049. Salud Americana vs Salud Argentina
- 44:27
- Fri Dec 12 2025
- Temporada 2 • Ep. 11
En el episodio de hoy hacemos una comparación ordenada y realista de los sistemas de salud de estos dos países. Que pais tiene mejor salud?
O sea que ya el seguro en sí, la prepaga en sí, cuesta 5 o 6 veces más en Estados Unidos. Que Argentina ha acotado en calidad en todo lo que hace.
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Yo soy Gabriel Benmergui, un programador recruiter con más de 10 años de experiencia viviendo y trabajando en Estados Unidos. Actualmente soy el fundador de Silver.dev, una agencia de talento en Buenos Aires que conecta talento argentino con startups americanas.
Uno de los temas más interesantes para mí, que surge en las redes —aunque ahora no se enfoca tanto en esto—, pero que hace un par de años era muy importante, especialmente con la pandemia, es el tema de cómo es el sistema de salud americano y cómo es el sistema de salud argentino. Es algo que domina mucho el espectro político, tanto en Estados Unidos como en Argentina, porque la política de salud en Estados Unidos es top 3 de temas importantes. En Argentina no es tan importante, no se lo considera una prioridad; tenemos cosas como economía o educación que son más importantes, pero se mancha un poco la conversación porque se comparan los dos sistemas como si uno fuera capitalista y el otro más estado de bienestar, o se mezclan muchos otros temas políticos.
Siempre estas comparaciones me causan mucha frustración porque se habla con mucho mito, con mucho desconocimiento de cómo funciona cada sistema. Incluso la gente no entiende el sistema en el que vive, porque salud es muy complejo. Así que en el episodio de hoy hago una especie de guía definitiva para tener un material de referencia para este debate, y voy a enfocarme mucho en que los sistemas no son tan distintos: son bastante parecidos. Realmente, se parecen más el sistema de salud americano con el argentino que el argentino con el europeo, por ejemplo.
Estructura para comparar sistemas de salud
Una de las cosas que más me frustran de este debate es que siempre es todo ad hoc. Es: "Bueno, pero en Estados Unidos te curan un cáncer, un fármaco muy avanzado, la salud anda muy bien", y el otro te dice: "Sí, pero te dejan tirado en la calle". Y el otro: "Acá también te dejan tirado si vas a un hospital público que no tiene gas". Como que todo el mundo va tirando cosas y nunca se arma un argumento coherente para compararlos, sea porque querés decir que uno es mejor que el otro o para ver qué podés sacar de uno para favorecer al otro. Cualquiera sea tu agenda o tu interés en este debate, siempre es muy desorganizado.
Lo primero que voy a proponer es una estructura para este debate, y la estructura viene de la industria. La industria describe algo que se llama el triángulo de hierro de la salud. Es un concepto que existe en muchas industrias y dice que un sistema de salud se puede definir por su precio (o costo, en realidad, cuántos recursos requiere para mantenerse y funcionar), su acceso (cuánta gente puede acceder a los distintos servicios de salud, qué tan fácil y costoso es para el individuo acceder a los servicios que necesita), y la calidad (qué tan efectivo es el servicio, qué tan satisfecho está el paciente, tanto como paciente como consumidor).
La idea de este triángulo de hierro es que siempre que quieras mejorar alguna de estas aristas, va a ser a costa de las otras dos. Si querés reducir el gasto en salud, inevitablemente vas a tener que bajar el acceso (que menos gente consuma) o la calidad. De la misma manera, si querés subir la calidad, vas a tener que bajar el acceso o subir el costo, es decir, la cantidad de recursos que se invierten.
Obviamente, esto no es exactamente así, porque si sube la productividad, la cantidad de pacientes que puede ver un médico, la tecnología, etc., no es que es fijo para siempre. Pero dentro de la administración de un sistema de salud, este triángulo es estándar de la industria; se habla en cualquier sistema de salud, en cualquier hospital, en cualquier discusión de política pública. Es fundamental.
Así que lo que vamos a hacer es ir por cada arista del triángulo de hierro y comparar cómo funciona en Estados Unidos y cómo funciona en Argentina.
Costo
Empecemos por el que más nos llama a todos, el más interesante: el costo.
Ojo, costo acá no es cuánto paga el paciente, porque podés tener un sistema de salud muy caro, pero que la salud sea gratuita desde el punto de vista del paciente (no tiene que pagar), pero lo paga a través de impuestos del contribuyente. El costo realmente tiene que ver con cuántos recursos tiene que gastar la población para recibir el servicio de salud que necesita. Esto es importante porque el precio determina cuánto se les paga a los médicos, cuántos fármacos se dan, qué tan buenos son los hospitales. Es una de las partes fundamentales.
En este aspecto, el sistema argentino es bastante similar al de Estados Unidos en estructura. ¿Cómo funcionan? Tenés un sistema de salud público, pero también prepagas. Si querés tener un nivel de salud satisfactorio, con buen acceso a hospitales, muchos profesionales cerca y todas las especialidades, tenés la prepaga o la obra social. En Estados Unidos es medio igual. La mayoría de la gente, cuando piensa en el sistema de salud, piensa en lo que se le dice "insurance", que no es exactamente lo mismo que una prepaga, pero para hacerlo sencillo: vos pagás una mensualidad o anualidad y con eso tenés acceso a hospitales si te enfermás y a médicos con descuentos o dentro de una cartilla. En esto es muy similar.
Lo que es muy distinto es cuánto cuesta cada uno. Yo estoy ahora en Argentina, mayo de 2024, tengo OSDE 310 para mi familia (somos 3). Hubo mucha variedad de precios en estos meses, pero hablamos de 400 o 500 dólares por mes. Es bastante más que hace unos años, hay que ver si se sostiene, pero me da un costo de 6.000 dólares anuales.
¿Cuánto te queda en Estados Unidos un plan? Yo tenía un plan mucho mejor que OSDE 310 en Estados Unidos, donde no había copagos, no había nada, y lo pagaba el empleador (yo tenía que pagar una parte muy chiquita, en mi caso lo pagaba casi todo el empleador), pero eran entre 25.000 y 30.000 dólares anuales. O sea que ya el seguro en sí, la prepaga en sí, cuesta 5 o 6 veces más en Estados Unidos.
Hay muchas diferencias entre la prepaga de acá y la de allá. Principalmente, en Estados Unidos todo tiene copago. Hay planes sin copago, pero son extremadamente caros. En general, hay un copago que puede ser entre 20% de la visita o un monto fijo, 50 dólares por visita. Allá se controla mucho más ese acceso. En Argentina es un poquito descontrol: vos tenés un seguro y podés ir gratis a cualquier médico. Eso motiva la sobreutilización de recursos, se dice en salud. Imaginate una persona que no tuvo seguro, o que piensa que dentro de 6 meses se va a quedar sin seguro porque va a renunciar y va a hacer su empresa, por ejemplo. Entonces ahora ve todos los médicos habidos y por haber, porque es gratis. Y lo necesita o no, no importa, ahora es gratis. En un seguro no es muy bueno que sea gratuito, pero eso tiene que ver con el costo de cada visita.
Pensemos cuánto cuesta una visita en Argentina cuando no tenés seguro. Si querés ir a un médico privado, supongamos un clínico, tenés una gripe, una faringitis, querés que te la vean, y el médico por ahí viene a tu casa y te cobra $15.000 pesos. O vas a un médico de barrio y te cobra $15.000 o $10.000 pesos una visita. Y es un montón para el médico, porque los seguros tipo OSDE por ahí le pagan $5.000 la visita, mucho menos.
En Estados Unidos no es así. Un clínico sin seguro te puede estar cobrando $200 o $300 dólares la visita. De hecho, yo me hice un chequeo anual en una clínica que se llama One Medical, y también porque ellos saben que se lo van a cobrar al seguro, pero por un chequeo anual me pasaron una factura de $600 dólares. Igual eso está distorsionado, en el fondo se paga entre $100 y $300 dólares como mucho para una visita clínica. Pero es mucho más que en Argentina.
Además, hay otras diferencias del seguro: allá el seguro clásico no incluye ni dentista ni oftalmólogo, que son dos servicios muy caros en Estados Unidos. Acá también se dice que es más caro que la visita clínica, que lo es, pero en Estados Unidos es muy, muy caro. Una visita al oftalmólogo que te mira el ojo y te saca dos fotos, por ahí está $150 o $200 dólares, pero es una visita corta de 10 minutos. Y el dentista también te cobra en el orden de cientos de dólares la visita, y depende del tratamiento puede llegar a miles de dólares fácil.
¿Por qué es tan cara la visita médica? Acá hablamos de privado, ni hablamos del seguro. Hay muchas razones, pero hay una central: en Estados Unidos volverse médico es muy caro. Si querés ser un médico clínico, tenés que pensar que tu educación de punta a punta, hasta que te graduás, puede estar $300.000 dólares. O sea, ya empezás como médico a los 27, 28 años con $300.000 dólares gastados en tu educación. Eso hace que haya muchos menos médicos, realmente muchos menos, y que los únicos que se vuelven a la medicina lo hacen porque saben que van a recuperar la plata. También medicina atrae a gente que tiene plata de familia, pero dejemos eso de lado. En general, la gente tiene que tener una expectativa positiva de la plata de su profesión. Entonces, los médicos cobran mucho en Estados Unidos. Cobran realmente mucho. Están mucho más educados que en Argentina, son mucho más largos los procesos de residencia. Y eso es para un médico clínico. Si querés ser cardiólogo, por ahí te cuesta $500.000 o $600.000 dólares tu educación. Es muy caro.
En Argentina, en contraste, es casi cero. Suponete que no tenés un mango, te vas a la UBA a estudiar medicina y te podés graduar. Es casi cero. Hay un costo de oportunidad, y entre materiales y demás, nunca es cero perfecto, pero es un costo olvidable. La contrapartida es que en Argentina los médicos son prácticamente marginales: cobran realmente miserias. Podés tener un tipo que se pasó 7 u 8 años matándose de educación y cobra $5.000 pesos una consulta. Menos que una milanesa. Esto es muy común.
Este patrón de que en Estados Unidos el proveedor de salud es caro y en Argentina es barato pasa en muchas cosas. Por ejemplo, en las farmacias, en los fármacos. En Estados Unidos se respeta mucho lo que es el FDA, la regulación, las licencias, las patentes. Entonces la medicina es muy cara, los medicamentos pueden ser muy caros. En Argentina no se respeta nada. No sé cómo funciona, pero hay genéricos de todo. Lo único que es realmente caro es lo que tienen que terminar importando, pero después es barato. La farmacia es barata para los medicamentos que tenés.
Eso pasa con otras cosas también, como los seguros de mala praxis. En Argentina existe el juicio de mala praxis, pero es raro, mucho menos que en Estados Unidos. En Estados Unidos el médico se manda una y juicio y paga, y funciona, y es rápido. Para prevenir eso existen los seguros de mala praxis que pueden costar, por ejemplo, a un obstetra en Estados Unidos, $600 dólares por mes. Porque obviamente el obstetra comete un error y se puede morir alguien. No estamos hablando de responsabilidad penal, sino civil: no hizo algo bien y puede terminar en el fallecimiento de alguien. Entonces el seguro para proveerle esa seguridad a los pacientes es muy caro. Entonces todo es muy caro.
La otra diferencia grande entre Argentina y Estados Unidos en el tema de costos son los hospitales. En Argentina tenés los hospitales públicos que realmente están manejados a presupuestos miserables. No sé los números exactos, pero no están diseñados para que tengan recursos infinitos. Los hospitales en Estados Unidos, todos los que visité, estaban increíbles. Todos tienen helicópteros, aviones, unidades de emergencia, ambulancias espectaculares. Está todo armado para que el hospital sea muy bueno: la calidad de las instalaciones, las herramientas, los medicamentos, todo está a todo culo. Y eso hace que el hospital sea caro también. Casi la mitad del gasto total (público y privado) en Estados Unidos se va a los hospitales.
Contrario a lo que la gente dice, que el hospital es negocio en Estados Unidos, en realidad pasa lo contrario: los hospitales en Estados Unidos son sin fines de lucro. Y eso es mucho peor, porque no tienen ningún incentivo de ser eficientes. Vos decís, "bueno, pero no tienen incentivo para hacer plata". Es medio mentira eso, porque pasa con todas las ONG: la plata se la dan entre salarios de los directores, los dirigentes, los que manejan la organización. Las ONG sacan plata así, a través de salarios, no de ganancias como en una empresa privada. Si tuvieras más hospitales orientados a ser for profit, encontrarías hospitales que dicen: "che, yo puedo hacer esto mucho más barato y saco más plata". Pero no funciona así en el mercado americano, por muchas razones. Hay un libro muy bueno que se llama Rise of the American Physician, que habla toda la historia de cómo pasó esto. En general, lo que pasó en Estados Unidos es que los hospitales lograron fondos federales, lograron subsidios, pero solo si eran sin fines de lucro. Entonces, todos los hospitales están subsidiados excepto los que son por ganancia, y así no se puede competir. Es muy difícil.
Quiebras médicas y facturación
Un tema de costos que en general confunde mucho a la gente, tanto americanos como argentinos, es el de las famosas quiebras médicas. El típico: "me quebré un brazo, estaba de viaje en Miami, me fui a Aspen a esquiar, me rompí una pierna y me querían cobrar $5.000 dólares por una radiografía". Y después están las noticias: cuántas quiebras médicas hay en Estados Unidos.
El problema central que tiene Estados Unidos es que los hospitales, aun los sin fines de lucro, viven de los seguros. No viven de cobrarle al paciente directamente, viven de cuánto te paga el seguro. Esto es igual en Argentina: vos no vas a la clínica Los Arcos y viven de que la gente le paga la visita, viven de lo que le paga OSDE, Swiss Medical, el seguro.
Cuando van con el seguro, el seguro es una empresa gigante que maneja mucha plata y que tiene que manejar, por ahí, 50.000 pacientes por mes en total, o más. Para solo un hospital grande puede ser ese número. Entonces, el hospital manda la factura más difícil de leer posible, con los números más altos posibles. "¿Qué tomó? Una aspirina, metele $200 dólares. ¿Qué tomó acá? Un suero de glucosa, metele $1.400 dólares". ¿Por qué? Porque después se sientan a negociar con los aseguradores y la aseguradora le dice: "esto es todo trucho, yo te voy a pagar 20% de todo esto", porque no se puede auditar todo el tiempo todo eso. Entonces, le dice: "te pago el 20%" y el hospital acepta. El costo real de lo que pasa es mucho menor de lo que se ve en las facturas que te ponen en internet.
Si pasa algo en Estados Unidos, es que vos sos un paciente y vas al hospital y te pasa la factura esa. Entonces, te agarra un ataque al corazón porque por ahí no tenés seguro y decís: "che, ¿cómo me vas a mandar una factura de $15.000 dólares o $5.000 dólares por una radiografía?". Pero vos vas con el hospital y decís: "mirá que no tengo seguro", y ya ni te cobran, porque no hacen la plata de vos, hacen la plata de los seguros.
Algo que pasa en Estados Unidos, que no es en Argentina, es que vos vas al hospital y el hospital te atiende primero y se preocupa después del seguro. Por eso pasan esas situaciones donde te meten esa factura y ni saben quién sos. Vos entraste, te atienden primero y después te pasan la factura. Si es una cagada, tenés que manejarte vos en ese sistema y si no lo entendés, te genera este tipo de estrés. Tiene graves deficiencias el sistema americano. Pero aun pasando por los hospitales con seguro, terminás pagando bastante.
Yo hice un episodio de salud, de "Usando Salud en Estados Unidos", hace dos años creo, y en ese episodio digo: "por suerte no me tocó ir a hospitales". Pero mi hija es asmática crónica bastante severa y termina en el hospital con frecuencia, así que me tocó ir al hospital en Estados Unidos dos veces. La primera vez estuvo internada uno o dos días, creo que dos días, y me pasaron la factura: entre $10.000 y $15.000 dólares por día, a pesar de que no tenía tratamientos caros (era Ventolin y monitoreo nada más). Igual me pasaron $15.000 dólares por día, pero con el seguro terminé pagando $1.000 dólares por toda la estadía. O sea, después el hospital va y con el seguro, Dios sabe cuánto le pagó el seguro. El seguro no le pagó $10.000 dólares por día, le pagó mucho menos, pero yo no lo sé, yo solo sé lo que pagué yo.
Más allá de lo que es seguros, salud pública, etc., es obvio que en el gasto cotidiano —hospitales, fármacos, clínicos— se paga mucho más en Estados Unidos. Aun ajustando a los ingresos de Estados Unidos, pagar $200 dólares una visita clínica no te arruina, no es como en Argentina que mucha gente ni podría acceder, pero es caro, es muy caro, aun si hacés mucha plata.
Así que en esta medida, el costo, realmente gana Argentina por paliza a nivel de cómo funciona el sistema. Se gasta mucho más en Estados Unidos. De hecho, miré unos números antes del podcast y Estados Unidos gasta casi 20% del PBI en salud y Argentina gasta 10%. O sea, Estados Unidos gasta el doble per cápita que Argentina de su productividad nacional. Es una locura lo que se gasta allá.
Acceso
La segunda arista de esto es el acceso. Acceso es medio ambiguo porque es cómo podés conseguir un servicio de salud en tiempo y forma. Podés tener un hospital espectacular que es gratuito pero está a 20 kilómetros, entonces es como que no tenés acceso ahí. También puede ser que tenés un hospital muy bueno, pero es caro: el seguro que necesitás para entrar ahí es caro, como famosamente el Hospital Italiano en Buenos Aires. O podés necesitar un servicio de salud avanzado, único, porque tenés una enfermedad particular y no esté, y tengas que irte muy lejos para atenderte.
Otra cosa que pasa en Argentina es que hay gente que viene a la ciudad a tratarse, gente del interior. Acá hay mitos en ambas direcciones, pero el mito más importante que tienen los argentinos es que en Estados Unidos te dejan tirado si no tenés seguro. O sea, si no tenés un seguro, te dejan en la calle y te morís, te mata una apendicitis en la vereda. Y esto es nada que ver, realmente no es así. En Estados Unidos la atención de emergencia está para todos, sin distinción. Si caés en un hospital y hay una guardia, te rompiste una pierna, te atienden, no van a ni mirar tu seguro. Te atienden primero, te pasan una factura después y después ver qué pasa con eso. Pero te atienden.
Es más, lo que pasa con los hospitales es que tienen mucha capacidad de atender a mucha gente y tienen poca gente, porque están realmente a todo culo. Tienen helicóptero, se mueren por usar el helicóptero para salvar a alguien porque lo tienen ahí quieto todo el día. Van y rescatan a cualquiera, no hay ningún problema.
Ahora, vos decís: "Está bien, atienden emergencia, pero si tenés, por ejemplo, un embarazo o necesitás un médico clínico, ¿qué pasa cuando no tenés seguro?" Bueno, Estados Unidos tiene salud pública, pero es distinto a lo que se hace en Argentina. En Argentina, el Estado administra el hospital público. Por ejemplo, te vas al Hospital de Clínicas o al Garrahan y lo administra el Estado, hay una burocracia gubernamental ahí. En Estados Unidos es distinto: te dan un seguro. Por ejemplo, tenés Medicaid, que es un plan nacional para gente que está debajo de ciertos ingresos anuales. Yo que vivo en California tenía Medical, que era del Estado mismo, que te daban un seguro. Si estás bajo cierta línea de pobreza, te dan un seguro que te cubre todo, y por ahí tenías que pagar $50 dólares por mes, nada, totalmente subsidiado, totalmente accesible.
La gracia de estos seguros es que te dan acceso a los mismos hospitales que usan los ricos. No hay distinción de clase en la calidad del servicio que recibís. Entonces, si tenés un embarazo, te ves en el mismo hospital que el tipo de clase media alta que tiene un seguro muy bueno. Porque justamente el seguro paga. Es un sistema mucho más fácil de administrar. No hay médicos públicos, entre comillas, porque sí hay un PAMI en Estados Unidos. En Estados Unidos tiene algo que se llama Medicare, que es como el plan nacional, ese sí tiene administración pública. Hay hospitales que son de Medicare y el Estado está mucho más metido, pero también tiene su lado de seguro donde podés ir a ver a cualquier médico y el seguro te lo paga. Es el tipo de subsidio que hay allá para dar salud.
Además, Estados Unidos tiene otras cosas como filantropía, muchas clínicas gratuitas. En Argentina se sabe del Plan Parenthood, que está más orientado a fertilidad, aborto, prevención de enfermedades venéreas. Tiene su target, pero es gratuito para la gente que va.
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Medicina de vanguardia y acceso a tratamientos
Después está el tema de la medicina de vanguardia. Vemos campañas en Argentina cuando los chicos tienen alguna enfermedad de corazón particular o un cáncer particular y siempre juntan plata para llevarlos a Estados Unidos. Porque Estados Unidos está en la vanguardia de la medicina. En investigación para enfermedades, Estados Unidos es el número uno del mundo. Eso también califica en acceso, porque podés tener enfermedades donde en Argentina te dicen "no hay tratamiento, tu prognosis es que vas a morir dentro de 6 meses". Y bueno, eso es una gran ventaja de Estados Unidos.
También tiene que ver con los fármacos. Por ejemplo, ahora están con Ozempic, que es una droga que aparentemente ayuda mucho a la gente a bajar de peso. Ni siquiera es americana, pero ya en Estados Unidos está en todos lados. Acá ya es un problema conseguirlo porque hay que pagar licencias, etc. A nivel fármacos, Estados Unidos está muy bien en que inventan las cosas. Si pasa algo particular de Estados Unidos es que inventan las drogas y a veces inventan los temas regulatorios. Pero realmente tienen todo. La gente con plata se trata en Estados Unidos. La gente con plata en serio, multimillonaria, cuando tiene problemas de salud se va a Estados Unidos a buscar la mejor salud con los tratamientos más avanzados.
En Argentina esto no va a pasar prácticamente nunca porque se necesita muchísima inversión en universidades, hospitales, economía. Argentina tiene limitaciones económicas para ser medicina de vanguardia.
Por otro lado, Argentina tiene hospitales públicos, salud pública que es en principio muy accesible porque cualquier persona puede ir. Podés ser inmigrante, podés ser ilegal, no pasa nada. Vas y te atienden. Eso en Estados Unidos es un poco más difícil porque tenés esta maraña de si es una emergencia el hospital, tenés que estar en el seguro si sos pobre o si estás como en el PAMI. Es mucho más burocrático todo ese proceso. Y la realidad es que si no hiciste ningún papel, sos un tipo de 25 años y tenés un problema, es un quilombo todo eso. Lo hace muy difícil y mucha gente tiene miedo de ir al hospital en Estados Unidos porque no tiene los papeles en orden. En Argentina medio como que no importa eso. Querés darte una vacuna, vas al hospital y te la das.
De hecho, un empleado de Silver.dev se dio la vacuna de la rabia acá, por ejemplo. Lo mordió un gato y fue al hospital y le dieron la vacuna de la rabia. En Estados Unidos hay que pagar la vacuna de la rabia, y cada vacuna cuesta $1.200 dólares. Eso muestra la diferencia del tipo de acceso que hay para conseguir ciertos tratamientos.
Cobertura y acceso real
A nivel de seguro, en Argentina el que puede conseguir seguro consigue seguro, o sea, una prepaga como OSDE. Pero el porcentaje de gente en Argentina que tiene prepaga es mucho menor que en Estados Unidos. En Estados Unidos el 92% de la gente tiene algún tipo de seguro. Es un número muy grande. La gente que no tiene seguro es una porción muy chica. Mientras que en Argentina tenés un 30-40% que puede tener algún tipo de cobertura y el resto es a través de la administración pública. Eso es una diferencia muy grande porque el que va al hospital público no tiene acceso a la misma calidad, velocidad, tratamientos que alguien con seguro.
Más allá de la diferencia de medicina de vanguardia versus hospitales públicos, son bastante similares los problemas de Argentina y Estados Unidos. Por ejemplo, mucha gente dice: "me quiero ir a vivir a Villa La Angostura, pero el hospital de alta complejidad más cerca está a 50 kilómetros". Eso tiene que ver con que tenemos un país grande, con poca gente, y Estados Unidos es igual. Si vivís en un área rural, el acceso es difícil. Es difícil tener hospitales bien equipados a una distancia razonable. Si querés salud más rápido, tenés que pagar más. Eso también es un limitante de acceso. Si te duele algo y querés que te atienda un dentista mañana, para él el seguro no es tan efectivo como ir a un dentista privado donde pagás y listo. Eso me pasó a mí.
Son más similares los sistemas que distintos. Si lo comparás con Canadá, en Canadá prácticamente no existe la salud privada. Sí o sí tenés que ir con la salud pública y por ahí tenés algo que puede esperar, pero no querés esperar. "Me duele la rodilla, bueno, esperá meses". "¿Pago más y consigo un médico?" No, no podés. Eso pasa en Canadá, en Inglaterra, en otros países europeos. No soy experto en esos sistemas, pero es un poco lo que dicen. Argentina tiene un sistema privado y uno público, y el privado pagás más y conseguís más.
Así que en acceso yo le doy una pequeña ventaja a Estados Unidos porque, aunque se necesita cobertura para poder verte con un médico, la mayoría de la gente consigue algún tipo de cobertura. Sigue siendo más fácil en Argentina, pero el tiebreaker es que hay muchos tratamientos que solo existen en Estados Unidos y en Argentina no solo no existen hoy, sino que probablemente no existan en los próximos 20 o 40 años.
Calidad
Acá nos metemos en la parte dura del triángulo de hierro: la calidad de los servicios.
En Argentina, ¿cuánto autobombo se hace el personal médico? Es impresionante. Los médicos siempre te dicen que el staff es buenísimo, que la salud es excelente, que se trabaja muy bien. No hay ningún tipo de rigurosidad. No te tiran ni una métrica. No te dicen por qué es el mejor. Te dicen cualquier cosa: "porque es muy instruido", "porque trabajaron acá", pero no se mide calidad.
Yo llegué a trabajar en salud cuatro años en Circle Medical y llegué a trabajar con UCSF, que es uno de los hospitales más famosos de Estados Unidos. De hecho, trabajé en lo que era calidad, porque el hospital nos pedía ciertas métricas de calidad, que las vayamos trackeando y que vayan mejorando con el tiempo. Por ejemplo, cuánto de tu panel de pacientes estaba vacunado, se hizo los chequeos periódicos, tienen seguimientos por sus problemas de diabetes, cardíacos, crónicos. Hay un conjunto de métricas donde ves cuántos de tus pacientes están al día con lo que se puede hacer. Es una medida de calidad que tiene un millón de problemas, pero hay métricas. Se puede medir, se puede decir "algo está pasando acá".
Voy a hacer una pausa antes de seguir con el autobombo de los médicos argentinos. Quiero explicar un poco qué es la medicina. Primero que nada, la medicina no es una práctica científica. Tiene 5.000 años. El médico no es un científico. Sí hay ciencia con la que se descubren medicamentos, se prescriben tratamientos, se hacen diagnósticos, pero el médico no es un científico. Es un tipo que te acompaña a lidiar con temas de tu cuerpo y tu salud. La medicina tiene 5.000 años, el método científico tiene como 300 años. Es un concepto de principios, de cómo armar una buena relación con los pacientes para que te digan la verdad y puedas armar algo que sirva, que importe.
En Estados Unidos los médicos tienen mucho de esto todavía. Se han vuelto mucho más burocráticos que hace décadas, pero piensan mucho en su panel de pacientes. Piensan mucho en que venga el paciente y te diga: "che, tengo un problema", y que el médico le diga: "bueno, te tenés que vacunar". Y el otro: "no, pero le tengo pánico a las agujas". Bueno, busquemos un tratamiento alternativo donde lo puedas hacer, donde no tengas este problema. Decime qué vas a hacer de verdad. Y arman esa relación. Después registran todo eso para ver qué tan bien les está yendo. No se fijan en qué es lo que debería hacer el paciente, decírselo y lavarse las manos, sino en qué es lo que va a hacer el paciente con la recomendación. Si vas con un médico que te dice: "tenés que tomar esto todos los días" y el paciente no te cree, te dice que sí, se va y no toma los medicamentos, eso es mala medicina, porque no genera confianza.
En Argentina no se piensa así. Vas al médico, el médico te da una orden y si no la seguís, jodete. Y después si el médico es bueno o malo, no importa porque está todo en papel. Argentina es de papel. Voy a un montón de médicos y sacan una fichita de 1970 con la que escriben tus datos y la guardan ahí. Es arcaico este sistema. ¿Te pensás que agarran esos papeles y hacen una auditoría después? ¿Tienen idea de lo que les está pasando a sus pacientes? Fui a un alergista el año pasado que me hizo un chequeo para ver a qué soy alérgico, al polvo, a los ácaros y esas cosas. Me mandó una orden para ir al laboratorio y me dijo: "arreglátelas". Tardé un mes y medio en que el laboratorio me conteste. El laboratorio me mandó las cosas, hice el tratamiento un mes y el alergista no sabe si conseguí los medicamentos, si los seguí, no le importa nada. Tienen una fichita de papel registrada ahí. No tienen la más mínima idea de lo que pasa.
A veces hay gente asociada a las prepagas. En general, lo único que hacen es la mínima documentación necesaria para que la prepaga les pague la visita. Pero después no les importa nada. Es una fábrica de chorizos. Mientras más pacientes, mejor, porque la prepaga te paga un monto casi fijo. Entonces quieren ver 50 pacientes mañana. No les importa si no seguiste el tratamiento y si volvés dentro de tres meses.
Lo que pasa es que en Argentina falta digitalización. En Estados Unidos está todo digital y tenés equipos que monitorean la población de pacientes que tiene cada médico. Te dicen: "este que tenía un problema cardíaco hace dos meses que no le hablamos, ¿vio con el especialista? ¿Hizo algo? Porque si no se te va a morir. ¿Se vacunaron? Les avisás de las vacunas que les faltan". Acá en Argentina es: "que mire el calendario y que se las arregle él". Si no está, no me importa. Después salen y dicen que el 95% de la gente está vacunada. ¿Qué? No hay ningún registro de que yo me haya vacunado en Argentina hace 25 años. Es imposible.
En Estados Unidos, si le decís: "che, veo que tenés un tema en el corazón, tenés que ver a un cardiólogo, podés estar a riesgo de un infarto". Si esa persona no ve a un médico, en Estados Unidos podés tener un liability, te pueden hacer juicio. "Che, vos tenías que realmente comunicarle la urgencia y la importancia de lo que estaba haciendo". Entonces los médicos, ¿sabés qué hacen? Llaman al cardiólogo y le dicen: "che, este paciente es importante, seguilo, seguilo". En Argentina no les importa.
Ni hablar de herramientas. Los médicos en Estados Unidos usan herramientas digitales donde pueden verificar los diagnósticos, los diagnósticos son de última generación, están digitalizados. Entonces venís, tirás los síntomas y te dicen: "che, antes de este medicamento hay que hacer otra cosa". En Argentina es la memoria del médico. Si el médico se equivocó de memoria, no hay registro de que se equivocó. No lo sabemos nunca.
Trabajé también en el onboarding de pacientes. ¿Cuánta información se le pide a un paciente antes de verlo en el clínico? En Argentina no te preguntan si sos un tipo depresivo, si sos un tipo con ansiedad, nada. Tenés medicamentos. Después si el medicamento te destruye es medio problema tuyo. No te piden los medicamentos que hiciste por si tenés una reacción adversa. Te preguntan si tenés una alergia, pero no alcanza eso. Tenés que saber los medicamentos porque hay medicamentos que interactúan negativamente. O sea que también es un riesgo más. También en Estados Unidos se medica mucho más que en Argentina, pero es un gran problema este. El 30% de la mala praxis médica tiene que ver con interacciones de medicamentos. En Estados Unidos y en Argentina ni hablemos.
En Estados Unidos, cada visita que le mandás al seguro está casi toda auditada. Auditan 20-30%. Entonces realmente el seguro es el controlador de que no estás haciendo tratamientos innecesarios, que no te estás pasando de vivo. En Argentina está todo lo mismo. Si no está digitalizado, ¿qué le dirán al seguro? "Atendí a este paciente" y le mandan un título. Y tenía un resfrío y nada más.
El autobombo de los médicos en Argentina es una falta de respeto. ¿Con quién se comparan? ¿Cómo saben si este médico este año tuvo mejor calidad que el anterior? No tienen idea. No pueden decirte que son buenos. Realmente los médicos en Argentina no están sujetos a controles de calidad o auditorías. Los hospitales probablemente mucho más, porque ahí están digitalizados los servicios. Pero el médico clínico ambulatorio es un papelón.
Experiencias personales en hospitales
Yo personalmente no tuve muchas experiencias en hospitales. Cuando era chico, tuve apendicitis en Argentina, pero hace 20-25 años que no vivo en hospital. Soy una persona relativamente saludable. Pero mi hija, que tuvo asma, requiere hospitalizaciones con relativa frecuencia. Así que me tocó que me hospitalicen en Estados Unidos y en Argentina.
Vamos del mejor al peor, de mis experiencias hospitalarias.
El primero, el Lucille Packard. Yo vivía en Palo Alto, en Menlo Park, cerca de Palo Alto, y el hospital ahí es el Lucille Packard, que creo que es de Hewlett Packard. La mujer puso guita e hizo un hospital pediátrico. Tiene un ranking mundial, es uno de los mejores hospitales del mundo. Mi hija, cuando le agarra asma, no puede respirar, le baja la saturación de oxígeno. Si baja mucho, puede tener un ataque respiratorio, se puede morir en serio. Nunca llegó a ese nivel, no se preocupen, pero requiere atención urgente.
Entre que nosotros ponemos el pie en el hospital y mi hija está siendo atendida, hablo de menos de 100 segundos. Literalmente, entramos, hay una parte de seguridad, el chabón dice: "¿qué está pasando?" "Mi hija no puede respirar". Nos hace entrar. La administración nos mira: "¿qué está pasando?" "No puede respirar". Aparece un tipo de ninja del techo, tipo SWAT, le encaja un medidor de saturación, dicen: "sí, está en problemas". La mueven rápido para allá, un médico la ve, le mete una máscara. Creo que por abajo de 4 minutos mi hija tiene una máscara de oxígeno puesta. Dos veces me tocó Lucille Packard, así que dos veces vi esa experiencia.
Después ni hablemos de la habitación en la que la pusieron: todo limpio, pulcro, herramientas de última generación, nuevas, buena televisión, baño bien, un lugar cómodo para estar, espacioso, limpio, ordenado, perfecto, impecable. El personal médico, súper efectivo, desde atenderle inmediatamente a hacerle todos los seguimientos.
La primera vez que le tocó la internación, no había camas en el hospital y me tocó hacer una referencia a otro hospital, que no me acuerdo cuál era, y fuimos en ambulancia. La ambulancia era un lujo. Mi hija estaba muy asustada, pero la verdad que estaba buenísima la ambulancia. Yo medio que disfruté el viaje. Muy bueno eso. El otro hospital, igual: infraestructura espectacular, todo limpio, todo nuevo.
Después todas las cosas que uno dice "no es tan importante", pero desde los mobiliarios, los sillones para la gente, la cama en la que te acostás, la comida que te traen, la cafetería, los baños, todo espectacular. De hecho, la segunda vez que la internaron, le tocó el cuidado intensivo en el Lucille Packard. No puedo decirte la experiencia que es. Me acuerdo que salí con mi mujer y decíamos: "si busco algo de qué quejarme, no lo encuentro". Le daban la medicación, los enfermeros le daban la medicación, entonces podíamos dormir a la noche. Necesitaba medicación constante cada 3-4 horas, entonces podíamos dormir a la noche. Tenía un monitoreo con nodos que nos decía todo lo que estaba pasando. El menú de comida que le trajeron tenía 40 cosas: carne, pollo, papas fritas, waffles. Parecen boludeces, no son esenciales, pero estamos hablando de una experiencia de paciente espectacular, donde estás cómodo en un momento donde uno está muy estresado y asustado. Uno tiene miedo. Yo no estaba muy asustado porque ya conozco el asma, porque yo soy asmático, pero es mucho estrés.
Nos mandaron hasta un cura, súper calmado, tranquilo, que decía: "vengo acá a ayudar para gente que es religiosa o no, para hablarlo". Yo no lo necesito, pero imaginate a alguien que tiene un hijo en coma, el apoyo psicológico que te dan. Todo pensado para darle una experiencia espectacular, para darle un servicio médico muy bueno.
Después, lo que tenían para los chicos: los juguetes para la sala, cada piso tenía un área de juegos, perritos, hamacas, todo. Mi hija no lo tocó usar porque tenía una enfermedad contagiosa, tenía gripe. Pero literal, salí del hospital y mi hija me decía: "¿podemos venir mañana?" Quería volver al hospital. La pasó bien. Y tenían todos los especialistas en el lugar: el neumonólogo, los terapistas, los psicólogos, el cura. Fue increíble.
Pero el año pasado volví. En mayo volvimos y literalmente caímos un viernes y el domingo mi hija hospitalizada. Le agarró acá una gripe. Un espanto la experiencia. No teníamos nada, estábamos en un Airbnb. Íbamos a la clínica Los Arcos, que es reputable, estamos ahí en Juan B. Justo. Ya entrás con el check-in y te atiende un personal administrativo que te pregunta sobre tu seguro. Lo primero que le digo es: "mi hija tiene síntomas respiratorios, no puede respirar bien". Y la mujer eso lo ignoró completamente: "mostrame tu cartilla de seguro". Acabo de viajar, la están activando y tardan 30 o 60 días. "Bueno, entonces tenés que pagar la visita". La pago. Recién ahí me dan un ticket para que la atiendan.
Esto es mala salud. No es un tema de privado o público, es mala salud. Mi hija tenía síntomas respiratorios. En Estados Unidos ni lo piensan, te atienden primero y ven el resto después. Tardaron 30 minutos en darle una máscara de oxígeno a mi hija. Si tenía un paro respiratorio en todo ese momento, yo sabía que no, si no los agarraba por atrás de la ventana. Pero ellos no lo saben. Síntoma respiratorio es vital, tienen que revisarla, monitorearla ya, hacerle triage. No hacen triage. En los privados acá no hacen triage.
Después me hacen internarla y me dicen: "se va a tener que quedar dos días". Como no tengo seguro, digo: "¿cómo hacemos?" "Tenés que pagar antes de que la internen". "¿Cómo hago?" "$500 dólares por día", me dijeron. "Pagarlo en efectivo o con tarjeta de crédito y tenés que pagarlo ahora". Era un domingo a las 7 de la noche. "¿Dónde saco esta plata? Bueno, aténdemela y después te la traigo mañana". "No, no podemos hacer eso". ¿Eso es acceso? Ni pagando podés. Finalmente me salvó un familiar. Pero igual, como en el hospital las camas estaban colapsadas también en ese momento, nos tocó quedarnos en la habitación de la guardia. Un espanto. Pagando lo que pagamos, $1.000 dólares por dos días tuvimos que pagar. Un espanto en la sala. Ahí es donde cae la diferencia: los muebles rotos, la cama de mala calidad, todos los instrumentos médicos de mala calidad. El medidor de oxígeno de mi hija se apagaba cada 30 segundos, no podías confiar en eso. Algo que me pasó siempre: el equipo no funciona bien, no funciona bien el equipo médico. Encima los médicos dicen: "tenés que darle esta medicación cada 4 horas, tomá". Ni por papel nos escribieron eso. Decí que nosotros ya sabíamos, pero entendé que vos sos un padre que por ahí no durmió hace 24 horas y te dicen: "vos te tenés que encargar de esto, no podés dormir en toda la noche". Eso es mala medicina. Eso significa que hay pacientes que no reciben la medicación en tiempo y forma, al momento adecuado. ¿Y el hospital traquea eso o no? Porque no está digitalizada esa parte tampoco. Es mala salud esto. No es mala administración, no es mala la comida de la cafetería. Es mala salud.
Esto es uno de los grandes tintes que tiene Argentina en todas las áreas: Argentina ha acotado en calidad en todo lo que hace. En educación, en seguridad, en obra pública y en salud. En salud es muy malo porque la calidad claramente es que la gente se muere y vive peor. Ojo, el trato humano de los médicos, los médicos acá les gusta lo que hacen, son muy profesionales. Pero si no tenés las herramientas, no podés dar buena salud. Si no tenés las operaciones para hacer las cosas bien, no podés dar buena salud.
Hospital público en Argentina
Ahora hablemos de lo que me pasó antes de esto. Cuando mi mujer se embarazó de mi hija Luna, también nos pasó que estábamos de Estados Unidos visitando Argentina, pero nos veíamos todo por privado. Pero la ginecóloga también atendía en el Hospital de Clínicas. Dijo: "es un control, vení al Hospital de Clínicas y ya está". Mamita. Esto fue en 2019, prepandemia. Vamos al Hospital de Clínicas y yo digo: esto es una película de terror. Tenés grafitis, ni hablar de que las paredes tienen azulejos de 1950, pero eso vaya y pase. Tenías secciones clausuradas con el techo roto y caños oxidados expuestos, escombros por todo lugar, las escaleras rotas, las escaleras de mármol rotas, y también las escaleras eléctricas que no funcionaban. Me encantaba la escalera mecánica, que tenía un cartel grande: "el sindicato de escaleras mecánicas mantiene esto", y estaba rota la escalera mecánica. Todo roto, todo un nivel de decadencia. Me dio vergüenza. Saqué unas fotos. Hay unas que hay techos caídos con óxido, y no es que era el depósito, yo pasaba por ahí para ir al médico.
El Hospital de Clínicas es una aberración legal y moral de Argentina. Si le preguntás a un médico en Argentina qué opina del hospital, te dice: "muy buen personal médico, la calidad de salud es muy buena". Qué bronca que me da. Ese lugar, si vendiese panchos, cualquier inspector te clausuraría el lugar. Y ahí atienden a la gente que está embarazada. Es un lugar soviético que hay que ponerle una bomba, directamente hay que cerrarlo. Además, tampoco debe ser barato mantener un edificio que atiende tan mal y está en tan malas condiciones. Cada tanto aparece en Twitter unas fotos del sótano del Hospital de Clínicas y está inundado, y tienen pacientes ahí. Tienen pacientes en una cama y se inunda. Es una cosa increíble. Pero lo increíble no es que haya una decadencia, es que se acepta. Se dice: "está todo bien, pero la salud es buena". No, la salud es muy mala.
Conclusión
Acá comparamos el triángulo, ¿no? Y en esta arista de calidad, Estados Unidos gana por paliza. La calidad de salud en Estados Unidos es muy buena y la experiencia de paciente también. Estamos en otra categoría totalmente.
Así que la gran comparación de salud de Estados Unidos con salud de Argentina es que en Estados Unidos pagás más, pero tenés mucha mayor calidad. Así que depende de qué sistema de salud te parece más conveniente a vos. Yo personalmente prefiero un sistema de muy buena calidad.
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