055. El Programador de Hierro
- 49:49
- Fri Dec 12 2025
- Temporada 2 • Ep. 17
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En este episodio, repasamos las características del programador de hierro. Analizamos su mentalidad, sus habilidades y cómo se diferencia del programador de madera. Qué es lo que necesitas para convertirte en un programador competitivo en el mercado de tecnología. ¿Cómo convertirte en un programador de hierro?
La mediocridad es una enfermedad social. Títulos y currículums y certificaciones, nada de eso vale nada en frente a un tipo que está dispuesto a pagarte un toco de guita.
Bienvenidos a Tecnología Informal, un espacio para hablar de carrera, inversión, cultura, mercados y todo lo relacionado a trabajar en startups. Yo soy Gabriel Benmergui, un programador recruiter con más de 10 años de experiencia viviendo y trabajando en Estados Unidos y actualmente el fundador de Silver.dev, una agencia de talento en Buenos Aires que conecta a talento argentino con startups americanas.
En el episodio de hoy vamos a hablar del programador de hierro, de una versión idealizada de lo que puede llegar a ser un programador en nuestra industria.
¿Qué es nuestra industria?
Quería empezar hablando un poco de qué es nuestra industria, qué es ser un programador o trabajar en tecnología. La verdad que es una industria muy privilegiada comparado con lo que es trabajar, por ejemplo, en mantener un negocio, en hacer ventas, en hacer marketing. Realmente nuestra industria está acomodada a que la gente llegue tarde al trabajo, a que pueda trabajar desde su casa, a que se tome los días que quiera. La verdad que tiene un nivel de presión muy bajo sobre los trabajadores. Y, bueno, generalmente paga bastante bien.
Cómo lo medimos es complejo, pero comparado con abrir un café todos los días a las 7 de la mañana, paga muy bien. Es interesante que este periodo de la pandemia, donde hubo un boom, una sobredemanda total de talento y después bajó, generó esta dinámica de que no es tan fácil pegarla en esta industria. De repente hay gente que tuvo muy buen deal durante la pandemia y lo quiere repetir porque siente que llegó a esa categoría y no puede, no consigue trabajo, hay más desempleo, es más difícil y empieza a fallar en entrevistas laborales. Le dicen que entran otros candidatos y empieza a haber dinámicas de competencia, de que no podés cobrar cualquier cosa y hacer cualquier cosa.
Esto es interesante para mí también porque hace 20 años yo tenía 23 y entré en mi trabajo de consultora que cobraban en dólares y hablábamos de este tema. Decíamos, bueno, por ahí dentro de 20 años el programador va a ser un obrero, va a querer sindicalizarse, va a tener esos problemas de industrias que se caen y protecciones, pero ahora nos va tan bien que no necesitamos todo eso. Era un tema de hace 20 años y yo creo que no pasó eso. Se volvió aún más redituable ser programadores, a pesar de que hay muchos más. Pero estos años, aunque sea por ahora, está esa dinámica de que no está bueno que te despidan, que no haya indemnización, como que hay dinámicas de industrias que se caen, de otros periodos del ser humano hasta diría.
Más allá de lo que pasa en el corto plazo, es posible que programación no sea siempre algo que crezca como industria para siempre. Eventualmente puede llegar a encontrar una normalización. Podría hablar un poco de por qué no ha pasado hasta ahora, pero podríamos decir que dentro de 20 años de donde estamos ahora, va a ser una profesión más como abogado, como médico, como otra más y va a haber competencia. La gente va a fracasar mucho más de lo que fracasa ahora. Tener un título universitario podría llegar a ser un requisito, cosas así, porque sube la competencia, sube el "che, no hay trabajo para todos a cualquier salario".
Cuando empieza a subir la competencia, lo que es la parte de abajo de la pirámide de talento empieza a ahogarse. Empieza a decir, che, sos medio malo, la verdad, no tenés un talento natural, no te gusta mucho, no lo hacés muy bien, no sabés inglés, por ejemplo, para nuestro mercado. Y empiezan a ahogarse, empieza a haber problemas de supervivencia.
Ahora tenemos esto, pero principalmente porque la gente quiere seguir cobrando lo que cobraba en la pandemia. Si cortase esas expectativas a la mitad, algo encontraría, ¿no? En un mercado competitivo empieza a haber un grupo de gente, que suele ser cuantioso, que empieza a pensar en supervivencia. Decir, bueno, tengo que agarrar lo que puedo encontrar y tengo que ser lo suficientemente bueno para no quedarme fuera del mercado.
Pero para mí la supervivencia es una meta muy baja. Dedicarse a una profesión, a una vocación o a una disciplina, uno tiene que tener la ambición de quedar arriba, de llegar a ese top 5%, top 10%, volverse bueno en lo que hace. Una mentalidad de supervivencia no te va a llevar a eso. Tenés que competir, tenés que volverte bueno, tenés que pensar en no solo que no te rajen.
Para mí es importante siempre explotar tu propio potencial, porque la gente tiene talentos distintos, pero para mí alguien que fracasa porque no tiene mucho talento, pero hizo todo lo que pudo y llegó a un punto donde dice, bueno, no me da el bocho, no me gusta, no me funciona, no me parece una historia trágica, me parece un experimento muy bueno para su vida. Es malo fracasar, pero dejarlo todo en la mesa es muy bueno, te deja saber algo. Pero a mí me da mucha más pena cuando la gente tiene potencial y talento y se achancha y no lo explota y después se lo come el mercado. Es medio como una tragedia, como que se arruinó la vida por no tomárselo en serio.
El programador de hierro y el de madera
Hoy quería hablar del programador de hierro. El programador de hierro es un ideal, es un ideal de cómo un profesional se toma esto con mucha seriedad, que se toma programación no como lo que le pone pan en la mesa, sino como su estilo de vida, su filosofía de vida. Es en lo que trabaja, es en lo que se dedica, es lo que quiere hacer bien. Hay una inspiración japonesa en todo esto de dedicarse a algo y querer hacerlo como si fuese un artesano de lo que hacés, lo que en inglés se le dice "craftmanship".
Este ideal, podemos no estar de acuerdo en lo que debería ser, pero quiero que lo hablemos de un punto de vista abstracto, como un thought experiment. Es una herramienta para nosotros, para poder evaluar algunas otras decisiones que creo que la gente está tomando o algunas observaciones que tengo yo del mercado y que digamos, bueno, ¿es lo que haría el programador de hierro esto? ¿Qué hace el programador de hierro para perfeccionarse, para ser bueno, para lucir fuerte, para decir, "ese es un programador en serio, ese es legit, es legítimo"?
Para empezar la conversación, me gustaría siempre tener una contrapartida del programador de hierro, el enemigo. ¿Qué sería el que es muy malo en lo que hace? Cuando ves el que es muy malo, decís, bueno, hacer lo contrario de eso sería lo bueno, ¿no? A este lo vamos a llamar el programador de madera.
¿Qué distingue al programador de madera? ¿Qué vos decís? Ah, ese tipo, esa persona que se dedica a programar es de madera, este tipo no va. ¿Cuál es la cualidad? Bueno, la mediocridad. La mediocridad es el concepto central que vamos a lidiar en este episodio.
La mediocridad como enfermedad social
La mediocridad, primero que es un concepto casi estadístico, porque mediocre es que estás en la mitad de la curva. O sea, ser uno más del montón, podrías decir que la mediana es mediocre, el que está en el medio es mediocre. Obviamente, siempre tiene una connotación negativa decirle a alguien mediocre, porque le está diciendo que es un tipo que no puede ser bueno, que no quiere ser bueno, que no tiene la capacidad de serlo. Pero el mediocre está en la mitad, si dividís a todo el talento en una curva de calidad, el mediocre está en el medio, en casi todo mercado.
Pero en tecnología es aún peor, porque si en otras industrias pasa o no pasa, podría ser un punto de debate, pero en programación tenemos la power law. Sabemos que el top x% produce la mayoría del valor. A veces se usa la ley de Pareto, que es el top 20% produce el 80% del valor. Yo creo que es aún más concentrado en tecnología, porque por ahí hay 10 empresas en una industria y sobrevive una sola, y los que están ahí son los que hicieron todo el valor. Todos los otros no hicieron nada. De hecho, costaron plata, hicieron destrucción. Es hasta peor.
Entonces, si solo el top 20% de los programadores son los que generan valor en nuestra industria, mediocre es ser parte de ese 80%. Son muchos.
Este tema de la mediocridad se habla bastante en Twitter. Hay varios personajes. Uno es Jonathan Blow, que es un programador de juegos que hizo Braid, hizo The Witness, hizo varios juegos. Es un tipo muy conocido por ser muy duro en términos técnicos. Creó un propio lenguaje de programación para hacer juegos. Es un tipo que es deep programmer, muy legítimo. Hizo juegos y además comercialmente exitosos. Y él dice que se está cayendo el mundo de software. Se está cayendo. Él dice que no puede usar software sin estar constantemente asediado por cosas que se rompen y andan mal. Y una vez que él te lo dice y prestás atención, es medio cierto.
Yo ahora no estoy programando, programo muy poco y no me anda la computadora. Tengo una M2 de Apple y uso YouTube, Spotify, Google Meet, Google Docs y Slack. Y me quedo sin memoria, no anda, no me carga WhatsApp, no me carga Slack, se rompen las apps y todos los botones no andan. ¿Cómo puede ser que cuando usé ICQ, que era el Messenger de 1995, no tuve ni uno de estos problemas? Estaba hecho en C++ por unos tipos que no podían ni googlear lo que estaban haciendo porque no existía Google todavía. Estaba Altavista, un desastre. Y andaba mejor.
Jonathan Blow habla mucho sobre este tema, sobre por qué se está cayendo. Habla mucho de la complejidad del software, de la baja de la vara. Yo creo que hay un tema coyuntural. La pandemia ha sido muy negativa en términos de lo que es la vara de contratación. Es como que gente que realmente no le puso muchas horas a la disciplina entró a la industria y eso generó muchos problemas. No es lo único. Hay otros problemas, otros patrones.
Hay varias personas que hablan de este tema de la mediocridad. Primagen medio como que está un poco de acuerdo con todo este tema. No mucho. Él dice, bueno, es más complejo, pero atiende más usuarios, es otro paradigma. Pero él dice, quiero que dejemos de hacer programación como si fuese un laburo que te pone plata en la mesa y hagámoslo bien. Seamos como artesanos del código. También lo dice Ryan Florence, que es el que hizo Remix. También Dax, que habla mucho de User Experience. Está esto de no querer hacer las cosas bien y les da frustración. Son gente que se toma muy en serio lo que hace. Ya de si son buenos o no, que obviamente son buenos, pero les da frustración que la gente no se lo tome en serio.
No quiero profundizar en lo que estas personas dicen. Sí quiero hacer una contribución original a esta conversación, que es que la mediocridad es una enfermedad social. Es algo que se contagia. Es algo que se aprende y se contagia.
Hay un gran ejemplo que me encanta para explicar esto, que es con la obesidad. Mucha gente diría, ¿por qué hay obesidad? ¿Qué es lo que la genera? Y la gente dice es el azúcar, es la comida, es la dieta, es la falta de ejercicio, es la vida sedentaria. Obviamente que esas cosas suman. El mejor predictor de que la gente es obesa es si la gente que conoce, sus amigos y su familia, es obesa, porque comparten los hábitos, comparten las expectativas, se contagia. De hecho, es totalmente contagiosa la obesidad. Bueno, la mediocridad también. La mediocridad es una enfermedad social. El ambiente te empuja a ser mediocre. Si vos estás en un espacio mediocre, tus expectativas de lo que se puede hacer bajan y te empezás a volver mediocre.
¿Por qué pasa esto? Porque el mediocre se libra en la mediocridad. La mayoría, ese 80% que entra en la definición de mediocre, quiere estar en la mayoría. Entonces la mediocridad es popular. La gente que está en ese 80% no se siente mal de que no está en el top 20. Se siente bien, se siente cómoda. Y mientras más haya gente que se parece a ellos, se siente mejor.
Words per minute y la reacción a la mejora
Sobre este tema, hace poco tuve un tuit que un poco la pegó. Llegó como a 200.000 views en Twitter sobre un tema que he hablado varias veces, pero para mí no importa. No es un tema polémico ni controversial, que es el tema de las words per minute.
Yo entrevisto a mucha gente y en realidad cuando las empresas eligen a quién pasa o no pasa las entrevistas o a quién le van a hacer una oferta, ellos dicen, "uy, tenía tres ejercicios y los hizo todos enteros bien. Hizo una versión primera y me encantó cómo fue iterándola y la mejoró". Hacen este tipo de apreciaciones. Pero yo te digo, entiendo lo que está pasando. Esta persona tipea rápido, entonces puede hacer muchas ideas y llega lejos en el ejercicio. Mientras otro tipea lento y empieza a decir, bueno, no llego al ejercicio. Entonces empieza a tomar shortcuts, empieza a tomar malas decisiones y no llega al final y no llega con calidad. El que tipea rápido no solo llega antes, llega mejor.
El tema es que yo presento esta idea y se vuelve polémica. Y 200.000 personas hablan y reaccionan a este tweet y dicen, "mirá lo que dice este tipo, me dice que si no tipea rápido no entro en los lugares", que es cierto, pero ¿para qué se enojan? ¿Qué pueden ganar con enojarse?
Un programador de hierro ve todas las oportunidades para mejorar y si tipea lento y alguien le dice, che, tipear rápido es bueno, el programador de hierro como mínimo va a tener curiosidad. Va a decir, "¿qué es esto de tipear rápido? ¿Funciona o no funciona? Hay gente que lo dice, además hay gente que sabe que lo dice. ¿Puedo probarlo? ¿Qué pasa si tipeo más rápido? ¿Qué pasa si le invierto 10, 15 horas y mejoro y veo qué pasa? Capaz esto importa".
El programador de madera que celebra la mediocridad no quiere hacer eso porque dice, "no, tipear rápido es una pérdida de tiempo, no sirve, nunca me lo dijeron, toda la gente que me rodea no piensa así". Acuérdense, estás en el 80% mediocre, toda la gente que te rodea es mediocre, querés ser mediocre, entonces si alguien te dice, con esto dejás de ser mediocre, no te conviene. Desde la mentalidad del programador de madera querés estar en la mayoría que es mediocre. Es como un estado mental.
Además, como si poner 20 horas para practicar algo como tipear fuese como que, ah, si hacés esas 20 horas, ahora no podés hacer más unit tests. Como si fuese un trade-off. No, es que te pasaste 20 horas en Twitter esta semana, ¿no? Seguro eso no pasó, seguro el trade-off es tipeás y se te apaga un pedazo del cerebro, ¿no?
El programador de hierro piensa ser mejor en algo, es todo ganancia. Mejoro algo y o hago entrevistas más rápido o por ahí tipeo más rápido mi día a día y es mejor. Por ahí vale la pena, por ahí no, por ahí Gabriel tiene razón, ¿no? Pero es una idea de automejora.
Esto tiene que ver porque el programador mediocre ve toda oportunidad de automejora como un costo, porque aprender requiere esfuerzo, requiere sentarte, tomártelo en serio, capaz fracasar, que eso puede ser doloroso para una persona, pero el esfuerzo en sí es dolor. Esto lo dice Bastiat, es un tema económico: el esfuerzo es dolor. Entonces ya es, "ah, encima tengo que escuchar a este tipo para hacer algo que me va a causar dolor y encima no lo quiero porque yo quiero quedarme donde estoy, no quiero estar ahí arriba con ese 20%, quiero estar donde estoy copiando toda la gente que está alrededor mío".
Argentinos que están en el top de la pirámide de talento, argentinos que trabajan en Amazon, en Facebook, en empresas de Estados Unidos que cobran 200 mil, ellos ven esos tweets, el tweet del word per minute, el tweet de "no uses Android, usa iPhone para una entrevista", ellos ven esos tweets y se ríen, les causa gracia. Pueden estar de acuerdo, pueden estar en desacuerdo, pero se ríen. Ellos me mandan mensajes, me dicen, "che, es buenísimo que digas esto, es gracioso", porque entienden el concepto, entienden la idea que estoy mandando, la evalúan, por ahí la aceptan, por ahí están en desacuerdo, por ahí no, y se ríen.
¿Y saben qué les pasa después? Después leen los comentarios y me dicen, "boludo, me estaba riendo del tweet tuyo y veo los comentarios y me deprimo", porque es tipo una marea de mediocridad, de gente enojándose, criticando a alguien, pero ni siquiera mostrando qué es lo que hacen, ni diciendo puede mejorar o no puede mejorar, están convencidos en quedarse donde están. Es muy fea la mediocridad, es una enfermedad mental, es una enfermedad contagiosa y mental.
El síndrome del impostor y la celebración de la estasis
Hay una cosa relacionada que pasa con esto de la mediocridad que hace poco se volvió como un tema otra vez en Twitter, que es el síndrome del impostor, y esto fue peak pandemia. Decían, "ah, si vos estás en un trabajo y estás cobrando mucho más de lo que te imaginaste que podías cobrar y te sentís como que sos un impostor, porque no deberías estar cobrando tanto, en realidad tenés que trabajar en tu autoconfianza, porque no ves que otra persona evaluó que estás cobrando bien, querete, sos bueno, en el nivel en el que estás sos bueno, se celebra donde estás". No se celebra el qué vas a hacer para mejorar, se celebra la estasis, la identidad.
Y yo digo, no, lo contrario, el síndrome del impostor es tu alma, tu conciencia diciéndote, "che, hay algo que no cierra, esto no me cierra, porque yo no soy tan bueno para que me paguen tanto, no me cierra a mí y que venga un tipo y que me diga que sí, sí, que está bueno, que soy bueno y que debo pagar, no me cierra ese tipo tampoco". Y está bien que sientas eso, porque ahora pensá qué piensa el programador de hierro. El programador de hierro dice, "mmm, hay algo que no me cierra, yo tengo que mejorar mucho para merecerme esto. ¿Por qué ellos me están valuando tan alto? Algo no me cierra, tengo que mejorar, tengo que seguir perfeccionándome, tengo que superarme".
¿Y qué piensa el programador de madera? "Alguien me pagó, alguien me dijo que estoy bien, estoy hecho papu, estoy hecho, no me jodan, soy así". Y la sensación del síndrome del impostor, sos la persona que está tratando, está teniendo una sensación y el mundo te está ofertando, vas a ser de hierro o de madera, y si lo aceptás vas a ser de madera, y si lo rechazás y decís, "yo voy a volverme bueno, aunque todo el mercado me diga, toda la gente alrededor me diga, ya sos lo suficientemente bueno, yo voy a seguir para adelante, porque no me cierra, yo no estoy satisfecho con el nivel en el que estoy".
No soy la única persona que dice esto, Jonathan Blow dice lo mismo.
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Trade-offs y la vagancia
Dentro de lo que es programación, siempre se piensa en términos de trade-off, como esto de, "no, porque aprender a tipear es una pérdida de tiempo que podrías usar en, digamos, la verdad, Twitter, pero ponganle, no, porque podría haberme leído Design Patterns de Gamma". Entonces yo me leo ese libro, después le preguntás si lo leyeron o no leyeron, así que no importa, pero se piensa mucho en nuestra industria de trade-offs, como que está todo bien, porque todo tiene un trade-off, ¿no? Bueno, no es así, pero hay un trade-off en particular que es el más tóxico de nuestra industria, que es la vagancia.
El programador siempre tiene un trade-off que es muy atractivo, que es no hacer nada. ¿Por qué? Básico. Si sos programador y no hacés nada, no hay bugs, no hay on-call, no hay problemas. Si hacés algo, se rompe, anda mal, te pueden criticar, tenés que mantenerlo, puede salir mal. Los incentivos de los programadores es no hacer nada. Es muy fuerte este incentivo.
De hecho, todas las personas de producto con las que trabajé, esto me pasó en Robinhood, me pasó en OpenSea y me pasó en Circle Medical. En Circle Medical fue la primera vez que tuve un rol bien de Product Engineer. Venía gente de producto a pedirme cosas y me decía, "che Gabriel, si no es mucho trabajo, ¿podrían hacer este feature?" Y yo le decía, "yo porque hice producto te voy a contestar bien, pero no le digas nunca esa pregunta a un programador". Porque cualquier cosa que le digas al programador, "si no es mucho laburo", ya se le apagó el cerebro y dice sí, es mucho laburo. ¿Por qué? Porque es mucho mejor para el programador no hacer nada. Bajar la expectativa. No importa si es bueno o malo, es un incentivo central de lo que hacemos nosotros.
No es como un trabajo de retail, de atender en el café, que si no vendés el café estás parado mirando la ventana. Te aburrís. Al menos querés vender algo. Pero en programación, si no te piden nada, listo, Twitter 16 horas al día, buenísimo, soy un golazo y encima me pagan igual.
Por eso también los managers no técnicos no les va bien en la industria, porque siempre tienen que pedir este permiso donde los programadores siempre contestan con vagancia, lo he dicho en el episodio del producto me parece. Basta de preguntar eso. Vos tenés que ir al técnico y decirle, "¿podés hacer esto o no? ¿No podés? Bueno, voy a buscarme a alguien que sí, estás out". Yo pienso que hay que ser mucho más brutal con esas cosas. Hay que empujar a la gente. Pero también es difícil saber cuánto podés empujar sin tirarlas al barco. Si no sos técnico no entendés cuando la gente es vaga o no.
El tema de vago o no vago, el tema de trabajar o no trabajar, o poner el esfuerzo o no esfuerzo. A veces los programadores piensan que es como un gradiente. Tenés el tipo que labura mucho, tenés el tipo que no labura nada, y tenés el medio que es razonable. El tipo que cumple su horario laboral, hace sus 40 horas, si hay on-call hace on-call. Y piensa como un gradiente, el que labura mucho, el que labura poco.
Pero yo pienso que es distinto. Yo pienso que hay una diferencia cualitativa en cómo tomás el esfuerzo que hay que hacer para lo que hay que hacer. Y voy a explicarlo con un ejemplo.
La diferencia cualitativa: historia de Go
Yo representé Iberoamérica en 2005 más o menos, en un torneo internacional, y me tocó jugar con el jugador de Corea. Corea típicamente manda un jugador que es un titán. Este no era tan fuerte, pero era más fuerte que yo. Y cuando jugamos la partida me doy cuenta muy rápido que el tipo tenía el mismo perfil de jugador que yo. Jugaba en la apertura de las partidas las mismas preferencias, orientado a cierto tipo de estrategias, que eran las mismas que las mías. Pero el tipo era más fuerte que yo, entonces su apertura era más fuerte. Digo, bueno, por ahí le gano en el medio juego, en las peleas, en la complicación. Leía y peleaba mejor que yo. Era mejor que yo. Y después digo, bueno, le gano al final de la partida, en el endgame, en los puntos, en esa etapa final de la partida. Era mejor que yo. Era mejor que todo lo que hacía yo, porque tenía justo el mismo perfil y era mejor en todo. O sea, yo no le podía ganar en nada.
Era muy frustrante para mí, porque no podía hacer un plan donde yo le atacaba por su punto débil, porque su punto débil era mi punto débil. Y vos decís, bueno, esta partida no tiene chances de ganarse, pero pasó algo fantástico. Yo quería ser profesional y él no. Él era un amateur. Jugaba por placer. Y empezó a aparecer un patrón de situación donde era muy incómodo hacer lecturas, defenderse bien. Hay cosas que generan muchísimo más esfuerzo entender en el juego de Go. Y le causaba dolor. Y como él juega para divertirse, las evitaba. Y para evitarlas, cedía puntos. Entonces, para evitar el dolor, jugaba peor.
¿Saben qué hice yo? Jugué la partida más odiosa y horrible y asquerosa que se me ocurrió. Fue larguísima. Fue una de las partidas más largas que jugué en mi vida. La hice bien larga, la hice bien dolorosa, para que le moleste cada jugada que hacía. La partida anterior, en esa ronda del torneo, había terminado 40 minutos antes que la nuestra. La mía estaba estiradísima. Jugué hasta el último segundo y todo. Y cada vez que él tomaba esa decisión para evitar el dolor, yo recuperaba ventaja. Terminé ganando esa partida por una diferencia mínima.
Fue muy importante esto. Porque la diferencia era que yo era profesional y el otro era amateur. Porque yo podía bancarme todo ese dolor de la partida. Porque sabía que era lo mejor para ganar. Y él no lo podía tolerar. Esta es una diferencia cualitativa. No es cuantitativa. No es que el tipo no quería hacer esfuerzo. No estaba dispuesto a hacer el esfuerzo que le dolía.
Esto se transmite muy bien a programación. Porque programación es amplio, y hay cosas que son muy divertidas y hay cosas que son un horror. Y para pasar las cosas que son un horror, tenés que hacerlas igual. Tenés que tener disciplina para poder hacerlas. Y la capacidad de resistir ese dolor. Porque el dolor te hace tomar malas decisiones. Porque decís, viene el de producto y te dice, "o hacemos una landing así nomás con tu template, o hacemos una animación de la puta madre que va a quedar mármol y va a subir la conversión". Y vos decís, "che, pero una te la hago en una hora y la otra me va a tomar una semana. Hagámosla de una hora". Clásica decisión de programador de madera. Vos tenés que hacer lo que es mejor para el producto. Y si tenés que aprender algo, tenés que aprenderlo. Hay que tener esa resistencia, esa fuerza para tomar buenas decisiones y hacer el trabajo que hay que hacer.
Educación, aprendizaje y el vicio del copy-paste
Después hay otro tema que es importante, que es la educación. Cómo uno aprende a hacer las cosas. Porque está la ejecución: tengo que hacer estas cosas, cuánto tiempo me van a tomar. Pero también es cómo, qué tan bueno uno es en entender la profundidad y la calidad de las cosas que hace. Y la educación formal es un principio de una educación. Lo importante es cómo aprender, no la educación como recibir un título. Y el perfeccionamiento en tecnología es constante, porque es la industria de lo nuevo. Todo es nuevo, todo cambia todo el tiempo. Y uno no solo tiene que estar empujando ahí la pala con el taladro, tiene que a veces frenar.
Está la fábula del leñador: hay un tipo que está dándole al árbol, pum, pum, pum, y ve que otro leñador cada tanto se sienta, se toma recreo, espera, y el tipo pum, pum, pum. Y al final del día, el que se sentó y descansó, cortó muchos más árboles. ¿Por qué? Porque cuando se sentaba, afilaba la hacha. Hay que trabajar mejor, hay que pensar en cuáles son las cosas en las que hay que invertir, como tu educación o tu conocimiento, para trabajar cada vez mejor.
En mis años 20, cuando yo tenía 20, 21 años, era muy común leer libros. Me acuerdo que Amazon era más o menos nuevo y me pedí dos veces pedidos de 25 libros. O sea, tenía 50 libros de programación en mi biblioteca y me los leí en seis meses. Época dorada, porque no existían las redes sociales o no se usaban como ahora, no había tanta distracción. Yo estaba en un laburo que no me exigía mucho, pero cada minuto que tenía libre, pelaba un libro. Leí un libro, y de hecho, cada tanto a veces hago code reviews y digo, "no, porque en el libro Code Complete del 2004 te tiran este ejemplo, entonces hay que hacer las cosas así". Y te queda la información adentro, en la cabeza. No hay solo que hacer lo que hay que hacer en el laburo, hay que poner esfuerzo por afuera de eso y mejorar.
El programador moderno tiene un problema, que ahora se distrae mucho. Tenés mucho YouTube, tenés mucho Twitter, y en realidad es más entretenimiento que educación todo eso. Es muy difícil separar que estás aprendiendo de que estás disfrutando. Muy difícil, porque hay mucho aprendizaje que se disfruta y hay mucho que requiere, bueno, sentar el culo en la silla y hacer cosas. Y vos mirás un vídeo de YouTube y decís, "ah, yo leí lo de Primagen, Next.js, es más o menos, pero me quedo con Remix". Bueno, tenés que sentarte y hacer las cosas, tenés que probar proyectos, lanzarlos, programarlos, si no, no los entendés.
Otro problema que pasa, que es difícil, es muy fácil confundir, reconocer con saber. "Ah, sí, escuché de eso, de esa arquitectura, qué sé yo". Pero después, cuando la tenés que hacer, no la sabés hacer. Nos engañamos muy fácil con cosas de lenguaje, igual que en programación, pasa lo mismo. En la cabeza, la gente habla inglés perfecto, lo pronuncia bien, es fluido. Después, cuando hablan, no. Es eso lo que pasa, no entendemos la diferencia.
Las redes sociales son un vicio moderno. A mí me pasa también, porque me encanta Twitter, lo disfruto como entretenimiento, lo disfruto como alguien que hace contenido, y lo disfruto como una herramienta de negocio para mí. Ahí consigo candidatos, consigo empresas, consigo clout. Y como que darle bola a Twitter, me puedo convencer fácil de que es para el trabajo. Pero, ¿se justifica que pase tres horas por día en Twitter? Yo diría que no. Y bueno, esos son vicios modernos.
Otro vicio moderno que yo veo como entrevistador técnico es copiar código de internet. En mi época no era tan fácil. ¿Saben cómo aprendí a hacer mi propio Tetris? Fue de un libro. Era un libro que te decía cómo implementar el Tetris. Tenías que escribir cada línea de código. No era opcional. Tenías que hacerlo, porque no había otra opción. Era obligatorio escribirlo. Pero después escribí el Tetris, y ya entiendo cómo se hace. Hacés un game loop, tenés algunas reglas de matrices, y ya está. No es tan complicado.
Ahora tenemos este vicio de, "ah, ya debe estar hecha la validación de un email". Y copian una regular expression de internet, no la entienden, no saben cómo hacerla, no saben si está bien, no la verifican, y todo esto. ¿Cómo hacés un form? Copiás un paquete, ya está. ¿Cómo sabés qué paquete es bueno si no tenés ni idea de cómo funcionan por adentro? Pero ni idea, no lo podés debuggear, no lo podés entender. Es todo copy-paste.
En las entrevistas reales, cuando viene la live coding, la gente se da cuenta que de repente sin Google no saben hacer nada. Eso es lo que estresa a la mayoría de la gente que dice "no quiero hacer live coding". Se dan cuenta que si no googlean, no saben cómo hacer las cosas, porque están tan acostumbrados a copiar código de internet.
¿El programador de hierro cómo se toma esta situación? Sabe que saber es mejor que no saber. Es mucho mejor entender lo que usás, practicarlo, usarlo bien, y no tener una idea vaga en la cabeza de cómo funciona. Aprenderlo en serio. El programador de hierro aprende lo que usa y lo puede hacer desde cero si necesita. Tiene una muy buena base o una intuición de cómo hacerlo.
Pero el programador de madera piensa que saber es innecesario, porque aprender es esfuerzo y el esfuerzo es dolor. Entonces, si te lo piden y hay un paquete online, listo. ¿Cómo te vas a torturar aprendiendo cosas? No es necesario. Nunca me lo pidieron en el laburo, de verdad. No lo necesito.
El programador de hierro aboga por aprender como un fin en sí mismo. Volverte bueno a lo que hacés. Entender lo que hacés. Y el programador de madera aprende para zafar. Si no le sirve para zafar, no sirve.
Inversión en uno mismo: herramientas, setup y actitud
Esto de aprender como dolor es importante porque aprender requiere no solo energía, también requiere plata. Mirá, tenemos muchísimos recursos gratuitos de muchísimo valor, pero la realidad es que el contenido gratuito vive de ads o de content marketing. A ver, este podcast, ¿de qué vive? Bueno, lo hago porque me ayuda a promocionar mis servicios, pero no es como yo sentarme 10 horas para hacer un contenido de media hora, que yo me aseguro que vos entendiste cómo subir tu typing skill. No es lo mismo. Y lo mismo para Primagen, que hace contenido gratuito y después hace cursos pagos. Buen contenido tenés que estar dispuesto a pagar.
El problema es que esta "utilificación" de todo hace que las cosas divertidas parezcan educativas, pero bueno, o aprendés o no aprendés. Y no es solo materiales educativos, también está el tema de las herramientas.
Les voy a contar, una vez un dev de la comunidad vino conmigo y me decía, "che, qué ratas son en mi empresa. No nos pagan a los programadores el ChatGPT-4. O sea, yo uso ChatGPT-3, pero ChatGPT-4 anda mucho mejor y es mucho mejor para programar, para hacer cosas. Y qué ratas, no nos pagan 10 dólares por mes". Y yo me acuerdo la bronca que me dio eso. ¿Quién a conciencia diría "yo no me voy a gastar 10 dólares por mes si la empresa no me lo paga"? Porque, bueno, es la productividad de la empresa, así que si yo soy menos productivo y ellos no me quieren pagar, problema de ellos.
¿El programador de hierro toma estas decisiones? ¿El programador de hierro decide ser peor porque no quiere gastar 10 dólares de su propio bolsillo? ¿O el de madera toma esas decisiones? No te podés permitir pensar así. Vos tenés que ser lo mejor en lo que hacés porque sí, para vos. Por ser bueno es un objetivo en sí mismo.
Y esta cosa de usar tu calidad y tu productividad como un rehén para negociar, que encima negocia en su cabeza, no con la empresa, es "no, no, no, ¿vos querés que sea bueno? Pagame todos los cursos. Si no, no me importa eso". Es como si volverte bueno es para vos, no es para la empresa.
Esto se extiende a todo, a la computadora que te comprás, todo lo del Android y iPhone. Podemos decir que es una cosa más social mi comentario, pero la cantidad de gente que quiere entrar en startups americanas y tiene una Dell de 400 dólares, es impresionante. Obviamente que no llegan porque toman esa decisión en conjunto con un montón de otras decisiones donde hacen todo peor. "Y bueno, cuando la empresa me lo pague lo hago, si no, no". Entonces son malos, son de madera.
El setup. Me sorprende la cantidad de gente que trabaja desde la casa y no tiene un monitor. Lo siento gente, eso de que con una computadora normal trabajás en tu optimum, ni en pedo. Ni siquiera te digo dos pantallas, pero un monitor cambia un millón de cosas. La cantidad de pantallas que podés tener, la cantidad de screens. "No, yo tengo la computadora, lo mínimo que me dio la empresa, ya está. Si la empresa no me paga el monitor, olvídate". El problema de la empresa. "Ni me importa ser más productivo". De madera.
La gente trabaja en espacios que son totalmente inaceptables. Yo hago entrevistas y la gente está codeando y el perro se le salta en la falda, gritan los nenes, abren la ventana porque les da calor y se escucha todo el tráfico. Hacen las cosas mal. Hacen las cosas para trabajar mal. O peor, ni siquiera se dan cuenta y están encerrados en esa mediocridad. Constantemente sacrificando productividad. De madera.
Pero no es gratis ser de madera. Porque en programación existe un rating, como existen en los deportes, como puede existir en el ajedrez o puede existir en un deporte como el tenis. Existen los ratings y los rankings. Y el rating de programación es tu salario. Tu salario es la productividad esperada del programador de vos. Entonces, si sos poco productivo, el empleador va a querer pagarte poco. Y si piensa que sos muy productivo, va a querer pagarte mucho. Esta medida es imperfecta, pero es la mejor que tenemos. Porque títulos y currículums y certificaciones, nada de eso vale nada enfrente a un tipo que está dispuesto a pagarte un toco de guita.
Y ojo, hay que poder repetirlo el rating. Porque algo que pasa es que la gente pegó un salario alto, especialmente en la pandemia, pero después no lo pueden repetir. Bueno, no llegaste a ese rating, no lo podés defender. Tuviste suerte, está bien, puede pasar. Pero tu rating es qué tan consistentemente podés conseguir el salario que tenés. Si vos conseguís 100, conseguís 3 ofertas de 100, bueno, ese es tu rating.
Las entrevistas son The Arena, el espacio donde se define esto, principalmente porque después adentro del trabajo pueden pasar muchas otras cosas. Pero acá en las entrevistas, vos decís "yo soy un programador de 100 mil" y estás compitiendo contra otro que capaz está pidiendo 70 mil y te gana. Codea más rápido, codea mejor, habla mejor, entiende mejor el producto. Si vas a lugares donde no entrevistan, es como que no hay rating. Rating es cuando vas, conseguís ofertas consistentemente y competís con otra gente. Y cuando competís con otra gente, tenés que ganar. Porque para un puesto, entrevistan 20 personas, queda uno solo. Ya lo he hablado en el episodio de ganar en entrevistas.
Tenés que pensar en sacar todas las ventajas posibles. Para sacar ventaja, todo cuenta, todo importa, excepto una cosa: las excusas. No vi nunca en mi carrera a alguien que dé vuelta una entrevista o consiga una promotion poniendo explicaciones de por qué su rendimiento es bajo. "No, pero ¿sabés qué? Me fue mal en la entrevista técnica, pero es problema tuyo porque hiciste mal el challenge". ¿Sabés lo abajo que quedás en un rating? Te pasean por arriba un montón de personas.
Hice un tweet también sobre este tema, que era presentarse de manera decente, una guía de screening call, de ponerte bien el fondo, de vestirte bien, de estar bien aseado. Parecen boludeces, pero mucha gente no lo cumple. Aparecen como en mal estado físico. Y hubo un tipo que me dijo, "ah, sí, así que tener el pelo cortado te hace mejor programador". Yo le digo que sí, te hace mejor programador. Porque si hacés las cosas bien y la gente quiere trabajar con vos y lucís profesional, la gente piensa mejor de vos, te va a dar mejores oportunidades y vas a trabajar mejor. O sea, efectivamente, sí, te hace mejor programador. Te hace escribir el const igual, mejor, porque vas a tener mejor opinión de tus co-workers, mejor ambiente, mejores impresiones y mejores oportunidades.
Todo esto de presentarse mejor, de lo del Android, ponele. Y hay un montón de temas. Podríamos definir lo que es la meta, lo que rodea a los skills centrales, que puede ser programación o producto, pero también es cómo va a ser trabajar con vos, va a ser divertido trabajar con vos, vas a encajar en el equipo, hay fit de largo plazo, hay muchas cosas en la meta.
La meta fue mi especialidad de mi carrera de Go. Hablar de cosas que pasaban afuera del tablero era uno de mis key skills. De hecho, hace 20 años, más o menos, llegué a ser publicado en un newsletter con un conjunto de artículos que se llamaba "The Spirit of Play" y hablaba de estos temas psicológicos que pasaban afuera del tablero, y filosóficos, que afectaban cómo la gente tomaba decisiones y perdía partidas por eso. Entonces, entiendo muy bien lo que es la meta, lo que es no solo enfocarse en qué tan rápido hiciste un challenge, sino qué tipo de cosas comunicás, cómo te presentás, cómo pensás las cosas, todos los detalles que afectan mucho el resultado final.
Todo esto de cuánto escribís, del Android, del Tetris, de las palabras en inglés. Una vez puse palabras en inglés, cómo pronunciarlas, y me retaron. Por ejemplo, hay un clásico que pasa en Argentina que a Gmail le dicen "shemale", pero "shemale" es una palabra que es mala y negativa para describir a un transexual. Entonces, yo le digo, no digan eso, digan Gmail, aprendan, porque "shemale" queda mal. Y la gente me retaba, se enojaba en Twitter por esto, que seas el fino hablando en inglés. Bueno, esas cosas te hacen quedar mal.
El programador de hierro, cuando lee estas cosas, ¿las usa, las evalúa, las intenta o las repudia? Cuando al programador de hierro le tiran una data que no sabía y que puede ser interesante o le llama la atención, ¿se enoja o practica? Y el de madera, ¿qué hace? El de madera, el que quiere quedarse donde está y quiere ser mediocre y quiere asegurarse que los que están alrededor de él también mantengan la mediocridad. Bueno, el de madera se enoja.
¿Cómo reacciona a las oportunidades o a los rechazos? Es una diferencia fundamental del programador de hierro y el de madera. ¿Entrevistaste y no quedaste? Perdiste. El programador de hierro quiere ganar y el de madera está satisfecho de fracasar, porque la mayoría fracasa. Justamente, quiere ser parte de la mayoría.
El programador de hierro no se pone a filosofar sobre si realmente perdió o no, o en realidad, "la verdad que nunca me hubiese gustado esa empresa". Esas boludeces dice mucha gente. No, el programador de hierro dice, "¿qué hago la próxima para no repetir este problema? La próxima vez que hago esta misma entrevista la paso. Yo voy a ganar la próxima entrevista. Voy a ganar, voy a mejorar, voy a volverme más fuerte".
Pero el programador de madera no se hace cargo de haber fallado. Culpa a los entrevistadores. "Me entrevistaste mal, fue injusto, no me diste materiales de preparación. Es la empresa. Si la empresa pide estas cosas, es irracional. Tuve mala suerte. Hace mucho que no hago estas entrevistas y qué sorpresa que me pegué. Estaba nervioso, estaba oxidado. Pero bueno, la verdad que si te toman estas entrevistas no son para mí". No quiere hacerlo mejor la próxima vez. Quiere sentirse bien en donde está. Quiere sentirse bien en el fracaso.
Esto afecta no solo el proceso de entrevistas, que obviamente a mí me importa mucho, pero es el trabajo en general. Todo cómo podés mejorar tu día a día, cómo volverte un poquito mejor todos los días, es una parte fundamental de hacer las cosas de una manera mediocre o volverse muy fuerte.
Y ojo, no soy el único que lo dice. Sam Altman habla mucho de este tema. Él dice vos tenés que apuntar a mejorar todo el tiempo, un poquito, y en las cosas que más importan, pero todo el tiempo pensando cómo mejorar. Y bueno, todo cambia. Está la parte técnica que hablamos y está todo esto de las impresiones y las formas de vivir también y las decisiones que tomás.
Presentación, salud y estilo de vida
El tema de la presentación es clave. No saben la cantidad de veces que hablo con gente que tiene la ropa rota, tiene remeras que tienen no cinco años. Y yo sé que los códigos de vestimenta de nuestra industria no son una vara alta, pero totalmente descuidados. Parece que no se bañaron. Cuando prenden la cámara su espacio es un caos. Yo he visto gente que entrevista desde el living room y se ven los juegos de los chicos atrás. ¿Quién labura con dos pibes gritándote seis horas al día? No, no laburan. No les importa su espacio, no les importa lo que están haciendo, no les importa trabajar el día a día bien.
Les voy a contar otra historia de Go que es sobre el estilo de vida. Había un jugador de Go en Corea que era muy fuerte, era el más fuerte del país en un momento. Sus alumnos le terminaron ganando a él, pero era Chung Hoon Hyun que jugaba con su alumno y en una famosa partida que él tenía una ventaja, él fumaba y perdió. En un momento pierde la partida y le hacen una entrevista y él dice, "¿sabés qué pasa? En un momento me empecé a poner ansioso de que quería fumar. Estaba estresado, quería fumar y quería que la partida termine. Y como que me apuré y perdí". Y el tipo dijo, "fumar me hace mal, voy a dejar de fumar". Bueno, es algo muy famoso en la comunidad de Go que es gente con una tendencia adictiva muy fuerte, inclusive yo, pero también esta cosa de poder frenar una adicción a pura voluntad de un día para el otro. Porque somos más adictos al Go que a otras cosas. Bueno, yo ahora no, pero en esa época.
Y Chung Hoon Hyun dijo "no hay que fumar" y dejó él y todos los jugadores de Go dejaron de fumar en Corea. Así, estilo se prohíbe el pucho. Pero no es que vino una organización y lo dijo. Es como que se volvió un estatus reconocido: fumar te hace peor jugador y la gente dejó de fumar. Así, instantáneamente. Y de hecho la gente grande de Corea que ya tiene 50, 60 años, cuando yo estaba trabajando en eso, decían "no se puede competir con los pibes porque ahora encima se toman en serio lo que es el sueño, la dieta y el ejercicio". Y ellos, bueno, son de la vieja guardia que todavía les gusta tomar alcohol, ya están en una etapa de vida distinta y se lo toman como deportistas.
Nosotros nos reímos, bueno, algunas personas se ríen de decir "jugar un juego de mesa es un deporte" o "qué es eso de eSports como el League of Legends". "No es un deporte de verdad porque no están haciendo ejercicio físico". Te aseguro que la dieta, el sueño y el ejercicio físico de la gente que hace eSports te sorprendería. Porque todo lo que hagan mal saben que afecta su rendimiento en el juego. Se lo toman como un deporte en serio y todo importa.
Voy a tirar una que nunca te dicen en las entrevistas pero es algo en la cabeza subconsciente de toda la gente. Por ejemplo, la gente con mucho sobrepeso. Y yo lo digo como alguien que tuvo problemas de peso toda su vida porque tuve buenos momentos y malos momentos. Pero yo, por ejemplo, con la ansiedad o con el estrés como mucho y subo de peso. Bueno, mi hija me mató. Yo estaba re bien con este tema, vino mi hija, estrés por las nubes, subí mucho de peso. Bueno, la realidad es que la gente que tiene sobrepeso da la señal de que el estrés los está matando y funciona doble. No es solo sobre si en la entrevista consideran esto. Es una impresión ya subconsciente. Es subconsciente como queda en una app de Tinder. Nadie te dice "porque sos gordo no te voy a...", pero es como que hay un tema del estrés ahí.
Es importante controlar el estrés para tener no solo una vida saludable sino para ser un programador de hierro. Para ser fuerte en lo que hacés tenés que tomarte todo en serio y tu salud es importante y dormir bien es importante. Tomar bien la dieta es importante.
El tema de los horarios es otro vicio que tiene nuestra industria de que la gente llega tarde. Eso es algo que se me curó con Go a mí porque yo tenía que estudiar antes de ir a la escuela. Entonces me despertaba a las 7 de la mañana. Igual siempre fui relojito. Yo no uso alarmas. Y a mí me da frustración que la gente llegue tarde al laburo. Que el programador tenga el hábito de llegar a las diez y media, de empezar así, de hacer horarios cualquiera. No es bueno. No es algo saludable para la gente. Y eso pasa tanto en Argentina como en Estados Unidos.
Cuando yo entré a Scribd, tuve mi primer día laboral que me convocaron a las 10 de la mañana o algo porque tenía que estar mi lead, qué sé yo. Mi segundo día laboral fui el primero en la oficina. De hecho, activé la alarma del lugar. Fue un papelón. Tuvieron que llamar al CTO que no sabía el código. Fui el primero, loco. ¿Cómo puede ser? ¿Hay 30 programadores acá? ¿Soy el primero? Y ya había llegado a las 8. Está bien, era más temprano que el horario normal, pero realmente soy el primero, loco. Pónganse las pilas.
El tema de empezar a las 9 y media o empezar a las 10 en vez de empezar a las 9 si es el horario oficial, no es joda porque es como no tomárselo en serio también. Tener horarios justos es como tomarse un buen ritmo para hacer las cosas. En culturas asiáticas está más pulido este tema de "vamos a empezar a las 9". No, a las 9 llego, me preparo el cafecito, me hago un bagel, charlo con el cozo y bueno 9.40 empiezo a charlar. No, a las 9 empiezo el laburo y a las 9 estás codeando y para eso tenés que haber desayunado antes y para eso te tendrías que haber bañado antes y para eso te tenés que haber despertado antes.
A mí algo que me vuelve loco, la cultura latina es llegar tarde, pero yo soy un tipo muy reloj, muy reloj. Me despierto a las 6 de la mañana todos los días sin alarma, pero cambia mucho esa media hora por día que vos podés decir "no importa para nada". En realidad afecta tu productividad y tu ritmo de aprendizaje.
Para mí el programador de hierro es un tipo que cumple unos horarios de una manera muy rítmica, sabe cómo hacer las cosas, funciona como un reloj. Y el programador de madera no le importa, llega a cualquier hora, llegar a las 9.20, llegar a las 10, es lo mismo, porque yo hago esto y el resto hace eso.
Conclusión: no seas mediocre
Lo que yo abogo acá es que tengas una vida que no es solo que hacés un trabajo por plata, que hacés las cosas como una disciplina, como algo que te tomás en serio, que cada decisión que hacés importa porque todas las decisiones que hacés te deberían llevar un camino de que hacés tu profesión principal mejor. Que si ponerte en pedo un jueves a la noche y llegar tarde el viernes y estar destruido y que te paguen igual no es algo que celebra el de madera, pero hacer las cosas bien todos los días es un superpoder.
La realidad es esta: la vara está muy baja porque yo te puedo decir el top 20% parece como que, bueno, hay 80% que quedan afuera. Es muy fácil llegar al 20%, tenés que hacer las cosas bien nada más, bien desde un sentido muy tradicional, no tenés que hacer nada excepcional, tenés que hacer las cosas bien y tenés que hacerlas bien todos los días.
Lo que quiero que les quede de este podcast es que piensen cuando toman decisiones, cuando tienen sensaciones, cuando tienen incertidumbre, cuando ven cosas nuevas, piensen qué haría el programador de hierro y qué haría el programador de madera y no háganlo de madera. No sean mediocres, sean la mejor versión de ustedes mismos, solo eso. Lo mejor que pueden hacer ustedes, hagan eso y tranquilamente llegan al top 20%. Es más, les diría que tranquilamente llegan al top 5%.
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