del progresismo que usa la palabra "woke" para decir que levantaron un velo sobre la opresión o sobre el sistema y entienden algo mejor que el resto de las personas, como si se hubiesen despertado de la Matrix. Como corriente política o ideológica, tiene mucho que ver con el activismo político, con la percepción de que todo es política, que todo lo que hacés es algún acto político, y también con ideas alrededor de las minorías, de la representación de distintos grupos étnicos, sexuales o de otras categorías, y cómo están representados en distintas partes de la sociedad.

Yo me fui a vivir a Estados Unidos en 2013 y pude ver mucho cómo era antes de que esta corriente le pegue a la industria, y bueno, qué fue lo que fue pasando y en dónde estamos ahora. En el episodio de hoy vamos a ver wokeness en Silicon Valley.


Silicon Valley antes del wokeness

Mi punto de entrada a la industria fue Scribd en 2013. En marzo de ese año me fui para San Francisco, y ya era una empresa muy distinta de lo que yo conocía antes de consultoras o de empresas grandes. Los founders tenían casi mi edad, yo tenía 26 y ellos 29, eran relativamente jóvenes. Yo estaba más acostumbrado a que la gente mucho más grande tenía los negocios.

Había una camada de founders, especialmente de Y Combinator, de 2005-2006, que todos entraron a la industria con 19-20 años. La edad promedio de la gente que entraba a las startups en esa época era realmente muy baja, y tenían esta cultura de extender su vida universitaria en las empresas: muchas fiestas, mucha joda, mucho alcohol en la oficina, esa cosa de persona muy joven. Me acuerdo cuando hablaba con el founder de Scribd y me decía: "Bueno, ahora estamos un poco más grandes, tenemos que ser un poco más profesionales". Igual, aún en esa época se hacía mucha joda en la oficina, se tomaba mucho alcohol, cosa que ahora no me parece muy sana, pero era parte de la cultura de la época, una extensión de la experiencia universitaria americana.

Había muchísimos extranjeros, eso es algo particular de San Francisco: más o menos el 30% de la población es extranjera y muchos son asiáticos. Nunca sabés cuando hablás con los chinos si vinieron de grandes, de chicos, o si los padres los trajeron. Siempre hay una historia en esas líneas porque los escuchás y los medís por cuánto acento tienen. Me acuerdo que tenía un compañero que siempre hacía chistes sobre acusar de racista, y era gracioso porque siempre encontraba la razón por la que te podía decir racista que era correcta, pero no era el significado social de decirle a alguien que es un discriminador. Por ejemplo, decías "me gustan los labradores" y te decía "eso es racista, es literalmente racista porque es una raza de perro". Y siempre me acuerdo un chiste que le hacen a él porque era asiático y le dicen: "¿Vos podés leer en chino?" Y el chico dice: "¿Por qué pensás que leo en chino? ¿Porque tengo cara de asiático? Igual sí, sí puedo leer en chino". Era siempre el chiste de decir eso y nadie se lo tomaba muy en serio, era gracioso.


Adaptación cultural y diferencias en la oficina

Las cosas que me pasaron a mí en mi adaptación en Estados Unidos, porque yo vengo con una cultura argentina y no es lo mismo allá, hay muchas cosas que son distintas. Por suerte me amigué mucho con una americana, americana pura cepa, que encima después se volvió la gerente de recursos humanos de la empresa. Ella realmente me explicaba cuando yo decía cosas, me decía: "Che, eso no se puede decir", me aplicaba correctivos. Yo sabía que como extranjero tenía mucho changüí, podía decir muchas cosas porque la gente lo decía, es distinto, no existía la cancelación todavía, la gente se reía de esas cosas.

De hecho, uno de mis mejores amigos que hice en Estados Unidos, en una de las primeras salidas que tuve con él, le caí para el orto, pero no porque yo dijera cosas malas, sino porque le daba bronca que yo decía cosas y él decía: "Si yo llego a decir eso me cagan a piñas a mí, no puedo creer que te salgas con la tuya diciendo estas cosas". Igual, fui limando todo eso y pasaban cosas graciosas en la oficina.

Cuento una mía: en la oficina había una mujer mexicana, muy atractiva, que era cabeza de producto. Yo no tenía mucho que ver con ella, pero cuando la hablaba, la hablaba en español. Una vez estábamos un grupo de gente joven, comiendo en el almuerzo o haciendo un café, y uno me dice: "Che, vi que estás hablando en español con ella, ¿de qué cosas hablan?" Se estaba haciendo el pícaro. Y yo, sin pensar, con lógica argentina le digo: "Igual no te preocupes que cuando estamos haciendo otras cosas no estamos hablando". Como implicando que había una relación sexual, pero no como un comentario desagradable, era un chiste, un rebote nada más, lo dije sin intencionalidad. Cuando miro para arriba, las chicas que estaban en el grupo se sonrojaron y el tipo se puso súper nervioso, porque el sexo en la oficina, en la cultura americana, es totalmente distinto.

De hecho, ese amigo que les dije que le caí mal en un momento, la mujer hizo un artículo en The Atlantic hablando de cómo en la comunidad científica en Argentina las relaciones hombre-mujer son mucho más populares que en Estados Unidos, y es más común tener relaciones románticas en la oficina. En Estados Unidos es todo un tabú, tenés que presentarlo, porque siempre se arma algún tipo de problema y las empresas pueden ser legalmente responsables de esas cosas, entonces se lo toman muy en serio porque pueden terminar pagando.

De hecho, yo puedo decir que fui víctima de acoso sexual en Scribd, porque un compañero que se sentaba enfrente mío fue a mi Facebook, agarró una foto de mis vacaciones en la playa, que estaba en cuero, y se la puso de fondo de pantalla en su monitor Apple de 27 pulgadas, gigante, en medio de la oficina. Yo lo veo, él me lo está haciendo en joda, y yo no soy un tipo que se ofende por esas cosas, entonces me cagué de risa, le digo: "Sos un desubicado", pero ni siquiera le dije que lo baje, nada, me reí, le digo: "Sos un ridículo, quedás mal vos". A la media hora cae un mail de la oficina, de la amiga de Recursos Humanos, diciendo: "Mandatory sexual harassment training para toda la empresa". Fue un desastre, un papelón. Voy con ella y le digo: "Pero yo no hice nada, pero ahora tengo que elaborar todo esto", me tenía una bronca también. Yo enojo a todo el mundo, acá en Estados Unidos, siempre enojo a todo el mundo, es inevitable.

Así que se vivía una cultura donde se tomaban las cosas en serio, pero igual había cierta flexibilidad, no era el tipo de cosas por las que se armaba un escándalo.


El cambio con la llegada de Trump

Las cosas empezaron a cambiar después con Donald Trump. Cuando Trump se pone como candidato dentro del Partido Republicano, hubo un periodo de seis meses donde la gente le daba vergüenza. Literalmente, me acuerdo, era una fiesta, estaba mi mujer, que era mi novia en ese momento, y estábamos con compañeras de trabajo, y una dice: "No puedo creer que vos como argentino tengas que ver esto, que Trump es candidato presidencial. Me da vergüenza como americana que otra gente sepa esto", porque sabían que no iba a ganar, esa era la percepción, era imposible que gane, y les daba vergüenza.

Eso me llamó la atención, porque también es un personaje payasesco en muchos aspectos, pero era muy fuerte la reacción. En los años anteriores, con Obama, no existía esto. Con Mitt Romney, que fue el candidato anterior, no estaba esta sensación.

Acá se va dilucidando algo que va a pasar del mapa electoral, que es una división por sexo y por educación. Particularmente en Estados Unidos, las mujeres son muy anti-Trump, y la gente que va a la universidad también es anti-Trump. Si ves la división republicana-demócrata, los dos mejores predictores son el sexo y la educación universitaria.

La industria, que es muy profesional, tiene muchas mujeres que van a la universidad, entonces la sensación anti-Trump era fuerte en todas las oficinas. En general, las empresas de tech históricamente eran medio libertarias, querían hacer hackers y su propia vida, pero ahora estaba cambiando un poco eso.

Definitivamente hay un componente de la política de las mujeres en la oficina, pero no es solo eso. Si ves las contribuciones de las empresas a las campañas políticas, una forma de medir cuál es la alineación política de los empleados es ver a qué partido le donan plata. No es perfecta la métrica, pero si ves Twitter, Facebook, Google, 95% donan al partido demócrata, casi nadie al republicano. No es fácil ser republicano de manera pública en San Francisco, no quedás bien.

Acá empezó a aparecer el concepto de la grieta que conocemos en Argentina, y uno de los puntos interesantes fue con Peter Thiel. En un momento, Thiel sale y es parte de la campaña de Trump, y eso fue muy extraño para la industria porque se supone que todos somos demócratas, todo liberal (en el concepto americano), era muy raro ver a alguien tan importante dentro de la industria apoyar a Trump.

Salió el Empao, que era la CEO de Reddit en su momento, e hizo su primer intento de cancelación ahí. Le exigió a Y Combinator que despida a Peter Thiel porque es absolutamente intolerable que una persona pueda apoyar a Trump cuando ella como cabeza de Reddit, una empresa muy progresista, muy woke, se sentía como representante de este movimiento social. Sam Altman se defendió y le dijo básicamente: "Mirá, yo no voy a hacer un movimiento para despedir a un empleado o a una parte del board por su visión política". Fue interesante porque lo que dijo era considerado razonable en la época: cada uno, si querés votar republicano, votá republicano, y esa era la diversidad de opiniones y la visión anterior.

Pero estábamos cambiando, entramos en un momento distinto y Peter Thiel, cuando ganó Trump, se fue de la industria, se fue de San Francisco, se fue a vivir a Miami y dijo: "Me voy de acá". No sé cuánto tuvo que ver con este evento, pero se alinean los tiempos.

Cuando ganó Trump fue una bomba nuclear. Me acuerdo, estaba en Argentina en ese momento, me quedé despierto toda la noche, vi las elecciones y al día siguiente nadie entró a laburar. Había mucho de esto, del componente de sexo, porque las mujeres estaban muy ilusionadas con que iban a tener la primer presidente mujer y estaban celebrándolo ya. Tenían tanta confianza que iba a pasar, que cuando no pasó fue una bomba. No podías ni hablar del tema porque mucha gente se lo toma muy mal, mucha gente está muy frustrada, muy enojada.

Empezó a aparecer otra vez este tema de qué temas te afectan en la oficina, claramente la gente tiene una opinión al respecto, pero qué podés decir y qué no podés decir. En general se hablaba muy mal de Trump. Ya en el momento que estaba muy cercano a ganar, pasó de payasesco a peligroso, la narrativa, y fue constantemente hablar mal de Trump. En la oficina todo el tiempo decían que es un payaso, que es peligroso, que son todos racistas los que lo apoyan. Yo no soy americano, no voto, les decía: "No tengo tanto skin in the game acá. Pero, ¿no te hace un poco de ruido que hables así? Si hay gente que quiere votar a Trump, que vote a Trump, ¿no? No es un personaje que no lo vota nadie".


El caso Google y el inicio del cancel culture

Por ahí un momento realmente importante de la industria pasó con Google. Google realmente es el epicentro de wokeness de toda la industria, siempre lo fue. Siempre que había un movimiento sindicalista salía de Google, siempre que había un pedido de cancelación venía de ahí, siempre había un problema ahí.

Hubo una vez que salió este tipo, James Damore, que dentro de un grupo, un newsletter de Google, sacó un paper diciendo que Google estaba haciendo una discriminación positiva, tóxica, dentro de la empresa. Google siempre decía: "Tenemos que lograr que se equipare hombre-mujer en la cantidad de gente que contratamos". Hacían programas para tratar de equilibrar cuántos hombres y mujeres tenían. Damore decía: "El problema es que tenés mal el target. Si apuntás a que haya 50% hombres, 50% mujeres, pero la cantidad de hombres y mujeres que se dedican a software engineering no es 50-50, cuando hagas tus políticas y logres esa equiparación, lo tenés que hacer sí o sí contratando peores mujeres. Porque hay menos. Entonces, naturalmente, si tenés esta diferencia, no podrías hacerlo sin vulnerar el criterio de idoneidad".

Más allá de si tiene razón o no, él lo hizo en un grupo que era para decir ideas polémicas, controversiales y difíciles. Hizo su ensayo, que está hecho con respeto y rigor. Dentro de Google generó una explosión porque Google tiene una red social interna y empezaron todos los empleados a decir que Google discrimina a las mujeres, que no pueden tolerar a este tipo, que no se sienten seguros con la existencia de este tipo en la empresa, que la empresa no puede dejar que la gente tire estas opiniones, que las mujeres se sienten atacadas. Fue un desastre.

Tenía amigos en Google que me mostraron cómo la red social interna era memes constantes en contra de la empresa. ¿Por qué fue un momento importante? Porque Google, cuando esto salió a los medios, empezó a agrandar el problema y decidió despedir a Damore. Eso fue muy fuerte porque fue la primera vez que funcionó realmente en nuestra industria el cancel culture. Si suficiente gente se quejaba de vos, te podían despedir y la empresa iba a decir lo que le conviene a ellos, no iba a decidir por principios. Ni siquiera voy a decir que le conviene a ellos porque creo que le hace muy mal, pero van a ser cortoplacistas y están dispuestos a hacer lo que quiere este grupo de canceladores.

En ese momento sentí que Google, cuando yo era chico, era la empresa a la que querías meterte. Después no, después la verdad que no me interesaba mucho, pero cuando pasó lo de Damore yo dije: "No puedo ir nunca a esa empresa porque tengo muchas opiniones divergentes y entonces tengo que vivir todo el día pensando que mis compañeros me van a cancelar". Realmente fue muy fuerte esto y muchos americanos están de acuerdo con que fue un antes y después en la industria.

Además, siendo extranjero no querés levantar la perdiz porque si te despiden no es joda. Tenés 60 días para irte del país, tenés que conseguir otro trabajo, por ahí tenés que sacar a tus hijos de la escuela, entonces los extranjeros siempre están muy afuera de todo esto porque no quieren tocar nada, se juegan demasiado, no podés opinar y encima opinan de vos. Ellos hablan sobre qué pasa con los inmigrantes, pero vos no podés decir nada porque si llegás a decir algo te matan.


Diversidad y el auge del feminismo en tech

Para 2019 yo estaba trabajando en Circle Medical y ya apareció en los valores de la empresa este concepto de diversidad. Existía de antes, pero ahora era un poco más fuerte y me llamó la atención que algunos empleados lo estaban pidiendo. Los valores de la empresa estaban hechos en conjunto con un grupo de empleados, yo no estaba cuando los pusieron pero pusieron ese y me llamó la atención. Me acuerdo una vez que estaba adentro y una persona dice: "Nos falta diversidad en la empresa, ¿no?" Yo ni pienso en esas cosas y dice: "Al menos lo tenemos a Gabriel que es un diversity hire". Me sentí ofendido por eso, ¿cómo diversity hire? ¿Qué problema tenés? Hice una entrevista técnica, la pasé, soy bueno en lo que hago. Me sentí un poquito ofendido, no mal, pero digo: "¿Está loca esta persona? ¿Cómo me va a evaluar así?"

Ya para 2019 este tema del diversity estaba agarrando mucha fuerza y fue un momento de auge del feminismo, igual que en Argentina, fue una cosa global. Se hablaba del patriarcado, de los aliados, de las microagresiones en el trabajo. Fui a una charla con esta amiga de HR, una charla de feminismo y de mujeres en el trabajo, y hablaba mucho de estos temas. Me parecieron que valía la pena charlarlos pero no eran tan importantes, era como: "Las mujeres levantan menos la mano en una reunión porque son más tímidas" o "las mujeres quedan peor cuando hacen declaraciones fuertes, porque en el hombre queda fuerte, en la mujer queda como desagradable". Entiendo que existen esas cosas pero no me pareció tan importante.

Además, empezó a surgir este problema de comparar a la mujer con el "mediocre white man" y me acuerdo de decir: "¿Por qué white? ¿Por qué agregan el racismo ahí? ¿Por qué agregan este tema?" Y además ya dicen eso y yo digo: "Me siento identificado con el mediocre man pero ¿por qué el white? ¿Soy white o no soy white?" Empecé a sentirme un poquito conflictuado con todos estos temas.

Esta amiga mía me decía que estaba en Reddit y me decía: "Tenemos talleres para mujeres, talleres donde nos juntamos y hablamos de estos temas y hacemos ejercicios sobre cómo hablar". Le digo: "¿Ejercicios? ¿Cómo funciona? ¿Talleres solo para mujeres? ¿Es legal hacer eso? ¿Podés hacer un taller solo para hombres? No tiene mucho sentido esto, ¿es legal?" Y me decía: "Y bueno, pero si no, ¿cómo los corregís?" Le digo: "Está bien, pero ¿es legal? ¿Y es efectivo? Si tenés un taller donde las mujeres quieren hacer algo para equiparar desventajas con los hombres y no hay hombres, no vas a aprender nada, después vas a salir ahí afuera y está el hombre y te vas a autoexcluir igual, no me parece efectivo tampoco". Esas eran mis opiniones en ese momento.

Igual, dentro de todo, no afectaba tanto a la industria o por ahí es un efecto de que se está hirviendo el sapo, no te das cuenta porque va subiendo la temperatura.


Pandemia y auge del wokeness

El momento locura fue la pandemia. Ese fue el descenso, ahí empezó una histeria masiva en todas las direcciones, con las ideas, con las cancelaciones, con todo lo que se podía hacer. Hago un comentario porque creo que no estamos haciendo un buen post-mortem como sociedad de qué pasó ahí. Es parte de la condición humana: ves a todos corriendo, vos corrés; ves a todos con miedo, te agarra miedo, es natural. Pero ya pasaron unos años, no podemos ir para atrás y decir: "Gente, estábamos limpiando bolsas de papas fritas con detergente". Pasaron cosas locas, no estábamos muy bien de la cabeza.

En esa etapa el wokeism fue el auge, el pico total de todas estas ideas sobre la representación de las minorías. Todas las noticias, todos los medios, todos los temas políticos, todo era sobre los transexuales, los gays, los negros, cualquier minoría que se te ocurra, el inmigrante, el inmigrante legal, el ilegal. Y mientras más minoría mejor, porque está esta idea de interseccionalismo: sos oprimido como minoría, pero podés ser parte de dos minorías, es como una nueva minoría, más minoría que minorías. Y ahí sos más oprimido y mientras más oprimido sos, más ayuda y más visibilidad necesitás.

En esa época salió una ad de McDonald's, donde estaba un trans negro diciendo: "Nuestro mensaje es sencillo, paren de matarnos". Yo esto no lo compartí, obviamente, estas ideas. Digo, venden hamburguesas. ¿Qué es esta propaganda? Yo quiero que me vendan el Big Mac, que me vendan papas fritas. ¿Qué es este mensaje? Todo era así.

Además, estaban pasando cambios reales, no solo la percepción y los medios. Esto también tuvo un efecto físico y cultural, la gente empezó a cambiar sus comportamientos. ¿Se acuerdan el pibe ese que hacía chistes sobre racismo? Bueno, ahora había transicionado a ser mujer. En 2020 iba al supermercado con mi mujer, mi hija tenía un año, y había nenes de 4, 5, 6 años con vestidos, no vestidos neutros, vestidos de flores. Digo, ¿qué pasó acá? La gente cambió todo de repente.


Promoción de la comunidad Silver.dev

Silver.dev maneja una comunidad de Slack exclusiva para programadores con más de cinco años de experiencia laboral, donde hablamos de noticias, finanzas, el podcast, oportunidades laborales y, por qué no, chismerío. Además, hacemos meetups en persona y conseguimos promociones de servicios para programadores. Unite al Slack de la comunidad aplicando en silver.dev/slack.


Diversidad y discriminación directa en las empresas

En 2020 entré a Robinhood y me acuerdo que la empresa manejaba unas encuestas mensuales para saber qué piensan los empleados, si están contentos y qué quieren que cambie. Me acuerdo ver que la preocupación número 1 de los empleados de Robinhood era la diversidad. Jamás había visto esto. En toda una vida es: quiero cobrar más, quiero que mi trabajo esté bien, quiero progresar, quiero que a la empresa le vaya bien. Jamás vi que el problema sea que no tengo diversidad en mi equipo.

Entré y me hicieron la charla con la cabeza de diversidad, DEI (Diversity, Equity and Inclusion). Era una mujer asiática que levanta un PPT atrás, en una meeting con 2.000 personas, para hacer su presentación de quién es y qué va a hacer. Se presenta y dice: "Esta es una foto de mi familia. Yo vivo la diversidad. Miren mi familia. Tenemos un discapacitado, un negro, un judío". Así literal, presentando a su familia como si hubiese tenido el bingo de la diversidad, como si hubiese juntado todos los Pokémon. Tenía un amigo en mi equipo que era tercermundista como yo, de Kazajistán, y le digo: "¿Esto no te parece una locura?" Y nos reíamos. Los extranjeros nos reímos de estas cosas, parecía una locura.

Después vino el tema de los Employee Resource Groups, que eran grupos dentro de las empresas para las minorías. En Robinhood tenías Asianhood, The Latin Hood y Black Excellence (porque no podés decir Black Hood, eso es estigmatizante). Estos grupos eran medio truchos, todo raro para mí. Después entendí que los hacían para que si te trataban de cancelar de afuera y te decían: "Che, vos discriminás a los asiáticos", digas: "No puede ser, tengo un Asianhood Group lleno de asiáticos y ellos son mi nexo con la comunidad y me dicen que está todo bien". Todo era para defenderte de las cancelaciones o de los ataques corporativos que existían en esa época.

De acá pasamos ya a la discriminación directa. De lo que es la famosa Affirmative Action en Estados Unidos, que es darle unas ventajitas, que siempre fue un tema polémico allá, a literalmente discriminación directa: tenemos cuotas, tenemos que contratar tantas mujeres, tenemos que contratar tantos trans. En California pasaron una ley, que creo que todavía está vigente, que los directorios de startups tienen que tener mujeres. Por ley sí o sí tienen que tener mujeres. Digo, no puede ser que esto sea legal. Alguien tiene que hacer un juicio.

Además, va en contra de lo que fue el legado de activismo político del feminismo anterior. Para contar un poco de historia, una de las juezas de la Corte Suprema, que falleció hace poco, Ruth Bader Ginsburg, fue una gran activista política por el feminismo de la ola anterior, de los 70 y 80. Ella armó muchos casos para dejar precedentes legales y constitucionales de que no había que discriminar en contra de las mujeres. Lo hacía muy interesante: a veces defendía a los hombres, por ejemplo, decía: "En este estado los hombres pueden comprar alcohol desde los 21, pero las mujeres desde los 18. Eso es discriminación por sexo. No podés discriminar a los hombres por sexo". Cuando le daban la razón, tenía un precedente legal para decir: "No podés discriminar por sexo". Ese legado de no discriminar por sexo se volvió al revés: ahora tenés que buscar mujeres, porque si no tenés mujeres, tenés como un ambiente laboral podrido y opresor.

En Argentina, Bairesdev, que es una consultora gigante, literalmente en la página tenía un bono de referidos que era: si mandás a un programador, $1.000; si es mujer, $3.000. Yo lo posteaba en Twitter y decía: "¿Esto les parece razonable? Esto está re mal".

Como recruiter, no estaba haciendo muchas cosas, solo changas en esa época. Ya para 2021-2022, me tocaron clientes que me decían: "¿Me podés traer gente? Pero quiero solo mujeres". A mí me deja muy incómodo eso. Primero, porque es ilegal en Estados Unidos hacer eso, no entiendo por qué me lo piden. Empresas americanas me lo pidieron. Si esto sale, te vas a comer un juicio. Segundo, yo no quiero hacer algo por el que meto un cliente. A nivel profesional no me deja cómodo, y a nivel moral tampoco. ¿Qué le voy a decir a una mujer que entrevisto? "Mirá, vi 20 perfiles y te contrato a vos porque sos mujer". Me pareció una locura. Y era una locura decirlo también, porque estaba el miedo de que te cancelen si decías que estaba mal.


ESG, Black Lives Matter y el caos en San Francisco

Pasaron mil locuras más en esta época. También surgieron estos grupos ESG, que eran grupos dentro de las empresas para asegurarse de que la empresa tenga sensibilidades sociales y ambientales. Tenías McDonald's y un tipo que te decía: "No me gustan estas cajitas, ¿dónde están hechas? Porque lastiman a los delfines del sur de Tailandia". Fue una estafa. Los de finanzas lo dijeron al toque porque ellos miran los números: "¿Qué es esto? Es un tipo cualquiera que le pagan cinco palos por año para decir pelotudeces". Ya se murió ESG como movimiento corporativo.

Tampoco podemos obviar lo que fue Black Lives Matter. En 2020, que todavía estaba la histeria de no salgas de tu casa, estaban cerrados los conciertos, en Estados Unidos estaba cerrado lo público, lo masivo. Pero podías ir al supermercado, hacer un montón de cosas, pero no podías ir a un restaurante, por ejemplo, estaba todo take out. De repente surgió, en base a la muerte de George Floyd por abuso de fuerza policial, una protesta liderada por ellos. Fue un evento hiper masivo en muchas ciudades de Estados Unidos, y en San Francisco fue gigante.

Era todo un tema de disonancia cognitiva: ayer era "no salgas de tu casa porque mata gente", hoy es "salí a protestar". Y cuando salieron, rompieron todo, hicieron saqueos, se robaron cosas. El discurso era: "No te distraigas con eso, lo importante es la visibilidad de lo que le pasa a la gente negra en Estados Unidos con la policía". Después si salen a robar es otro tema, no importa. Eso terminó haciendo que haya muchas protestas, porque en todas saqueaban. Era un robo periódico. Tenían las fotos de las mujeres saliendo con cinco carteras de Louis Vuitton. Obviamente terminó mal, no servían ni para lo que supuestamente tenían que hacer y además hacía mucho daño.

Esto se combinó con otra cosa que pasó en San Francisco, con Chesa, el district attorney, el fiscal de la ciudad. En Estados Unidos los fiscales son un puesto electo. Eligieron a este tipo que era literalmente pro Chávez. Cuando digo literal, no digo "Chávez es bueno", te digo: escribió parte de la biografía de Chávez. El tipo salió y dijo: "No voy a perseguir a nadie que rompe menos de $1.000". Literalmente dijo eso. Entonces, la policía no va a hacer nada porque si agarra a alguien y lo sacan al día siguiente, prefieren no hacerlo. Literalmente se legalizó el robo y ahora la gente entraba todos los días, 5, 6, 10 veces por día a los Walgreens, que son como los Farmacity, a los supermercados, y agarraba las cosas y se las llevaba. Si total no te iban a hacer juicio, la policía no te iba a agarrar. Un caos total.

Así el centro de San Francisco terminó todo tapeado con maderas. El Walgreens que tenía yo cerca, lo cerraron. Fueron cerrando los negocios porque dijeron: "Acá no se puede hacer plata porque te roban". Está todo tapeado. Vas a un Farmacity allá y está todo con vidrios y llave para comprarte un cepillo de dientes, un desodorante. Se roban todo. Y eso quedó así por mucho tiempo, por años fue esa política.

Esto no solo que está mal, más allá de los resultados, está mal y generó una degradación moral en la sociedad y fue parte de la razón de la decadencia de la ciudad.


El boom del mercado y el poder de los empleados

Parte de toda esta locura dentro de nuestra industria fue que hubo una sobredemanda de talento. Realmente pasamos de tener que esforzarte para conseguir trabajo a las empresas contratando a los locos. Fue el boom del mercado y las empresas necesitaban contratar a cualquiera. Era muy competitivo el mercado y la gente no laburaba y podía tener cinco o diez opciones como si nada. Entonces se volvieron muy exigentes y lo que salió por el fervor del momento era pedir estas cosas, pedir diversidad, pedir cosas ideológicas, hacer activismo político.

Como dice David Sacks en el podcast, "the inmates are running the asylum". En cierto aspecto los empleados ganaron demasiado poder dentro de las decisiones de las empresas y empezaron a hacer estas cosas.

Todo esto cambió cuando vino la recesión del sector. Ahí, cuando se cayó esto, cuando bajó este fervor, cuando de tener cinco entrevistas por semana, cinco ofertas por semana, pasaste a tener cero, diversidad desapareció en 24 horas. Fue impresionante. Dejó de estar en el mapa, pasó de la preocupación número uno a desaparecer del top 20 en un mes.

Un momento clave fue cuando Elon Musk compró Twitter y despidió al 75%. Cuando hizo eso fue un baldazo de agua fría para todos y los empleados dijeron: "Ya no se puede joder más. Ahora tenés que laburar bien y estar bien y hasta rezar porque no alcanza".


Reversión y caída del wokeness

En esta reversión de sentimiento, de emoción, empezaron a darse vuelta las cosas. A Harvard le hicieron un juicio, terminó el año pasado, que todas sus políticas de minoría y diversidad y todo eso, en realidad lo único que hacían era lastimar a los candidatos asiáticos. Era discriminación para favorecer a unos castigando a otros.

Black Lives Matter terminó en desastre. Se descubrió que los dirigentes de la organización usaban la plata de las donaciones para comprarse casas y mansiones a ellos y a los familiares. Vivieron la vida loca con la plata de la gente.

En el All-In Podcast también Jason Calacanis habla de este tema y dice: "Lo que veía que me decían las empresas era que alguien te trataba de cancelar en Twitter y después te decía: 'Si querés que te ayude con este problema, contratame a mí como consultor de diversidad, te hago algunas cositas y después hablo bien de vos en Twitter'". Era una estafa, literalmente una estafa.

Por ahí la cereza al postre de todo este movimiento que está en decadencia, el wokeness ya no está tan fuerte como antes, está en retirada. Pero la cereza al postre pasó en febrero, hace poquito, con Gemini. Google sacó una herramienta para generación de imágenes y es hiper racista, hiper woke. Le preguntás si George Washington era blanco y te dice que era negro. Le decís que te dibuje un vikingo y es negro. Le decís que te dibuje un papa y es negro. Es tan grosero el bias o lo discriminador que es Gemini, que ahora es un chiste. La gente dice: "Mirá, están prendiendo fuego la empresa, todos ahí adentro son progresistas, activistas políticos, ninguno labura". Se ve todo eso mal, pero hace dos o tres años ese era el estándar de todas las empresas. Era muy difícil decir algo en contra de eso.

Esa es la gran evidencia de que ahora el wokeness está totalmente en retirada y es motivo de burla hoy en día, es motivo de vergüenza. Ya no es más rentable para las empresas hacer propaganda con trans, con gay, ya no sirve más todo eso.

El último ad de McDonald's que hizo repercusión fue uno que sacaron en Japón, que son varias escenas cotidianas, como amigos de la secundaria comiendo papas fritas, una pareja joven, una familia. La gente se volvió loca con estos ads, que son animaciones de 10 segundos. Se volvieron locos porque es: "Mirá, volvimos a lo normal, que una empresa que vende hamburguesas te trate de vender una hamburguesa".


Reflexión final

Así que bueno, estamos en retirada. Veremos si lo que viene es otra oleada de activismo político, de filosofía o de ideología, o si es en realidad un volver a la media, donde se podían decir cosas, se podía vivir con relativa tranquilidad, se trataban de corregir los errores, pero no se vivía con una intensidad y con el miedo de la cancelación constante.

Yo en general invito a que se vuelva a la media. Me parece que el proceso del wokeness y su pico ha sido muy negativo para nuestra industria. Pero bueno, así son las histerias masivas. Vienen y se van.


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